EL AJEDREZ DEL TIRANO.

Por: MIGUEL BLANDINO.
Sun Tzu, o el Maestro Sun, fue un estratega militar que vivió un siglo antes de Pericles, el republicano del siglo de oro ateniense, o sea, hace unos dos mil seiscientos-dos mil setecientos años atrás.
El Maestro decía que la guerra es el arte del engaño. Es decir, hay que aparentar exactamente lo contrario de lo que realmente quiere hacerse. Fingir lo que no es.
Es como en el enfrentamiento entre el perro grande y el perro chico: el grande no ladra mientras que el chico ladra hasta que se queda ronco, porque quiere aparentar una fuerza que no tiene.
Cuando veo a Donald Trump insistiendo en descalificar a bukele sin que este meta ni las manos, me deja pensando que quizás solo son cachetadas de payaso.
Es que bukele no es quien va a agachar la cabeza si alguien le dirige un reproche, aunque solo sea con la mirada. Es un narcisista megalómano que, por esa misma condición mental, se pasa de bravuconerías ante cualquiera.
Pero con Trump se ha quedado quieto, mudo y sordo.
Y me llamó mucho la atención que el hijo de Trump haya llegado a San Salvador el día 1 de Junio para estar en la coronación de bukele y que haya sido el único de todos que, sin ser representante de ningún estado ni gobierno, haya sido invitado por bukele en privado al restaurante Monarca, en el lago de Coatepeque, para hablar largamente.
Ni con el rey de España ni con los presidentes de America Latina, como Milei o Noboa, que sí son jefes de Estado, como Felipe. Con todos ellos solo se sentó para la foto protocolar.
¿Qué platicaron con Donald Jr? ¿Para qué mandó el viejo a su hijo a la coronación de un ridiculo reyezuelo tercermundista? Nunca lo vamos a saber.
Hace varias semanas los diputados de bukele andan de mal en peor, porque se les cayeron los calzones. Todo mundo conoció sus porquerías. Para desviar la atención quemaron el mercado central de San Salvador. Pero no funcionó esa cortina de humo. La bola de destape de la corrupción siguió creciendo. Y, cosa rara, aunque los diputados de bukele son altaneros y malcriados, todos se han quedado bien quietecitos y dando gracias a dios porque llegaron las vacaciones de agosto y creen que tal vez cuando regresen nadie recuerde el escándalo.
Pero como entre los que se han sentido ofendidos están los yutuberos bukelistas porque piensan que los han tenido de pendejos, hoy se han lanzado contra los diputados bukelistas.
Para evitar males mayores, bukele aparentemente le ha dado la espalda a sus corruptos diputados.
Pero no solo eso, convocó a los yutuberes a una reunión para decirles “ustedes no son ovejas, ustedes son lobos, y los lobos atacan en manada”.
Tal cómo está la situación de enfrentamiento entre bukele y sus diputados parece que se va a decidir por disolver el congreso, con la ayuda de los yutuberes que van a justificar semejante ilegalidad.
Pero como vivimos en el reino de la mentira, es probable que cuando terminen las vacaciones de agosto pasen la página y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Lo contrario sería meter a la cárcel a su propio estado mayor, y eso significa traicionar a su perro más fiel, o mejor dicho, a su Burro Cuto más fiel, y eso sería la guerra civil dentro del partido.
Los lobos quieren sangre y si bukele no se las da se van a sentir traicionados.
Si bukele no sacrifica a por lo menos cuatro directivos del congreso, sus seguidores envenenados por los yutuberes le van a echar en cara que es cómplice de los corruptos.
Y si los mete presos, todo el partido y el funcionariado van a darse cuenta de que son tan descartables como Alejandro Muyshondt, el asesor de seguridad al que asesinaron cuando destapó la cloaca de su gobierno.

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