LA REFORMA DEL PENSAMIENTO Y LA PSICOLOGÍA DEL TOTALISMO

POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO.
Robert Jay Lifton, es un psiquiatra y autor estadounidense, publica “La reforma del pensamiento y la psicología del totalismo: un estudio del «lavado de cerebro» en China” en mil novecientos sesenta y uno. Entrevista a diversos prisioneros que han sido liberados de las cárceles chinas o han huido del régimen comunista. De esta manera, conoce el fenómeno de la reforma del pensamiento. Lifton denomina a este fenómeno psicológico “Totalismo”, el cual es una tendencia hacía lineamientos emocionales de todo o nada. Se diferencia del “Totalitarismo Ideológico” en que este requiere de la tecnología moderna y las redes de comunicación. En cambio, el totalismo es más bien un fenómeno religioso. La reforma del pensamiento se parece a la práctica de la religión organizada y supone varios tipos de reeducación religiosa. El sentido de culpa y vergüenza es la base para los vínculos entre los individuos y sus censores totalistas. Hay un fondo altruista en el mensaje maoísta: la vieja sociedad china es maligna y corrupta, solo la reforma del pensamiento puede liberarla y convertir al hombre en un hombre nuevo en una nueva sociedad. Un tipo especial de misticismo justifica las manipulaciones de los totalistas ideológicos.
La reforma del pensamiento es una interactuación entre la exhortación y la coerción. La exhortación va encaminada a estimular la conciencia inversa para que se convierta en auto coerción. Y la coerción se dirige a estimular la culpa y la vergüenza.
Un prisionero sufre una violencia directa, pero, cuando la víctima comienza a demostrar la actitud adecuada se va atenuando gradualmente. La mejora va acompañada de un guía. El prisionero lee el contenido de un periódico, libro o panfleto. Cada uno expresa su propia opinión y crítica la de los otros. Bajo tratamiento psicológico especial, analiza las causas de sus deficiencias, trabaja sus resistencias hasta que piensa y siente en términos de la verdad doctrinal.
La reforma del pensamientos tiene como elementos básicos la confesión y la reeducación. A través de la confesión, el prisionero expone y renuncia al mal del pasado y presente. La reeducación va dirigida a rehacer al prisionero a la imagen comunista. Los reformadores chinos asumen la maleabilidad del carácter humano. Incluso aquellos expuestos a las influencias perniciosas de las clases explotadoras, pueden cambiar de clase y convertirse en un hombre nuevo. Se enfatiza, la responsabilidad del individuo para el grupo.
La reforma del pensamiento tiene un ethos opuesto a las tradiciones asiáticas de imperturbabilidad, paciencia y contemplación. En ella hay un culto de entusiasmo. Aunque, el concepto de auto educación es definitivamente confuciano: debes cambiar por ti mismo, a fin de que tu adhesión sea efectiva y creíble. Para alguna gente, la reforma del pensamiento es un medio despiadado de socavar la personalidad humana. En cambio, otros ven la reforma del pensamiento como intento “moral” de instalar una nueva ética en el pueblo chino.
La reforma del pensamiento, es una combinación de fuerza externa y coerción, con un llamado al entusiasmo interno, mediante la exhortación a la fidelidad que da forma al pensamiento, a su poder y amplitud emocional. Este condicionamiento es similar al de alguien sometido a un absorbente proceso de conversión religiosa. De esta manera, el totalismo ideológico puede ofrecer una intensa experiencia cumbre, un sentido de trascendencia de todo lo que es ordinario y prosaico.
Los ocho criterios que propone Lifton para el control mental son: el primero, el control de las comunicaciones insertadas en el entorno. Los líderes deben profundizar el control y gestionar las condiciones ambientales de manera sistemática. La imposición de un intenso control ambiental, es afín al cambio drástico en la identidades primarias, al abrazar un sistema organizativo y un sistema de creencias.
Segundo, la manipulación mística debe parecer surgida espontáneamente dentro del entorno. Los líderes deben ser vistos como mediadores de los Dioses. El líder debe ser más real que un Dios abstracto y más atractivo para los miembros de la secta, si no, puede ser fuente de desilusión.
La tercera, el totalismo tiene dos características: la exigencia de pureza y el culto a la confesión. La exigencia de pureza crea una realidad maniquea en las sectas entre el bien y el mal. El culto a la confesión es fuente de estimulación de la culpa y la vergüenza.
Cuarto, el culto a la confesión, es una mezcla de revelación y consentimiento. Cualquier proceso de confesión, ocurre en grupos cerrados. Quinto, la ciencia sagrada tiene tres patrones relacionados con el totalismo ideológico: ciencia sagrada, sobre carga del lenguaje y doctrina por encima del individuo. La ciencia sagrada tiende a simplificar el mundo. Combina el pensamiento religioso dogmático con la ciencia, incorporando las verdades que rodean el comportamiento humano y la psicología.
Sexto, sobre carga de lenguaje, trata de convertir las palabras o las imágenes en dioses. Es un lenguaje simplificado, que tiene un enorme atractivo y gran poder psicológico. Es un “lenguaje de no pensamiento”, así se llama a los clichés y explicaciones sencillas que se dan a los temas de reducida complejidad que se plantean.
Séptimo, la doctrina por encima del individuo, ocurre cuando hay un conflicto entre lo que un individuo siente y lo que la doctrina o dogma dice que debe sentir. Por lo que los individuos deben encontrar la verdad dentro de los dogmas dados y someter su experiencia a esa verdad.
Y octavo, la exención de existencia hace referencia a aquellos que no pudieron ver la luz y no abrazaron la verdad, están en las sombras, están atados al mal, tentados y no tienen derecho a existir. Los seres no legitimados, deben ser eliminados o destruidos.

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