Está simplemente curándose en salud. Esto en relación a las recientes declaraciones que hiciera el pasado jueves 18 cuando le acusó de echar del país a criminales de las pandillas que buscan refugio en EEUU.
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
N o es casual tampoco que haga estas delaciones en el marco del intento de asesinato que sufriera y por el cual fuera muerta otra persona y dos más sufriera heridas, pero sí por el secuestro, violación, tortura y asesinato de una joven estadounidense por parte de pandilleros salvadoreños recientemente.
La cuestión de fondo es el apoyo que, en su papel de ejecutivo activo de los EEUU, Trump diera durante el primer mandato entonces legal, a este señor de acá, y por el cual el actual presidente de aquel país, al asumir su mandato le reclamara públicamente “¿cómo permitió que llegara hasta este estado la situación ahí en El Salvador?”, refiriéndose Biden a la descomposición institucional a la que condujera nuestro país el personaje del cual hablamos, bajo las barbas del propio tío Sam.
Empero lo sucedido acá, en Perú, Ecuador y Argentina, no es casual, sino parte de un plan urdido por Washington para contener la ola político progresista latina que, desde el Sur a su entender, amenaza sus intereses geopolíticos, llamándolo coloquialmente libertarismo.
Es además curarse en salud porque en este momento no le conviene verse relacionado con personajes como los gobernantes de los países latinos citados arriba, de entre los cuales con el que más distancia debe poner es con el de acá.
Debe poner la mayor distancia y aparentar la menor relación posible porque todos son impresentables, pero este señor de acá, representa por extensión un régimen ilegal, al que dio soporte y promovió en su momento.
No supone un distanciamiento real por otro lado, pues para los EEUU la conflictividad social en que ha degenerado la situación en el país es conveniente, pues supone un foco de interés geopolítico localizado en el corazón de las Américas, que no solo distrae a nuestros pueblos latinoamericanos, del proyecto progresista que supone la propuesta de Colombia, Brasil, México, Bolivia, y de otros; también porque el proyecto que representa la actual gestión ilegal salvadoreña, como la ecuatoriana, peruana y argentina, embelesa a los simples, que constituyen un porcentaje mayor al deseable, haciéndoles suponer que dentro del autoritarismo es posible la seguridad.
No, esa seguridad es aparente en el marco de un régimen autoritario, y de hecho es solo la consecuencia de la desmedida propaganda a la que el régimen expone a la población, desviando ingentes recursos a sostener este engaño, mientras se sigue posponiendo temas capitales como son la seguridad alimentaria, la salud, educación, trabajo, seguridad jurídica, etcétera.
Así entonces, Trump solo se distancia para hacer suponer que tiene sus reservas en relación a la inseguridad que supone para EEUU la quimera montada aquí en el país, con todo y los costos en vidas humanas que implica.
De lo que también es corresponsable.
*Educador salvadoreño
