INSEGURIDAD JURÍDICA Y EL ESTABLECIMIENTO DEL NARCO.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández.*

Primero concordemos conque el arribo del narco a territorio salvadoreño no es de ahora, opera desde hace más de 35 años, cuando arena facilitó el tráfico por la costa del país.

El brutal asesinato de aquel diputado, hijo del fundador de arena en los 90´s, en territorio guatemalteco, estuvo relacionado con los arreglos que ese fundador transara con el narco, y que debemos leer como la oferta que no podían rechazar.

Empero entonces si bien el sistema judicial era simplemente disfuncional, guardo las apariencias, representando su papel de operativo, respondiendo a la conservación del statu quo.

Ese mutismo redujo siempre a la parálisis del sistema judicial, agotando sus recursos en la inmovilidad, en la profunda corrupción que lo caracterizó siempre.

Sin embargo, siempre estuvo también compuesto por cuadros de juristas comprometidos que hicieron, digámoslo en buen salvadoreño, la upa, contra viento y marea, para hacer su labor dando cumplimiento a la ley, incluso cuando para algunos de estos ello significó correr riesgos verdaderamente graves, y ha supuesto incluso el exilio cuando tocaron los intereses de los sectores pudientes.

Esto acabó con el atentado al poder judicial ejecutado por el régimen ilegal que nos mal gobierna, removiendo como sabemos a la corte en pleno, y sustituyéndola por elementos partidarios incondicionales.

El mismo juego realiza el régimen ahora, cuando el tiempo de relevo les ha llegado a aquellos títeres, como le llegará al fiscal, a la procuradora, y demás cargos de interés en el aparato judicial, para asegurar desde sus cargos la continuidad y naturalización de la ilegalidad del régimen.

Y el quid está en precisamente la ilegalidad que supone el régimen, que, para asegurarse en el poder, corrompe el aparato estatal en pleno, rodeándome el ocupante ilegal del ejecutivo, de cuadros también corruptos cuya tarea es desmontar la legalidad, por los beneficios materiales que supone para estos.

Preguntémonos solamente: ¿Dónde están los 11 billones de dólares (si no entiendes la cifra solo escribe 11 seguido de 27 ceros) en deuda contratada por el régimen?, ¿Cuáles son las obras que se han ejecutado con esos dineros?

La respuesta es el silencio expresado en la no rendición de cuentas, pero que podemos apreciar circulando en los muchos empréstitos que el régimen realiza mediante la banca en un grado sin precedentes en el país, dando lugar a la mayor operación de lavado de dinero en nuestra historia.

En este escenario selvático, el narco tiene las condiciones ideales para emprender sin interferencias, lo que fuera alertado por la DEA y entidades afines, por el incremento de sus operaciones en el país, implicando no sólo el tránsito de drogas y armas, también lavando sus activos, en un grado exponencial.

El propósito ulterior para el régimen es asegurarse, no solo con los apoyos del imperio, además con la liquidez del narco.

Es un simple juego de poder regional, que antes prosperó en Honduras, y que migró a nuestras tierras.

¿Qué supuso para Honduras?, ¿Qué supone para México?

Eso nos espera.

*(Educador salvadoreño)

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