INVESTIGACIÓN: Sexo y la longevidad: las mujeres sacan más provecho de tener relaciones sexuales frecuentes

Un nuevo estudio demuestra que la frecuencia sexual interactúa con el género para aumentar la mortalidad

La actividad sexual es importante para la salud cardiovascular general.

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad Walden en Minnesota y publicado en el Journal of Psychosexual Health, encontró que las mujeres que mantenían relaciones sexuales menos de una vez a la semana tenían un 70% más de riesgo de morir en los próximos cinco años en comparación con aquellas que tenían relaciones sexuales con más frecuencia.

«La actividad sexual es importante para la salud cardiovascular en general, posiblemente debido a la reducción de la variabilidad de la frecuencia cardíaca y al aumento del flujo sanguíneo», escribieron los investigadores. «El sexo puede aportar muchos beneficios, entre ellos, mayor felicidad, bienestar y calidad de vida en todas las orientaciones sexuales».

Otras investigaciones ya demostraron que la frecuencia sexual puede ser un indicador importante de la salud y el bienestar sexual y general. Por ejemplo, por culpa de distintos mecanismos fisiológicos, las enfermedades crónicas afectan negativamente la salud sexual. Así, la diabetes de larga duración conduce a neuropatía y disfunción sexual, mientras que la esclerosis múltiple y otros trastornos autoinmunes afectan negativamente al sistema nervioso autónomo, lo que resulta en comorbilidades sexuales.

Pero aunque estas relaciones se conocieran bien, los investigadores consideraron que había investigaciones sobre la conexión entre la salud sexual y los resultados de mortalidad a largo plazo. Y eso es algo que han explorado entre es este estudio, que contó con más de 14.500 participantes con una media de 46 años.

El sexo, un indicador de bienestar

De esta forma llegaron a «un hallazgo único»: el efecto a largo plazo de la baja frecuencia sexual en la mortalidad prematura tras seguir a una población representativa a nivel nacional a gran escala.

Sin ajustar por múltiples factores causales de mortalidad prematura (por ejemplo, comorbilidades demográficas y de salud mental), la baja frecuencia sexual se asoció con una probabilidad de mortalidad un 70% mayor en comparación con aquellos que tenían una mayor frecuencia sexual.

Después de ajustar por múltiples factores demográficos, factores de riesgo médicos y de salud mental, la probabilidad de mortalidad en la baja frecuencia sexual siguió siendo un 46% mayor en comparación con aquellos que tenían una alta frecuencia sexual. «Esto sugiere que la actividad sexual no solo tiene implicaciones para la salud cardiovascular, como se menciona el estudio, sino que también pueden influir aspectos como como la salud y el bienestar general», explica la sexóloga Silvia Sanz, que no ha participado en el estudio.

«La actividad sexual es un buen indicador de bienestar general y de calidad de vida y que eso tiene efectos directos sobre la salud física y mental», añade.

Más beneficios para las mujeres

Otra cuestión que descubrieron es que las mujeres pueden beneficiarse, y mucho, de tener relaciones sexuales más de una vez por semana.

Por ejemplo, los investigadores vieron que el riesgo de muerte era incluso mayor para quienes tenían relaciones sexuales poco frecuentes y depresión, pero las personas deprimidas que eran sexualmente activas (especialmente las mujeres) se veían mucho menos afectadas por los efectos negativos de la depresión en la salud.

En cambio, los hombres que no mantenían muchas relaciones sexuales no se enfrentaban a un mayor riesgo de mortalidad. El aumento de la frecuencia sexual tampoco parecía que les proporcionara los mismos beneficios. Es más: con una alta frecuencia sexual, los hombres tenían seis veces más probabilidades de experimentar una mayor mortalidad que las mujeres, lo que demuestra que la frecuencia sexual interactúa con el género para aumentar la mortalidad.

Sanz reconoce que no se lo esperaba. «Pero si lo analizamos mejor vemos que realmente la actividad sexual puede tener beneficios cardiovasculares para ambos géneros, tanto para hombres como para mujeres. La cuestión es que la forma en las que esto tiene beneficios es diferente», indica.

Esto es así porque las mujeres, después de la menopausia, «experimentan un aumento en el riesgo cardiovascular». Y, en ese sentido, los beneficios de la actividad sexual se hacen más notables para ellas que para los hombres.

«Además, las hormonas sexuales como son los estrógenos en las mujeres tienen efectos protectores sobre el sistema cardiovascular. La actividad sexual puede influir para regular estas hormonas y ofrece beneficios adicionales en términos de salud general para las mujeres», añade.

Satisfacción emocional

Sanz añade que «la actividad sexual normalmente está asociada con mayor satisfacción emocional y bienestar psicológico y las mujeres pueden experimentar beneficios en términos de reducción del estrés, la ansiedad y la depresión a través de la actividad sexual, lo cual puede tener un impacto positivo en la mortalidad».

«Además -prosigue- la calidad de las relaciones íntimas y esta conexión emocional que pueda surgir de la actividad sexual pues puede ser importante para las mujeres, ya que ellas valoran relaciones emocionales profundas y eso hace que experimenten un mayor impacto en su bienestar general».

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