El entrenamiento por las noches reguló los cambios bruscos de la presión arterial.
La práctica de ejercicios aeróbicos durante el período nocturno aportó más beneficios en la regulación de la presión arterial de ancianos hipertensos en comparación con los entrenamientos matutinos.
Un estudio llevado a cabo en la Escuela de Educación Física y Deporte de la Universidad de São Paulo, en Brasil, detectó que el motivo de ello está relacionado con la mejor regulación de un mecanismo de cambios bruscos de presión.
Solamente la ejercitación en este horario generó avances en el control de la tensión de corto plazo, al mejorar esos cambios.
Durante 10 semanas, dos grupos realizaron entrenamientos de 45 minutos en bicicletas ergométricas a una intensidad moderada.
Los autores aprovecharon esa oportunidad para monitorear la actividad nerviosa simpática y el control a través de alteraciones de la actividad muscular.
Remarcaron que la regulación de las variaciones repentinas de la presión mejora la actividad autónoma del organismo.
“Es un mecanismo que está supeditado a la acción de fibras sensibles, a las deformaciones de las paredes de las arterias ubicadas en lugares específicos como el arco aórtico y el cuerpo carotídeo”, explicaron.
Otro análisis anterior demostró que la respuesta más efectiva estuvo acompañada por una mayor disminución de la resistencia vascular sistémica y de la variabilidad de la presión arterial.