«Medicina amarga» y «garrote»

El Poder Absoluto: de la reelección inconstitucional a la dictadura consolidada

La instrucción del ejecutivo inconstitucional expresado el 1 de junio pasado es: «Resignarse a su política de Medicina Amarga, donde la población deba a rajatabla aceptarla y , ¡ay de aquél ¡,que no se someta so pena de ser culpado de enemigo del pueblo y terrorista.»


Por: Miguel A. Saavedra


Es momento de recordar que ninguna dictadura es eterna y que la historia ha demostrado que, tarde o temprano, los pueblos se rebelan contra la opresión. El Salvador atraviesa una crisis que va más allá de lo aparente. La pandemia de autoritarismo se ha instalado con fuerza, consolidando una dictadura que teje sus hilos a todos los niveles del ejercicio del poder. Desde la magistratura más alta hasta el último emisario municipal, un andamiaje perverso y estratégico se ha construido meticulosamente.

Vestido con el opulento ropaje y ataviado con atuendos similares a los del admirado mentor General Maximiliano Martínez de hace más de 90 años, el presidente actualiza una vieja táctica con una nueva fachada. Concretando una reelección inconstitucional, no solo perpetúa su ejercicio autoritario, sino que también da rienda suelta a una continuidad dictatorial disfrazada de modernidad. Esta escena disruptiva y anacrónica es el símbolo perfecto de un poder que se reinventa para seguir siendo el mismo: absoluto y opresivo.

En las sombras de una democracia aparente, se ha tejido un andamiaje perverso y cínico que ha consolidado un régimen dictatorial en El Salvador. Un entramado meticulosamente orquestado que encuentra sus raíces en una reelección inconstitucional y se fortaleció bajo el pretexto de un nuevo país. Un sistema que ha cooptado todas las instituciones, convirtiendo al estamento militar en un gendarme obediente al poder ejecutivo y anulando la separación de poderes. Una maquinaria implacable que ha silenciado las voces disidentes, reprimido a la sociedad civil y promovido la polarización social. Un engranaje autocrático que amenaza con asfixiar los últimos resquicios de libertad y justicia en el país.

La Continuidad de la «Medicina Amarga y Garrote».
Otra puesta en escena, un desfile de ostentosidad y parafernalia propia de su estilo y forma , ataviado de trajes al estilo de otras dictaduras que simboliza a la perfección el ropaje de nuevo patriarca oligárquico, y del visaje rememorando general Hernández Martínez, su antecesor maestre de visos dictatoriales de 90 años atrás. Bajo ese simbolismo y parafernalia se esconde su verdadera promesa que mandata : Resignarse a su política de Medicina amarga, donde la población deba a rajatabla aceptarla y , ¡ay de aquél ¡,que no se someta so pena de ser culpado de enemigo del pueblo. Es decir la nueva política social para la continuidad «Medicina Amarga y Garrote».

Militarización y Poder Ejecutivo
El estamento militar, ahora convertido en el guardián del ejecutivo, opera bajo el mandato caprichoso del presidente. Este control militar extralegal, sin regulaciones ni inspecciones, consume el tercer presupuesto más grande de la nación. La destrucción de la institucionalidad y la separación de los órganos del Estado son evidentes, con una cooptación y amedrentamiento sistemático de las instituciones que deberían procurar justicia.

Concentración de Poder y eliminación de la Descentralización
La concentración del poder absoluto ha anulado el poder local. Al cerrar los distritos municipales, se condena a los municipios a una pobreza concentrada y a una acumulación de desgracias. La gobernabilidad se ve así seriamente comprometida, con una rendición de cuentas inexistente y una oscuridad que envuelve todos los manejos del poder.

Entidades Contraloras y Estado de Excepción
La rendición de cuentas y los controles brillan por su ausencia, reinando la oscuridad en el manejo de los asuntos públicos. Las entidades contraloras guardan un cómplice silencio, encubriendo y avalando los malos manejos y la omisión de funciones constitucionales. Las fuerzas del orden público, brazo represivo del régimen, ejecutan un Estado de Excepción que limita permanentemente los derechos de la población. Este enfoque punitivo contra la sociedad civil y el pueblo organizado es un reflejo de la represión que se cierne sobre toda forma de disidencia.

