Introducción e intromisión.
Por: Edwin Felipe Aldana Aguirre*
P areciese que también el campo de la educación ha sido tomado por asalto, y no sólo para poseerlo y mejorarlo; sino que, para destruirlo, y con él ir desmontando lo humano de la especie; convirtiendo a la educación en una mercancía más, para quien pueda pagarla. La intromisión pues, puede que sea un intento de defensa.
¿Será que la gentrificación de la versión neoliberal del capitalismo cool va por la educación? La voracidad natural del Capital no debería dejarnos dudar de esto. La reciente pandemia de la Covid 19 creó el escenario propicio, para que la industria de las TIC, -Tecnologías de la Información y Comunicación-, aceleraran su ofensiva para copar del mercado la nueva mercancía. Evidentemente, el uso del desarrollo tecnológico debe potenciar y potencia a la educación entendida ésta rectamente. El papel del maestro, si bien necesita ser replanteado y enriquecido con el avance de las ciencias, la filosofía y las tecnologías; jamás debería contemplar su desplazamiento, en beneficio de un enorme arsenal de recursos de las TICs, los océanos de información y formas operativas que expulsan a la razón humana de la realidad educativa.
El hecho que en el título de este esfuerzo aparezca la “e” entre paréntesis, es decir, la cópula encerrada o no ejerciendo su peso gramatical, o su realidad gramatical si se quiere; significa precisamente que educación e inteligencia humana han ido cayendo en una suerte de separación con objetivos bien precisos de control y manipulación. Y esto producto de mentalidades políticas abiertamente antihumanas.
Esta reflexión dirigida a educadores y estudiantes pretende remarcar otra suerte de desplazamiento que deberíamos seguir o investigar con mayor hondura, dado que no es un desplazamiento cualquiera, sino que, el desplazamiento de dos realidades fundamentales; y quizá se pueda decir, que son realidades esenciales ya que sin ellas no habría mundo humano; por tanto, al ser desplazadas de la educación -primer escenario-, se convierte en un duro golpe a la recta tradición humana: Inteligencia y Realidad. Que, dicho sea de paso, son una unidad indisoluble del mundo humano.
Esta problemática nos lleva a tres preguntas ineludibles dada la seriedad del tema: ¿Quién es el ser humano?, ¿Qué es la realidad?, y ¿Qué es en definitiva la educación? De las tres preguntas hay una amplísima literatura, no obstante, y dado que este es un artículo para un semanario que llega a sectores populares, haremos algunas anotaciones desde la filosofía de la realidad histórica de Ignacio Ellacuría. Buscando no sólo dar respuesta a estas preguntas, sino que, también, intentando aportar elementos radicales, -que van a la raíz de las cosas-, elementos para desideologizar y con ellos, el carácter emancipatorio que tiene esta Filosofía de la Realidad Histórica.
Separaciones abusivas hay varias, pero nosotros vamos a enfocarnos en dos: Educación e Inteligencia e Inteligencia y Realidad. Este desdén y cuasi desprecio a la inteligencia humana no es antojadizo, y más aún, cuando hay un discurso de modernización, de superación tecnológica y hasta humana, que pretende convencernos al igual que en el campo económico y ahora en el campo educativo, que lo humano ya está en franco desuso. El capital y la tecnología nos ofrecen construir el nuevo cielo. Pero este cielo, ¿Para quiénes será?
Este trabajo, pretende también motivar a profesionales y estudiantes a conocer la Filosofía de Ignacio Ellacuría, a acercarnos a la dimensión de este Hombre Filósofo que construyo su Filosofía desde El Salvador y sus luchas. Con él también conoceremos a su maestro y amigo, Xavier Zubiri. Vamos pues al grano.
La Especie Humana.
Dentro de este esbozo, iremos señalando las claras líneas que la vida humana ha ido históricamente expresando a través de la educación. Entendiendo esto, como Tradición, que es un concepto clave de la realidad humana, y lo veremos más adelante.
