Intrascendencia del legislativo

La doctrina de la separación de poderes en el estado, se introduce entre otros con el ánimo de generar una clase burocrática que gestione la cosa pública desde una especificidad en el ejercicio de funciones, que supone en la práctica la no invasión de una hacia las demás, además de un sistema de pesos y contrapesos que impida cualquier abuso del poder.


Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


Pues por ley la burocracia se controla a sí misma.

C uando entonces algún funcionario público reniega de los límites que le impone está en su ejercicio, alegando que se lo coarta intencionadamente, sucede porque esté o no comprende que la burocracia estatal gestiona activos públicos, que deben ser controlados para que sean la base sobre la cual se aseguren el bienestar como el desarrollo de la población, o, porque simplemente está ahí con el ánimo de expoliar los mismos activos que juró proteger al asumir como funcionario público.

¿Reconoces esto en lo que se sucede ahora mismo?

Cuando quién ahora ocupa ilegalmente la silla presidencial adelantó aquella campaña dirigida a imponer en el imaginario de la población el supuesto de que la burocracia le negó siempre el acceso a los activos públicos, mintió siempre flagrantemente, pues lo que esperaba y ahora se ha confirmado y entonces advertimos, era acceder sin restricciones a los mismos activos para poder hacer un uso irregular de estos.

Dilapidándose o utilizándolos para enriquecerse y a su entorno.

Para poder lograrlo necesitó primero aprovechar de la población, ese hartazgo que de la clase política padece, para instrumentalizarlo a su favor, mediante la abusiva campaña desinformativa y de alienación que adelanta, a la par que ejecutó un golpe de estado contra el poder judicial, a partir de lo cual desmonta del estado de derecho, que facilitan tanto el poder militar como el legislativo.

Este último no es más ya un poder en términos jurídicos, sino apenas una extensión sin voluntad y dócil de ese ilegal ejecutivo que nos mal gobierna.

Podemos comprobar esta aseveración al observar cómo son aprobados sin más los dictados de CAPRES, sin consideración de su trascendencia o de las implicaciones que para el futuro de la nación y de nuestro pueblo, traerán estas.

Podemos además observarlo al apreciar el nivel que imprimen a sus conversatorios, plagados de contradichos y sinsentidos, como por el desenvolvimiento que estos tienen en los territorios que visitan, donde simplemente no interactúan con la población, por incapaces, lo que ésta sabe, comprendiendo que son apenas títeres intrascendente y desechables, que están ahí no por su cualificación para el cargo, que no poseen, sino por su sujeción y sometimiento enfermizo hacia la presidencia, así como por su avaricia y malicia manifiesta, como por lo proclives a la ilegalidad y la banalidad que los caracteriza.

En resumen, reduciendo al poder legislativo a su peor momento en la historia de la República, por su nulo desempeño, como por su incomprensión sobre cómo la historia recogerá su actuar.

Conformándose en un remedo, un bulto intrascendente de sí mismos.

*Educador salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.