El pulpo de la corrupción

Mientras pobreza aumenta en municipios


Por: Miguel A. Saavedra


E l gobierno de Bukele se ha convertido en un pulpo con cabeza gigante, pero sus famélicas extremidades (los municipios) viven cada día en más pobreza y miseria.

La reciente reducción de municipios en El Salvador, de 262 a 44, empieza a generar algún debate. Esta reestructuración, que entró en vigor en mayo tras la aprobación de una ley especial, fue una maniobra política del régimen actual, con una visión de «Estado Botín». Este modelo busca consolidar el poder y los recursos en manos de unos pocos, dejando a los municipios como meras extremidades famélicas de un pulpo estatal concentrador.

El estudio del PNUD y las observaciones ciudadanas han revelado un panorama preocupante pues mientras el gobierno central se comporta como un pulpo con una cabeza gigante, concentrando poder y recursos, sus extremidades, los municipios, se encuentran famélicas, empobrecidas y desnutridas.

Esta metáfora del pulpo ilustra cómo el gobierno central acumula y controla los recursos, dejando a los municipios en una situación de precariedad y abandono. Los estudios y las voces ciudadanas han puesto bajo la lupa esta realidad, destacando la necesidad urgente de una gestión más equitativa y transparente.

Analfabetismo y Rezago Educativo

El estudio del PNUD, titulado “Mapa socioeconómico: guía para los 44 nuevos municipios de El Salvador”, revela que 26 de los nuevos municipios tienen una tasa de analfabetismo superior a la media nacional del 10%. En estos municipios, una de cada cinco personas mayores de diez años no sabe leer ni escribir, con una mayor incidencia entre las mujeres. La ruralidad sigue siendo un factor determinante en las desigualdades territoriales, con 21 municipios donde más del 50% de la población vive en áreas rurales.

Pobreza y Desigualdad

Mientras los distritos se hunden en la pobreza multidimensional, los nuevos funcionarios municipales han triplicado sus sueldos y dietas, a pesar de deber salarios atrasados a sus empleados. En la mayoría de los municipios, más del 70% de la población ocupada tiene empleos informales, sin seguridad social y con ingresos bajos. Las oportunidades económicas están limitadas no solo por los bajos ingresos, sino también por la falta de acceso a servicios básicos como salud, educación y empleo.

Remesas: Un Salvavidas

Las remesas juega un papel crucial en la economía de muchos municipios, especialmente en «Cabañas» y «el oriente del país», donde entre el 50% y el 60% de las familias dependen de este apoyo para cubrir sus necesidades básicas. Sin estas remesas, muchas familias estarían sumidas en una pobreza extrema.

Servicios Municipales Deficientes

En 21 de los 44 municipios, más de la mitad de los hogares no tiene acceso a un servicio público de recolección de basura, lo que resulta en calles y zonas rurales inundadas de desechos. Además, los problemas de movilidad son graves debido al deterioro de las vías. Las finanzas municipales están en rojo, con altas deudas bancarias y poca inversión en obras públicas. Los nuevos gobiernos locales han heredado deudas superiores a los $10 millones, pero la pregunta sigue siendo: ¿ha mejorado la vida de sus poblaciones?

Estos datos fríos y alarmantes se basan en estadísticas oficiales del año 2023. No cabe duda de que la situación será aún más preocupante cuando se actualicen con los resultados del censo nacional realizado este año. Esperamos que esta información no sea clasificada como reservada, como ha sucedido con otros datos públicos, ocultos por siete años.

Cada vez más, la población de los 44 municipios llega a la triste y contundente conclusión de que “el dinero no alcanza cuando manos corruptas lo manejan y se lo roban”.

La reestructuración de los municipios en El Salvador ha revelado profundas desigualdades y deficiencias en la gestión pública. Es crucial que los ciudadanos se mantengan vigilantes y exijan transparencia y rendición de cuentas. Solo a través de una participación activa y crítica se podrá combatir la corrupción y asegurar que los recursos se utilicen para mejorar la calidad de vida de todos.

El reto ciudadano es claro e implica involucrarse, denunciar y exigir un gobierno local que realmente trabaje para el bienestar de sus comunidades. La transformación comienza con cada uno de nosotros, demandando justicia y equidad en la administración de nuestros municipios.

 

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