Represión y Control Social
Con el pretexto de contener la violencia de pandillas, el régimen extiende la represión a vendedores informales, trabajadores en protesta, y cualquier actividad ciudadana o protesta social. La denuncia y la libre expresión son criminalizadas bajo el denominado régimen de excepción, sin derecho a audiencia ni defensa, mucho menos a instancias legales donde recurrir ante vulneración de derechos.

Polarización y Propaganda
El trabajo político se limita a trampas y chanchullos electorales, mientras los funcionarios del Estado promueven el odio y la polarización en cada declaración. Los datos y hechos son maquillados, continuando con un populismo político al más alto nivel

Endiosamiento del Líder
El endiosamiento de un caudillo que se autoproclama mesiánico es evidente. Un supuesto Plan de Desarrollo para el país es desconocido, incluso por los propios funcionarios del gabinete gobernante, quienes solo cumplen funciones delegadas y obedientes. sin que exista un verdadero plan de desarrollo nacional conocido, más allá de la elite gobernante y de sus aliados con los que cogobierna.

Ineficiencia y Publicidad
Los resultados del gobierno actual son ineficientes, sin impacto y ya demostraron su irrelevancia en los primeros cinco años. Las instituciones están cuestionadas por su ineficiencia y se limitan a montar actos públicos con matiz político y parafernalia partidaria del régimen sumándose a su permanente show de luces y propaganda 24/7. Se maquillan datos y hechos, perpetuando un populismo demagógico mientras se descuidan otras formas de violencia apremiantes.

Poder Judicial y Religión
El poder judicial se ha plegado a los deseos y mandatos del ejecutivo. La jerarquía de las iglesias se suma a los actos oficiales, bendiciendo tronos y gendarmes, participando en el ritual de adoración alrededor del dictador. Esto recuerda a los días más oscuros del oscurantismo de la iglesia en la Edad Media, alejados del evangelio con sandalias que el Vaticano procura en su cruzada sinodal del año 2024.

Población Alienada
Mientras tanto, la población, organizada o no, es víctima directa e indirecta de este contexto socioeconómico y político. La audiencia está alienada por la propaganda oficial, sin espacio para formar una opinión crítica propia.

Frente a este sombrío panorama, es imperativo que la población salvadoreña despierte de su letargo y encuentre la fuerza para desmantelar este engranaje autocrático. Es tiempo de cuestionar la propaganda oficial, de alzar la voz y de exigir rendición de cuentas. Es momento de recordar que ninguna dictadura es eterna y que la historia ha demostrado que, tarde o temprano, los pueblos se rebelan contra la opresión.

El futuro de El Salvador depende de la capacidad de su gente para organizarse, para formar una opinión crítica y para luchar por recuperar las libertades y derechos que les han sido arrebatados. Solo mediante la acción colectiva y la determinación inquebrantable se podrá desmontar este engranaje autocrático y restablecer una verdadera democracia donde impere el estado de derecho, la justicia y el respeto a la dignidad humana.

Reflexión Final
Es crucial que la gente tenga un punto de vista diferente para desarrollar una opinión crítica, algo que tanto necesita una audiencia alienada por la propaganda oficial y su descomunal aparato de bombardeo comunicacional. Es hora de escuchar otras voces y formar una opinión propia, rompiendo el cerco de la desinformación y la manipulación.

Frente a este sombrío panorama, es imperativo que la población salvadoreña despierte de su letargo y encuentre la fuerza para desmantelar este engranaje autocrático.

Es tiempo de cuestionar la propaganda oficial, de alzar la voz y de exigir rendición de cuentas. Es momento de recordar que ninguna dictadura es eterna y que la historia ha demostrado que, tarde o temprano, los pueblos se rebelan contra la opresión.

El futuro de El Salvador depende de la capacidad de su gente para organizarse, para formar una opinión crítica y para luchar por recuperar las libertades y derechos que les han sido arrebatados.

Solo mediante la acción colectiva y la determinación inquebrantable se podrá desmontar este engranaje autocrático y restablecer una verdadera democracia donde impere el estado de derecho, la justicia y el respeto a la dignidad humana.

 

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