El fenómeno sectario y la figura del líder como piedra angular

Sara Álvarez Álvarez, abogada y criminóloga española, escribe “El fenómeno sectario y la figura del líder como piedra angular del grupo” en la Revista Criminología, Psicología y Ley. Dicho artículo aparece en el volumen dos número uno de septiembre de dos mil diecinueve.


Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*


Á lvarez Álvarez informa que, desde la década de los sesenta del siglo pasado, ha habido un aumento de los grupos sectarios. Una secta es un grupo minoritario marginado que, goza de cierto prestigio o fama y posee una tendencia auto destructiva. Aunque no hay una definición aceptada de lo que es una secta, la palabra tiene una connotación peyorativa relacionada al fanatismo, a la intolerancia y la radicalización. La Real Academia Española de la Lengua define secta, a la doctrina religiosa o ideológica que se aparta de lo que se considera ortodoxo.

La psicóloga estadounidense Margaret Singer, prefiere emplear “relaciones sectarias”, para significar los procesos e interacciones que se dan en una secta. En una relación sectaria una persona induce a otra a volverse total o casi totalmente dependiente de ella, respecto de casi todos las decisiones importantes de la vida. Inculca en esos seguidores la creencia de que ella posee algún talento, don o conocimiento especial.

Álvarez Álvarez se centra en la secta destructiva o coercitiva, grupo que en su dinámica de captación y/o adoctrinamiento, utiliza técnicas de persuasión coercitivas que propician la destrucción de la personalidad del adepto o la dañan severamente. Una secta puede conformarse alrededor de cualquier contenido. El sociólogo estadounidense Bryan Wilson presenta una tipología de siete bloques: sectas conversionistas, sectas revolucionarias, sectas introversionistas, sectas manipulacionistas, sectas taumatúrgicas, sectas reformistas y sectas utópicas. Roy Wallis divide a los grupos sectarios en movimientos sectarios que rechazan la sociedad, movimientos sectarios que afirman la sociedad y movimientos sectarios acomodaticios al mundo. Desde el punto de vista religioso, Jean Vernette las clasifica en grupos nacidos del tronco judeo-cristiano, movimientos orientales y grupos originarios del esoterismo, gnosis y movimientos del potencial humano.

Dentro de las sectas interesa la atmósfera que se crea, el ambiente que induce al individuo a dejar su raciocinio y la figura del líder. Los líderes son personas con gran confianza en sí mismas, elevada capacidad para la oratoria y alto grado de carisma. Son aptos para transformar la visión en realidad y transmitir a sus seguidores la motivación para alcanzar sus metas. El fanatismo permite distinguir al líder peligroso o perverso. Una persona que muestra fanatismo hacía algo o alguien muestra rigidez, irracionalidad e intolerancia frente a los miembros del exogrupo. El fanatismo es un caldo de cultivo para la violencia. El líder decide la dirección, el rumbo y como deben actuar sus miembros dentro y fuera de la secta. El líder tiene el control total del liderazgo, si se siente amenazado, empleará métodos que restablezcan la línea de poder.

Los líderes desean atención y poder. El poder termina siendo una droga de la cual sufren adicción: cada vez desean más y más. La personalidad del líder de una secta presenta diferentes trastornos: paranoia, narcisismo y megalomanía, sadismo y masoquismo y psicopatía. Es frecuente que el líder de una secta destructiva, incite al grupo a cometer distintos delitos para lograr sus objetivos. No todas las sectas destructivas poseen la misma doctrina, pero, todas se aprovechan de las debilidades de sus adeptos.

La integración del sujeto dentro del grupo se realiza en cuatro etapas: captación o aproximación, seducción, conversión y adoctrinamiento. Las cuatro maneras básicas de captación son a través de un amigo o pariente miembro de la secta, a través de un extraño que traba amistad, a través de un acto patrocinado por la secta y a través de redes sociales. Una vez que la aproximación ha sido exitosa, comienzan a recopilar toda información acerca de la persona. La seducción es el primer paso en la relación sectaria, se realiza por la vía emocional-afectiva, nunca por la vía racional. Al conocer los deseos y expectativas del candidato, resulta más fácil simular que pueden satisfacer sus perspectivas. La conversión es un proceso personalizado por la secta. Se invita al aspirante a asistir una serie de clases, utilizando la información sobre el iniciado. Mediante la conversión, el sujeto pasa a entrar a formar parte de la secta. Con el adoctrinamiento, ya existe una sumisión indiscutible a la figura del líder y al grupo. Hay un cambio radical en la personalidad, hay un abandono de sus lazos familiares o amistosos y de todo aquello externo al culto.

La relación diádica se establece entre el líder y cada seguidor. El proceso se basa en técnicas de manipulación tanto cognitiva como emocional. Los tutores son el círculo más íntimo del líder, actúan como tentáculos para llegar a todos los rincones del grupo y no pasar nada por alto. Los tutores ejercen un control continuo sobre los adeptos. Con la veneración del líder los discípulos no se rebelan, no adquieren autoconciencia, racionalizan su servidumbre a cambio de la salvación. Prefieren asumir que existe algo que les va a resolver todos su problemas, prefieren someterse a un “ser superior” en lugar de independizarse.

La base común de las técnicas de manipulación es el proselitismo engañoso. Ofrecen una versión de la secta que, dista mucho de las verdades que posteriormente, los seguidores deberán creer y aceptar ciegamente. Las técnicas de manipulación psicológica que usan las sectas son el paternalismo envolvente, el estatus de superioridad, las respuestas simplificadas y maniqueas, el control de la información, el control del tiempo, la utilización de drogas, las sesiones de escucha, entre otras. Las técnicas fisiológicas que emplean las sectas coercitivas son la imposición de una dieta insuficiente y desequilibrada, la privación del sueño y la explotación de la energía del adepto, hasta el agotamiento físico y mental.

*Psicólogo salvadoreño

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