Desde la visión sindical la investigación confirma que la situación de las personas trabajadoras está gravemente establecida desde hace varias décadas, sin que se haga nada por transformarla, por los regímenes gubernamentales de turno; es complicado entenderlo siendo el período que enmarca el gobierno del FMLN, que fue un intento por abordar el grado de pobreza y no participación en el proceso económico del país.
Por: Róger Hernán Gutiérrez[2]
M ucho de los datos investigados detallan en el resumen como van desechando el enfoque de pobreza limitado y estático que hemos tenido y arrastrado históricamente, lo importante acá es incorporar el análisis de exclusión social que sustentaría en mucho que las relaciones establecidas por las personas trabajadoras son de no participación en el proceso económico, en una sociedad con base capitalista y dependiente; y es importante por cuanto el sesgo que muchos regímenes anteriores y el actual hacen, es no abordar la tesis que mucha de la causa del empobrecimiento constante en las personas trabajadoras es el proceso económico excluyente que está cimentado en el país.
Para desarrollar los procesos de acumulación capitalista evidenciados desde los acuerdos de paz, y el sostenimiento de los estándares, medidas y acciones en detrimento de la participación en el trabajo remunerado, y como el Estado no ha sido garante de derechos de ciudadanía como la cobertura de salud, educación, y otros servicios que compensasen subsidiariamente la situación económica difícil por la que pasan las personas trabajadoras.
Y es tanto así que queda claramente evidenciado una mayor o menor exclusión social para la población trabajadora, que la investigadora establece como primaria. Los datos sostienen lo desventajoso que es sobrevivir en un país con pocas o nulas probabilidades de crecimiento, la creación de trabajo precario, con altos números en cuanto a dicha precariedad por ser un trabajo no remunerado, por personas desempleadas y un trabajo precario claramente por debajo del salario mínimo en el régimen de que se trate.
La exclusión primaria, encuentra dificultades serias para convertir al Estado en un ente que apoye subsidiariamente a las poblaciones laborales que viven en una crisis de sobrevivencia permanente, no crecen los bienes y servicios—producto interno bruto de la economía— en este período lo hacen en un promedio más o menos del 2%. Y eso afecta lo fiscal, pues las empresas en su renta contribuyen menos, y no hay forma de disponer de un presupuesto sostenible y financiable sin mayores endeudamientos, bajos niveles de inversión extranjera casi 700 millones en el período. Las empresas siguen sosteniendo graves dificultades de producción que afecta los derechos laborales y la sostenibilidad de las personas trabajadoras remuneradas; ya no digamos aquellas cuyos ingresos no provienen de remuneraciones o laboran con salarios precarios—abajo del mínimo—.
La inflación promedio del país que afecta 238 bienes y servicios sigue subiendo, la canasta básica alimentaria en lo urbano es del 28% y del 27% en lo rural, tenemos el 6% anual, es por eso que se demanda un incremento al salario mínimo del 25%. El endeudamiento es de cerca de 30,000 millones de usd, con un pib de 34,000 millones, es más del 80%. El empleo está siendo afectado, cuestión que la población trabajadora demanda como una cuestión de gravedad; en consecuencia, como economía no hay una acción y medidas que eleven la inversión extranjera entre nuevas empresas, ampliaciones y compras de empresas por capital extranjero, se genere menos fuga de capital (Calleja y otros), menos importaciones y menos endeudamiento.
La maquila, cayó un 15% las exportaciones y hay un problema en el mercado de USA, pero el Ministerio de Trabajo no adopta políticas que traigan apoyo a la crisis, reactivando un diálogo social donde se ponga en la mesa los factores del problema, y se vea una solución a corto y mediano plazo de dicho problema económico – laboral.
Sumado una exclusión primaria y una ciudadanía sin derechos o en el mejor de los casos muy débil, hace que las personas trabajadoras enfrenten en el país mayores dificultades para mejorar condiciones materiales mínimas de existencia y de participación económica y social en la sociedad. Si tomamos en consideración como fuerza de trabajo ampliada—población económicamente activa e inactiva—el drama es aún mayor, los valores de afectación son sumamente altos con más del 49% de la población excluida ya sea de forma consolidada o latente, independiente del sexo, etnia, área geográfica, edad, etc al tomar en cuenta estos factores la exclusión social y la no participación en la economía es todavía más profunda.
En consecuencia el régimen de Bukele está demostrando que no ha corregido nada de lo que ha acusado y su anterior período las variables económicas, la pobreza, la inversión extranjera, exportaciones, siguen con problemas para un mundo del trabajo que sigue provocando despidos, expulsiones, deterioro de derechos laborales y de la vida económica, en tanto condiciones laborales no se ven fortalecidas para mejoras el estado de bienestar común al que se tiene derecho; tratamos con un marco legal violentado, un gobierno no dialogante y sumido en la opacidad, que no toma en cuenta el sentir y pensar de la población trabajadora.
[1] Saira Johanna Barrera, y otros-UCA (2009-2019)
[2] Sindicalista salvadoreño