«Bienvenido a mi programa, bienvenido a mi tema»

La entrevista secuestrada: Cuando el periodismo de opinión pierde el rumbo


Por: Miguel A. Saavedra


E n un mundo donde cada individuo tiene su propia perspectiva sobre los hechos, poseer una visión particular no es ni pecado ni algo antinatural. De hecho, es esencial para el dinamismo y la riqueza del debate público. Sin embargo, como periodistas y comunicadores, debemos recordar que no podemos imponer nuestra línea editorial o ideología sobre los demás. Como se dice en mi país: «No puedo exigir que a cañón piensen como yo». Es fundamental democratizar el pensamiento, incluso desde nuestra trinchera.

¿Dónde quedó el debate sano? En un mundo saturado de información, el periodismo de opinión se ha convertido en un campo minado de sesgos, manipulaciones y agendas ocultas. Los programas de entrevistas, otrora espacios para el intercambio de ideas, se han transformado en arenas de combate donde la verdad es la primera víctima. ¿Cómo podemos distinguir entre una opinión informada y una mera estrategia para generar likes y clicks? ¿Quién está detrás de estos discursos y qué intereses buscan defender? Muchos espacios de opinión, tanto en medios tradicionales como en plataformas digitales, han evolucionado hacia modelos que priorizan el entretenimiento, la generación de clics y la monetización por encima de la rigurosidad informativa y la ética periodística.

Recientemente, fuimos testigos de un incidente que ejemplifica perfectamente cómo el periodismo puede desviarse de su misión fundamental.

El Caso del Tema Cambiante

En un programa de TV local recientemente un invitado es convocado a un programa para discutir «La coyuntura de la realidad salvadoreña en las últimas dos semanas». Se prepara meticulosamente, recopila datos, analiza tendencias. Llega al estudio, las cámaras se encienden y… sorpresa. El entrevistador dedica media hora a hablar sobre Venezuela.

Este no es un escenario hipotético. Ocurrió en un medio local, dejando al invitado desconcertado y a la audiencia confundida. ¿Cómo llegamos a este punto? ¿Qué dice esto sobre el estado actual del periodismo de opinión?

La Ética en la Cuerda Floja

El incidente mencionado no es solo un desliz editorial; representa una grave falta ética. Cambiar el guion a mitad de camino no solo es irrespetuoso con el invitado, sino que también engaña a la audiencia. Es un abuso de la posición de poder que ostenta el entrevistador y el medio.

«Bienvenido a mi programa, bienvenido a mi tema» parece ser el eslogan no dicho de esta nueva y preocupante tendencia. Pero, ¿es esto realmente periodismo?
La Falacia de «Preguntar lo que la Audiencia Quiere Saber»

Bajo la premisa de representar a la audiencia, algunos periodistas desarrollan entrevistas que en realidad solo sirven para promover sus propias opiniones, utilizando al entrevistado como un mero accesorio para validar sus puntos de vista.

Las Múltiples Caras del Problema

El periodismo de opinión sigue siendo esencial para estimular el debate público y enriquecer el discurso. Sin embargo, debemos abordar estos desafíos para mantener su integridad y relevancia en un mundo saturado de información.

Este caso es solo la punta del iceberg. El periodismo de opinión enfrenta múltiples desafíos éticos:

1. El Estilo Fiscal: Donde la entrevista se convierte en un interrogatorio hostil.
2. El Monólogo Disfrazado: El entrevistador que se escucha más a sí mismo que al invitado.
3. La Agenda Unilateral: Cuando solo se presenta una cara de la moneda.
4. El Periodismo Prepago: Donde los intereses comerciales dictan la narrativa.
5. El Políticamente Correcto: La autocensura que evita las preguntas difíciles.
6. El Oficialista: Más parecido a una conferencia de prensa que a una entrevista real.
7.La Emboscada: Diseñada para deslegitimar, no para informar.

Y ahora, añadimos a la lista:

8. El Cambio de Guion: La entrevista secuestrada por los caprichos del entrevistador.

En Defensa del Verdadero Periodismo

Es crucial recordar que el periodismo inquisitivo, incluso agresivo, tiene su lugar. Desafiar a los poderosos, cuestionar las narrativas establecidas, es parte integral del buen periodismo. El problema surge cuando estas tácticas se utilizan de manera poco ética, cuando el respeto por el invitado y la audiencia se pierde en el proceso.

El Camino a Seguir

¿Cómo recuperamos la esencia del verdadero periodismo de opinión? Algunas sugerencias:

1. Transparencia: Ser claros sobre los temas a tratar y respetar esos acuerdos.
2. Formación Ética:Reforzar los principios éticos en la formación de periodistas.
3. Responsabilidad: Crear mecanismos de retroalimentación y rendición de cuentas en los medios.
4. Respeto: Tanto al invitado como a la audiencia, manteniendo el enfoque en el tema acordado.
5. Equilibrio: Buscar diversidad de opiniones y perspectivas.

La Última Palabra

En el periodismo de opinión, la última palabra no debería ser ni del entrevistador, ni del entrevistado, sino de la verdad y el interés público. Cuando un programa cambia abruptamente de «La realidad salvadoreña» a «Venezuela», no solo pierde el hilo de la conversación, sino también la confianza de su audiencia.

Es hora de que tanto los profesionales de los medios como el público exijamos un retorno a los principios fundamentales del buen periodismo. Solo así podremos asegurar que el periodismo de opinión cumpla su vital función en una sociedad democrática: informar, cuestionar y fomentar el pensamiento crítico.

Esta reflexión busca no solo criticar las tendencias actuales en el periodismo de opinión, sino también proponer un retorno a los principios fundamentales de la profesión. En última instancia, el periodismo debe servir al público, proporcionando información veraz y permitiendo una discusión abierta y honesta. ¿Serás capaz de identificar estos estilos en los programas que ves a diario?

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