Libro | Fascismo y dictadura

A lo largo del mundo, se está produciendo un nuevo empuje autoritario. Desde hace décadas, las democracias capitalistas están cambiando a una “especie” de “estatismo autoritario”. Preservando las formas de gobierno liberal-democrático, como tapadera para prácticas represivas y mecanismos de vigilancia, que pisotean las libertades civiles, sin ser necesariamente “fascistas”.


Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*


E l sociólogo greco-francés Nicos Poulantzas, publica “Fascismo y Dictadura: la tercera internacional frente al fascismo”, en mil novecientos setenta y cuatro. Dicho autor considera que, no se puede tildar de “fascismo” a cualquier expresión política de la extrema derecha.

La obra de Poulantzas se ocupa de tres temas: el fascismo como fenómeno político específico, el fascismo como “forma” particular de Estado capitalista de excepción y la política de la Tercera Internacional respecto al fascismo. La sustancia del libro es el fascismo en cuanto partido político y régimen establecido, igualmente, la interpretación marxista de los años veinte y treinta del régimen fascista. La obra presenta tres grandes bloques: el fascismo y su relación con los clásicos temas marxistas, la relación entre el fascismo y las clases sociales y el estudio del Estado Fascista como Estado de Excepción.

El imperialismo, es uno de los factores cruciales en la formación del fascismo. Pero el imperialismo no se puede reducir solo al proceso económico, éste es también político e ideológico. La Tercera Internacional consideraba al fascismo, como un estadio del desarrollo natural de la democracia burguesa. No consideraba el fascismo en Alemania, sino en Italia, porque era un país semi-industrializado. Poulantzas rechazo el enfoque liberal que presentaba al fascismo, como una “anomalía” en la historia del capitalismo, del mismo modo, desaprobó el determinismo económico de las teorías marxistas del fascismo de la Tercera Internacional, que lo veían como una “función necesaria” del gran capital en tiempos de crisis. El autor señala tres errores a la línea marxista oficial de la Unión Soviética: el economicismo, la ausencia de una línea de masas y el abandono del internacionalismo proletario. El autor opina que, a la luz de la experiencia China, su motivo se explica en la burocracia instalada en los aparatos del Estado. La Tercera Internacional repara en que, el fascismo, es un nuevo instrumento del gran capital financiero.

Poulantzas asiente que hay elementos políticos en el proceso de fascistización, como la crisis de representación de los partidos y la crisis ideológica. Su ocurrencia se debe a la desintegración de las clases dominantes y su hegemonía, así como la irrupción de una nuevo actor, combinado con el fracaso revolucionario de la clase trabajadora. El fascismo es fruto de una crisis de hegemonía.

Distingue que no hay más que dos ideologías: la burguesa y la proletaria, pero, no se puede entender el fascismo sin comprender la crisis ideológica de la clase dominante. Aspectos de la ideología fascista son los siguientes: culto al Estado, culto a lo arbitrario, elitismo, antisemitismo, nacionalismo, militarismo, anticlericalismo; papel especial de la familia pequeño burguesa que proporciona un comportamiento estanco, impermeable a la lucha de clases y refuerza los sentimientos de jerarquía autoritaria; papel especial de la educación, un aspecto obscurantista y anti intelectualista y el corporativismo.

El autor considera imprescindible distinguir entre el nazismo alemán y el fascismo italiano. La ideología nazi se basaba en incubaciones irracionales, racistas y estatistas del siglo diecinueve. En la implantación del hitlerismo fue importante la Gran Depresión Económica de mil novecientos veintinueve. Hubo una influencia decisiva de elementos ideológicos surgidos en el siglo diecinueve como el Super Hombre, el culto a la violencia y el mito de la superioridad de la raza aria.

El Estado, no solo se compone del estricto aparato de fuerza represiva. Incluye instituciones de hegemonía ideológica como iglesias, sindicatos, partidos y órganos de información, entre otros. Estas instituciones, gozan de una relativa autonomía dentro del Estado.

Diversos factores hacen contrastar al Estado Fascista en sus Formas de Estado y Formas de Régimen. El Estado Fascista es una forma del Estado Capitalista, es una forma de Estado de excepción que corresponde a una crisis política y es una forma de régimen. El fascismo es una forma extrema del “Estado Capitalista de Excepción”.  Los rasgos como régimen de excepción son, la existencia de un partido político para la movilización de las masas, relaciones variables entre el partido y aparato estatal según etapas, especial papel de la policía, papel secundario del ejército y disminución de la autonomía de los aparatos ideológicos frente al Estado. Poulantzas reconoce que el fascismo italiano era menos totalitario que el nazismo, debido a razones puramente económicas y de clase.

Los fascismo se nutrían de personas queno eran pequeños burgueses ni grandes capitalistas. Los fascismos se componían de personas de procedencia social diversa. Poulantzas valora que el Golpe Militar en Grecia que condujo a la dictadura de los coroneles y las dictaduras militares latinoamericanas, no eran fascistas, tampoco bonapartistas, ya que no se podía identificar la base popular que se asociaba con el fascismo clásico.

Por tanto, ante la posibilidad que el fascismo se repita, este no alcanzaría al poder bajo la misma forma que en el pasado. Tampoco los movimientos totalitarios repetirán la misma experiencia del fascismo de entre guerras.

*Psicólogo salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.