¿Son o se hacen? Todos, absolutamente todos, caen en la red y se pasan minuto a minuto hablando, opinando, insultando, “analizando”, acerca de cualquier tema que les propone bukele a los “creadores” jajaja de “contenido” más jajaja. Son patéticos.
Por: Miguel Blandino
A los que les pagan los pongo aparte porque ellos cumplen el encargo de repetir todo lo que les mandan desde Casa Presidencial, ese es su trabajo.
Pero los que proclaman su distancia respecto del régimen fascistoide los que de acuerdo a la moda niegan ser oposición, y dicen que son “proposición”, menos jaja y más sonrojo vergonzantes ante esos que reniegan bajo la cuerda-, esos dan pena como simples compañeros de viaje.
Desde Franklin Martínez, Roberto Dubon, Cesar Fuentes, y muchos otros, que desde dentro de El Salvador y desde el extranjero, se esmeran en mantener al auditorio mórbido y ávido de chisme, pendiente de cómo se llaman las prostitutas que contratan los diputados y de sus fotos en bikini, o con menos vestuario, y pierden por completo de vista lo realmente grotesco y criminal que está pasando justo en este mismo momento frente a sus narices hipertrofiadas.
Algunos, como Dubon -al parecer simpatizante de bukele- dice incluso que es una lástima que por culpa de esos malos diputados se manche la imagen del señor presidente. Vaya. No le basta con seguirle el juego de distracción sino que pone una barrera exculpatoria. Realmente no me extraña siendo, como es, un integrante del FMLN de José Luis Merino, el socio y financista de bukele.
Supongo que la línea de propaganda efemelenista consiste en la protección de la imagen de bukele, poniéndolo por encima y al margen de los pecados de los descartables.
Desmond Mpilo Tutu, el Arzobispo de Ciudad del Cabo, un hombre de la misma estatura de Óscar Romero, decía en plena batalla contra el Apartheid que aquel que en los momentos de crisis se pone en el centro, y pretende ser neutral, está realmente del lado de la injusticia y del crimen.
Por supuesto que debe denunciarse hasta el mínimo de los abusos del terrorista que nos oprime, pero no caer en la defensa diciendo que esas son cosas de sus malos amigos y no son responsabilidad del jefe, del capo, que los deja robar esas migajas como pago, como botín de guerra.
“Lástima” es la palabra recurrente de Roberto. Le mueve a la tristeza constatar que los malos militantes de Nuevas Ideas empañen el desempeño de bukele.
Entonces es cuando me pregunto si estos “creadores de contenido” son o se hacen.
Al enemigo del pueblo no hay que compadecerlo ni darle buenos consejos para que no siga dando pasos en su camino al infierno. Al contrario, hay que dejarlo hasta que se reviente el hocico y se rompa los dientes.
Dice Roberto “es que si a él le va bien, a todos nos va a ir bien”. ¿Iluso o tan solo deslumbrado por las lucecitas de bukele?
En El Salvador se está desmontando toda la institucionalidad que todavía queda de la antigua República que una vez existió y se están borrando los tenues trazos de la incipiente cultura democrática que una vez se intentó insuflar en el alma de cada ciudadano.
Marvin Aguilar, el cheerleader principal de bukele en San Miguel hasta 2019, dice que lo que pasa es que así somos todos los salvadoreños, brutos y salvajes, sanguinarios y vengativos, ignorantes y perversos. Toda su frustración por haber sido bajado de la candidatura a la alcaldía migueleña la descarga contra el pueblo, así, en general, para no denunciar el pacto de bukele con Will Salgado que, a cambio de entregarle la candidatura presidencial a bukele, aceptó la candidatura a alcalde de San Miguel que ya se saboreaba Marvin, el defenestrado.
No puede entender el “hombre más culto de El Salvador”, como le dicen sus fans, que en la mafia primero son los capos, después los lugartenientes y al final están los soldados. Él es un soldado, Will es un lugarteniente y bukele es el capo. Es bien fácil de entender: se llama orden jerárquico.
Pues bien, en El Salvador actual, los soldados van a caer primero. Por eso toda la propaganda y los seguidores apuntan hacia ellos y tiran a matar. Si la cosa se pone fea van a caer los lugartenientes. Y solo al final caerá el capo, si no negocia una salida honorable, que es factible.
Por ahora van a seguir con el show legislativo dirigido a los despiertos. Para los dormidos bastan las lucecitas de colores.
Están escondiendo la venta de los puertos y, con ellos, de la soberanía y la seguridad nacional. Pero falta por ver qué o a quién van a lanzar los leones para encubrir los juicios a los mareros socios de bukele que viven en una prisión de Nueva York. Falta menos de un mes para que el Crook se encuentre cara a cara con el juez. ¿A quién va a entregar bukele? ¿Al Slipton, perdón, a su mano derecha, a su embajador en materia de relaciones intermafias?
Estas son las cosas importantes: La venta del país al crimen organizado internacional.