Datos del Banco Central de Reserva de El Salvador muestran que en 2022 y 2023 aumentó la explotación laboral y empeoró la distribución del ingreso.
Por: César Villalona
En 2019, de un PIB de $26,881 millones, a las remuneraciones les correspondieron $10,300 millones y a la ganancia empresarial (excedente bruto de explotación) $10,194 millones. Es decir, la masa salarial superó la masa de ganancia en 106 millones. El resto del PIB es ingreso mixto (sector informal) e ingresos del Estado vía impuestos indirectos.
Esa distribución fue mala, pues las remuneraciones las reciben cientos de miles de personas y las ganancias les pertenecen a una minoría empresarial, pero al menos se puede decir que hubo más remuneraciones que ganancias. Lo mismo ocurrió en 2020 y 2021.
En 2022 cambió la relación, pues de un PIB de $31,989 millones, a las ganancias les correspondieron $12,585 millones y a las remuneraciones $11,603 millones. O sea, la masa de ganancia superó la masa salarial en $982 millones.
En 2023 la relación fue más desigual, pues de un PIB de $34,016 millones, a las ganancias le correspondieron $13,583 millones y a las remuneraciones $12,096 millones. Las ganancias superaron las remuneraciones en $1,487 millones.
En resumen, las ganancias superan cada vez más las remuneraciones. Falta por averiguar qué parte de esas ganancias le corresponde al clan familiar gobernante.
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