El rearme del ejército

Esta semana hemos visto la entrega de aperos militares por parte del ministro de defensa a las diferentes unidades militares.


Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


H emos observado, además, como en el pasado quinquenio, el equipamiento del ejército se ha actualizado, dotando a la tropa y remozado los acorazados ligeros, así como drones, acompañado de una campaña emprendida desde el ejecutivo, favoreciendo la expansión numérica del ejército.

Tal esfuerzo empero no se corresponde con ninguna agresión a nuestras fronteras.

Por otro lado, al mismo tiempo hemos apreciado cómo la PNC y la FGR no han sido actualizados en proporción de la campaña que contra la inseguridad pública adelanta el ejecutivo ilegal.

En el caso de la PNC, incluso se la ha desprovisto de la experiencia que reunieron los oficiales fundadores de la misma, obligados al retiro, atropellando elementales derechos de estos, mientras no se ha dado el relevo generacional, por la poca motivación que los jóvenes tienen ahora por abrazar la carrera policial, dado el creciente desprestigio que padece junto a la FFAA en razón de los abusos que entre ambos cometen contra la población civil, en particular contra las comunidades populares.

Por otro lado, el gran logro que exhibe esta gestión, es precisamente haber reducido exponencialmente la violencia social, con muchos menos asesinatos y violencia social en general hasta un mínimo histórico.

En razón de ser la principal afectada por las pandillas, la población abraza estas medidas.

Sin embargo, esa seguridad no se ha logrado sin un alto coste para la población, que ahora sufre los arbitrios y abusos de la milicia y de la PNC, debidamente confirmadas judicialmente, pues son responsables, el ejército en mucha mayor medida, de golpizas, torturas, violaciones, secuestros, asesinatos y desapariciones, también de agravar las condiciones de desigualdad y exclusión que padecemos, con la venia del ejecutivo.

Aquí la cuestión de la entidad armada, pues su existencia ha sido dedicada a lo largo del tiempo, a garantizar los privilegios de las élites económicas.

Para confirmarlo basta con revisar su infame historia, donde descubriremos que desde su fundación ha violentado reiteradamente los límites que le impone la Constitución, quebrando la institucionalidad, siempre dispuesta a asesinar al pueblo cuando este ha reclamado sus derechos a las élites.

Quienes cruzamos los 50 años podemos dar fe de la brutalidad con la que actuó la FFAA contra la población civil, durante el pasado conflicto armado, frustrada por los reveses que le significó enfrentar al muy limitado END en su terreno.

Ahora no es diferente, pues el golpe de estado que sufriera la República hace dos años, cuando el ilegal ejecutivo que nos mal gobierna removió por la fuerza a la Corte Suprema, sólo fuera posible con la asistencia armada de las FFAA, que estuvieron también ahí, cuando asaltaba antes el mismo ejecutivo, el hemiciclo legislativo.

Entonces no es difícil estimar qué hay detrás del rearme de las FFAA, por lo que nosotros, el soberano, bien haremos en hacer memoria de lo que nos deparó eso en el tiempo, en el pasado.

 *Educador salvadoreño

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