La cleptocracia de la mafia gobernante

El descarnado y desmedido saqueo que de la cosa pública realiza el régimen, además de negarnos cualquier futuro, favorece solo a la coyotada rampante del entorno del ilegal ejecutivo, como de las élites tras de estos, donde todos, hasta el menos conspicuo, son manilargas despreocupados con la certeza de su impunidad.


Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


S olo la referencia de esos desmedidos salarios, de $41,000.00 para individuos que bajo esta gestión el completo papel que desarrolló ha sido el de sentarse con actitud del que sabe, en el rol de funcionario público, sin saber realmente qué se debe hacer, lo que han hecho bien, le permite ganar eso.

Y qué decir de las negociaciones que bajo el tapete todos estos funcionarios hacen, lo que antes sabíamos sin evidencia y de lo que ahora tenemos completa certeza, que, sin importar su función y rango del funcionario implicado, supone un tráfico descarado de influencias donde el monto de la coima lo es todo, con completo conocimiento de la fiscalía y de las autoridades policiales, que, como el resto del aparataje, solo están para estar, sin estar.

Y qué decir de esos nuevos ricos, así como de los nuevos tenedores de tierras adquiridas mediando los recursos públicos, con beneficio concreto del círculo presidencial, donde el más favorecido es el ilegal ejecutivo, junto a su familia, apropiándose de grandes extensiones de tierra, para las que además desvió servicios de agua, asfaltado, seguridad, etcétera, aumentando el valor de estas exponencialmente.

Tal es el grado de descomposición moral que esta corruptela ha desarrollado en esta gestión, que, para continuar sus beneficios, no dudan despedir a centenares, miles de funcionarios públicos, de quienes los recursos que cubrían sus plazas, son desviados a intereses particulares, que bajo el esquema de opacidad que por decreto nos han impuesto, es improbable que por ahora se pueda seguir la pista de cómo son manejados, pero que evidentemente son para su beneficio.

Y qué decir de precisamente los despidos injustificados de personal estatal sumamente cualificado, los cuales precisamente y por esto, son separados de sus cargos bajo la absurda justificación de “no compartir la visión del régimen”, sus plazas congeladas, para cumplir con las condicionantes que la banca multilateral le impone al régimen para seguir las negociaciones por nuevos créditos para el estado salvadoreño, mientras al mismo tiempo son contratados el doble y hasta el triple de nuevos empleados sin habilidades para el puesto que se les asigna, que solo alimentan la grasa institucional y su embotamiento e incapacidad.

Y es que, como ningún gobierno anterior, el actual ha contratado deuda pública sin precedentes históricos, llegando a los 22 billones en el solo quinquenio pasado, los cuales sencillamente la población no puede revisar en razón del ocultamiento ilegal de la información pública, verificar cómo se han usado, o mínimamente donde están, que todos pagamos, y que todos estimamos que “muy seguramente” sólo enriquecerá a esa ratería.

Porque nos gobiernan criminales y neonazis, cuyo sino es el enriquecimiento gratuito y su impunidad.

*Educador salvadoreño

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