En dos minutos de una entrevista de finales de 2022, el ex ministro de Hacienda de El Salvador, Alejandro Zelaya, hizo tres afirmaciones erróneas sobre la nueva ley de pensiones que entró en vigencia en 2023.
Por: César Villalona
E l ministro hablaba como vocero del Gobierno. Veamos:
Primera afirmación: “Las AFP tenían una comisión del 2% del total de las cotizaciones y ese 2% se redujo a 1%”.
Falso. Del 2% de comisión, las AFP mandaban 1.1% a las empresas de seguro y se quedaban con 0.9%, que era la comisión real. Con la ley de 2023, la comisión se fijó en 1%, pero de ahí no se envía nada a las empresas de seguro. Por lo tanto, aumentó de 0.9% a 1%.
Al subir la comisión y haber más cotizaciones, las ganancias de las AFP aumentaron de $17 millones en 2022 a $32.6 millones en 2023, casi el doble. Y entre enero y julio de 2024 ya se ganaron $24 millones, o sea, que apuntan a ganarse $41 millones en el año (https://ssf.gob.sv/servicios/estados-financieros/).
¿Cómo podría explicar el Gobierno de Bukele que la comisión de las AFP baje y sus ganancias se dupliquen?
Segunda afirmación. “El servicio del seguro por el que ellas (se refiere a las AFP) decían que cobraran un 1% adicional, pasó a ser responsabilidad de la cuenta de garantía solidaria…”
Falso. No había un 1% adicional. Como ya dijimos, era del 2% que captaban las AFP que se enviaba el 1.1% (no el 1%) a las empresas de seguro.
Tercera afirmación: “Vamos a regular que nadie más pueda echar mano de esos fondos de pensiones”.
Falso. Junto a la nueva ley de pensiones se aprobó la creación de Certificados de Obligación Previsional (COP), documentos legales que el Instituto Salvadoreño de Pensiones emite y les entrega a las AFP a cambio de dinero. Desde abril de 2023, cuando comenzaron a emitirse, hasta julio de 2024, las AFP han comprado COP por $1,780 millones. Ese dinero lo debe el Estado.
Al sumar ese monto con la deuda que ya tenía el Estado con los fondos de pensiones, la deuda actual asciende a $10,186 millones, el doble de la que encontró Bukele en 2019, que era de $5,071 millones (https://estadisticas.bcr.gob.sv/serie/informacion-relacionada-al-sistema-de-pensiones).
En realidad, el señor Zelaya no fue más que un vocero político de un Gobierno manipulador. Y mucho aprendió de su jefe Bukele, quien en 2018 llegó al extremo de decir en un encuentro con estudiantes en la Universidad de El Salvador que “… traemos propuestas para empezar a desmontar el modelo neoliberal. Empezaremos una verdadera reforma del sistema de pensiones…” (https://diario.elmundo.sv/Pol%C3%ADtica/bukele-dice-que-iniciaria-desmontaje-de-modelo-neoliberal-con-pensiones).
Como la doctrina neoliberal plantea debilitar la esfera pública y fortalecer la privada, tal promesa debía conducir a lo contrario, es decir, a eliminar las AFP y crear un sistema público de pensiones. Pero como eso no lo puede hacer un gran empresario de ultraderecha como Bukele, cuando éste llegó a la presidencia de la república las AFP siguieron operando y ganando más dinero.
Ver entrevista del ex ministro
