Libro | La mentira y el autoengaño en la sociedad actual

La Fundación Instituto Spiral, es una organización española dedicada a la asistencia y tratamiento de adicciones, alcoholismo y salud mental. Además, realiza investigaciones, docencia y publicaciones científicas. En el dos mil diez, publica “La Mentira y el Autoengaño en la Sociedad Actual”. Dicha obra está organizada en ocho escritos de diversos autores.


Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*


E l primero de ellos es “La ilusión y el autoengaño”, cuyo creador es Miguel Catalán, profesor de la Universidad Herrera Oria. Catalán inicia definiendo autoengaño como, atajo mental que resuelve de forma imaginaria, dificultades y reveses de la vida cotidiana. Las formas en que se manifiesta son la invención de lo que no existe y la conversión de deseos en creencias. Otras técnica son el chivo expiatorio y la negación de lo que si existe. Una forma más peculiar es, el “prestigio de la lejanía”, compensación en épocas pasadas o países lejanos con halo belleza.

Carlos Sirvent, de la Fundación Instituto Spiral, es el autor del segundo escrito titulado “¿Por qué mienten los borrachos cuando están sobrios?” Sirvent delibera que, quién miente es proscrito y condenado. Pero hay una tendencia social a la credulidad. Ya que tendemos a creer cosas que no vemos y que solo conocemos a través de los demás. El autor considera que la mentira alcohólica puede tener una base orgánica: el deterioro del registro es por la amnesia alcohólica (palimpsesto), el fallo en la apercepción por la psicosis confusional aguda, el deterioro en la recuperación por la amnesia diencefálica del síndrome de Korsakoff alcohólico, y otras alteraciones como los trastornos afectivos y la falsificación de la realidad. El alcohólico evidencia la presencia de autoengaño. El primer nivel es el autoengaño clínico, el sujeto se da cuenta del problema, aunque, no adopta soluciones o espera que vengan de fuera. El segundo nivel es la manipulación, el sujeto intenta modificar en provecho propio las emociones y el entendimiento del interlocutor. El tercer nivel es la negación, el sujeto objeta que algo no existe o no es verdad, pese a las evidencias presentadas. Y el cuarto nivel es el comportamiento mixtificado, el sujeto lleva una vida basada en el engaño y se extiende a todos los ámbitos del quehacer diario. Para desmontar el engaño, es imprescindible hacer consciente la necesidad subyacente y detectar e identificar inercias y automatismos.

El tercer escrito es “Mentira y psicoterapia (y autoengaño)”, del psicólogo clínico Leandro Palacios Ajuria. Este autor afirma que, el sujeto con problemas psicológicos que miente, no cree necesitar ayuda, se auto engaña. Vive su mentir como algo egosintónico. Pero el sujeto que sufre en su relación con el autoengaño, no puede mantenerlo porque no sanará nunca y recaerá sin darse cuenta. Por eso, es preferible que el sujeto elimine los elementos de autoengaño. La mentira protege al paciente de sus temores, pero, dificulta el establecimiento de una alianza de trabajo. Palacios Ajuria propone el Inventario de Autoengaño y Mixtificación, para neutralizar el autoengaño patológico.

Francisco Javier Labrador, de la Universidad Complutense de Madrid, es el escritor del cuarto ensayo titulado “¿Acaso se pueden detectar mentiras? mitos y realidades”. Apunta que los intentos de saber “la verdad” se han desarrollado alrededor del ámbito judicial. Pero, el pretender detectar las mentiras se ha basado en un supuesto falso: la persona que miente se pondrá nerviosa, temiendo que la descubran, señalando alteraciones del habla o del discurso, gestos, posturas corporales, alteraciones en sus respuestas fisiológicas, etc. En época antiguas el esfuerzo iba encaminado a “obligar” decir la verdad infligiendo dolor o muerte. Una alternativa más reciente es el uso de “drogas de la verdad”. Una directriz posterior ha sido el uso del polígrafo o “detector de mentiras”.  Otra alternativa ha sido analizar las conductas verbales de la personas, mediante una análisis de credibilidad de los contenidos de sus declaraciones.

El quinto escrito es, “Elogio y crítica de la mentira” de Ignacio Mendiola, de la Universidad del País Vasco. Sostiene que, pensar la mentira exige lanzarse a la tarea de desmentirnos. Es decir, escudriñar los límites que impone cada sentido y cada relato. La mentira nos abre al sentido, lo hace bajo la forma de un límite que establece el ámbito de lo pensable o de lo factible. Desmentirnos es tarea de indagar en el modo en que se articula ese límite. El mentir es un acto intencional del hablante que miente. La reducción de la mentira a la intencionalidad, tiende a llevar la impronta de la condena moral. Sin embargo, el hombre sin mascara constituye el basamento de un vivir sin secretos, en que ya no hay ningún resquicio en el que poder ocultarse.

José María Martínez Selva, de la Universidad de Murcia, es el autor del sexto escrito titulado “Grandes Mentira en Tiempos Presentes”. Indica que las grandes mentiras afectan a muchas personas, tratan de temas hacía los que existe gran sensibilidad pública o se extienden durante mucho tiempo. Los más frecuentes fabuladores son personas con inventiva, dotadas para mentir y personas que la vida los coloca en una posición de poder de la cual se benefician. La gran mentira se puede detectar en campos muy variados. Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, han favorecido a los grandes embaucadores. Los políticos tienden a cometer más mentiras de ocultación que de falsificación. La mentira de los políticos se agrava por dos razones: los medios que posee a su alcance y la necesidad de seducir. Asimismo, la comunicación política ya no está controlada por periodistas, sino, por lingüistas, publicistas y personas provenientes del mundo del espectáculo. Los términos, las frases y las narrativas del discurso político, se construyen pensando en la ocultación de la verdad. Igualmente, se destacan grandes tramposos en al ámbito de las finanzas, en el mundo del periodismo, de la ciencia y el deporte. Para paliar los efectos de las grandes mentiras, hay que mostrar una sana desconfianza. También diversificar las fuentes de información y contrastar hechos y opiniones. De la misma forma, la delación o denuncia de la impostura. Pero la mejor protección de la gran mentira es, una sociedad plural, con instituciones y mecanismos que actúen como contrapoderes.

María de la Villa Moral Jiménez, de la Universidad de Oviedo, escribe el séptimo ensayo “Engaño y deseabilidad social”.          Arranca afirmando que la identidad personal, se construye desde y por las relaciones sociales. Este constructo consta del manejo de impresiones y el autoengaño. Por tanto, en nuestra presentación a los otros, todos ejercemos un quantum de engaño. Además, una sinceridad “desnuda” es interpretada como dañina e irreverente.

Y el octavo escrito “El placer de Mentir” del periodista Julio Llamazares establece que, en todas las épocas y culturas, mentir se ha considerado un pecado. Salvo en tres casos concretos: en el niño, en el loco y en el novelista. El novelista necesita contar algo, porque su vocación es contar y encantar contando. Nace la novela como parábola, como espiral de mentiras que poco a poco es elevada a la categoría de metáfora.

*Psicólogo salvadoreño

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