Desde el plano de la Biología, el animal humano tiene una diferencia radical respecto de los puros animales. Y esta diferenciación no radica en los contenidos -más o menor capacidad y recursos- sino que, en una estricta Formalidad. Los puros animales por decirlo de alguna manera, se mueven en el marco de la formalidad de estimulidad; y para ello ya tienen un elenco predeterminado de respuestas con las cuales transcurren en el mundo, respondiendo a diversos estímulos en su entorno. Eso no desconoce que haya animales con mayores niveles de formalidad estimúlica y con un nivel de respuestas más ricas; no obstante, están constreñidos al “mundo” de los estímulos.
La diferencia entre los seres humanos y los animales se plantea como una formalidad distinta y con algunas cosas comunes. La Formalidad de Realidad es lo propio humano; aprehendemos las cosas como un “de suyo”, es decir, captamos las cosas como reales, como lo que son en una primera instancia. Esa Impresión de realidad nos actualiza las cosas como tales, como son, y en esa actualidad campal; las cosas se nos presentan en un espacio con otras cosas. Es decir, las cosas son reales, independiente de nuestra captación. A diferencia de los animales, que participan de esa impresión como estímulos, y tienen un cambio corporal que posibilita una respuesta ya casi determinada; para el Ser Humano es en gran medida diferente, aunque participemos en esa expresión funcional de cambios en nuestro cuerpo para una respuesta al estímulo. El ser humano, por su parte, no está urgido de dar una respuesta, porque en esa Impresión de Realidad, no sólo actualiza la cosa como tal, sino que, también, a las cosas junto con otras cosas y dentro de ese espacio, el Ser Humano se percibe así mismo, -por decirlo de alguna manera; ya mis amigas y amigos que son Filósofos de verdad lo dirán mejor-, puesto o instalado entre las cosas. En otras palabras, el ser humano es un animal biológicamente considerado, para quien esa impresión no es solamente estimúlica, sino que, es una Impresión de Realidad. En ese sentido, por eso decimos que el ser humano es un animal de realidades. Se enfrenta a las cosas como reales y así mismo, como parte de esa realidad.
Desde el bebé vemos como el ser humano, al enfrentarse a la realidad, propende al control de su entorno y al control de sí mismo. El bebé humano es investigador natural, es un ser de búsqueda constante; todo lo toca, todo lo prueba y hasta el mismo proceso de erguirse y caminar implican un esfuerzo enorme, pero que nos va instalando y realizándonos en un espacio familiar, comunitario y social en sentido estricto. Ese primer enfrentamiento nos muestra como se constituye o se construye la Inteligencia respecto de las Realidades. Pedagógicamente eso nos indica, que el ser humano, antes de usar la razón, usa la inteligencia en su enfrentamiento con la realidad. Y solamente a partir de ahí, basa la expresión del Logos y la Razón como parte de su buen o mal desarrollo.
Socavar pues y expulsar la Realidad de los planes educativos, es la antesala para expulsar al Ser Humano, su Inteligencia y su Razón, de la vida social, económica y cultural del nuevo mundo que pretenden ir gestando las nuevas oligarquías, cuya naturaleza vamos constatando que es abiertamente idolátrica. Y pretenden naturalizar, normalizar, el predominio de minorías transnacionales cuyo dios es el Capital, sometiendo a grandes porciones de la población mundial bajo el dominio del Capital utilizando las seudo ciencias y la tecnología para sus propósitos. Esto nos llevará a más conflictos al interior de nuestra Especie Humana, porque expresamente nos quieren privar de nuestra inteligencia, haciéndonos creer que es algo en desuso y superable por las tecnologías de la información y la “comunicación”.
Bibliografía disponible en PDF. Puede solicitarla.
- Filosofía de la Realidad Histórica.
- Escritos Filosóficos. Tomo 2 y 3
- Filosofía, ¿Para qué? Ignacio Ellacuría
- Introducción a la práctica de la Filosofía. Antonio González
- Sobre la Esencia. Xavier Zubiri
*Investigador y Docente Universitario.
