Por: Luis Arnoldo Colato Hernández.
CÓMO EL RÉGIMEN PARA COMETER LOS DELITOS CON QUE NOS AGOBIA, HA LOGRADO NO SOLO EL SILENCIO CÓMPLICE DEL PUEBLO, TAMBIÉN LA NATURALIZACIÓN ESCANDALOSA DE ESTOS HECHOS.
La tortura y descarnado asesinato de hasta 500 ciudadanos dentro del sistema carcelario, de acuerdo a informes que por separado así lo denuncian, 98% de los cuales carecieron siempre de perfil delincuencial volviendo estos crímenes una verdadera infamia.
La persecución y captura de algo más de 35,000 ciudadanos por simples razones políticas, donde ninguno de ellos detento conductas que validaron su detención, derivando por ello en afectaciones que han destruido literalmente sus vidas y las de sus familias, sin más razón que la de aparentar perseguir al delito para así justificar a las fuerzas dentro del régimen, más oscuras y extremistas.
La desarticulación del andamiaje institucional y la legalidad, con el ánimo de impedir que sea un valladar al saqueo de la cosa pública, pero además provocando un peligroso escenario donde la irregularidad campea, desprotegiendo así y por completo a la ciudadanía.
El más descarado saqueo de la cosa pública, con precedentes solo en el habido durante los desgobiernos militares y de arena, y que como entonces, también los primeros son ahora los garantes, los cómplices necesarios que encubren y aseguran ese saqueo.
La instauración en nuestro país de un régimen neonazi al servicio del proyecto neocolonizador de América Latina, coludido con esos otros 3 regímenes falderos del imperio, que, bajo la égida de las potencias coloniales, se han entregan a la concreción del proyecto de asegurar y continuar su control sobre nuestra región, profundizando su despojo gratuito, y negándonos con todos sus medios, el derecho a construir nuestro futuro.
¿Cómo ha sido posible?
¿Cómo, todo un pueblo sencillamente ha vuelto la vista y decidido no hacer nada por impedirlo?
La nuestra es una población que en promedio tiene entre 4 y 7,2 años de estudio, que apenas sobrevive en medio de carencias crónicas, al que se le ha negado no solo instrucción, también la conciencia misma, pero sobre todo el cobijo de un estado protector, dejándolo siempre a la deriva, sin norte ni identidad, pues para colmo y en un esfuerzo titánico de parte del modelo por negarse a dar cuenta de sus crímenes, ha desmontado y desdibujado la memoria, lo que ha redundado por estas razones en una población que es fácil presa de los avances del evangelismo mojigato y puritanista más bajero, que conservador como es, se construyó en el aliado por antonomasia del conservadurismo para concretar este proyecto.
Este perfil del ciudadano promedio hace plausible que la mediática gubernamental haga lo suyo, sin aceptar su contenido, lo que es patente en los procesos electorales pasados, pero admitiendo convivir con esto, sin quejas, simplemente volviendo la vista mientras llega su turno de ser afectado.
El éxito del régimen reside entonces en haberse sabido vender, para una vez ocupado legalmente el poder, adelantar el manual gobelino nazi y perpetuarse en él, corrompiendo no solo a la institucionalidad, sobre todo al pueblo.