Neonazis en el poder

Pasadas las últimas elecciones, las previsibles irregularidades que anticipamos se sucederían en las urnas, se concretaron.


Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


L o peor es la naturalización que de esa infamia se ha hecho.

Los ilegales resultados derivaron en un estado inexistente, que ha finiquitado todo rastro de legalidad e institucionalidad que suponga un estorbo para concretar el estado fascista que el régimen pretende establecer.

Esto ha dado paso a un estado policial que solo subsiste gracias a conformarse nuestro país, en el ariete que promueve esa anomalía llamada libertarismo, y que no es otra cosa que la promoción del neonazismo, donde la primera víctima es la propia libertad que diera paso por su tolerancia, a esto, conformando el estado de partido único que padecemos.

Para nosotros, que carecemos de autosuficiencia por ser completamente dependientes del norte, el mantenimiento formal de las instituciones estatales es simplemente una mascarada con la que nos presentamos ante un occidente formalmente democrático, que en realidad es tan decadente y en tan grave descomposición, que alguno de sus mayores representantes ya no tienen problemas en evidenciarse, como es el caso de Francia, que sin ambages desconoce la voluntad de su pueblo como el régimen hace en estos lares.

Un hecho poco conocido pero que cualquiera puede descubrir al revisar las fuentes históricas, lo es el colaboracionismo militante francés con el nazismo, por lo que ese relato romántico de la supuesta resistencia valerosa del completo pueblo francés es una farsa, y solo la practicaron los partisanos comunistas, que son los únicos que montaron una verdadera resistencia al invasor, salvando ellos solos el honor francés.

El gran logro de Charles de Gaulle fue precisamente establecer ante la historia, una narrativa que presenta a Francia alineada con los valores occidentales y “resistente a los hunos de oriente”, con la complicidad de EEUU e Inglaterra para establecer contra la URSS, una alianza capaz de enfrentarla al finalizar el conflicto.

Todo esto está debidamente respaldado por los hechos.

De nuevo en el presente, el régimen nos ha impuesto una narrativa según la cual, gozamos además de la supuesta seguridad con la que se vende nuestro país a los apocados, el también supuesto logro de una prosperidad sin paralelo en nuestra historia, alcanzada así nada más, sin recuperar el agro ni impulsar la generación de industria ligera o semi pesada, sin poseer una política laboral, ni índices de ocupación presentables, pero en cambio sí un grado de desocupación laboral incontestable que obliga a un cada vez mayor número de conciudadanos a refugiarse por seguridad o razones económicas, en diferentes países, pero asegurándose el mismo régimen, que sean sus remesas las que sustentan la fracasada economía promovida por él, para ser presentado esto como su logro.

Lo descrito acá puede ser cotejado revisando la historia y los hechos, con lo que cualquiera descubrirá que lo que el régimen promueve es en realidad el establecimiento de un estado neonazi en toda regla, trayendo consigo la misma oscuridad que casi acabó con la civilización hace 80 años.

*Educador salvadoreño

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