Caímos al abismo. Recortes al presupuesto social

Mientras el ilegal ejecutivo nos presentó en las NU a donde asistiera para en discurso abierto, presentar el informe por su gestión, planteó su éxito en la construcción, solo suya, del estado exitoso que es ahora nuestro país, un seguro faro de prosperidad, señalando además cómo el mundo se hunde.


Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


E ntretanto, puertas adentro continúa su ofensiva aporofóbica, recortando los recursos destinados a salud pública, educación y todo lo social.

Así, el arquetipo del nuevo gobernante libertario, enseña al mundo, según él, que se debe hacer para lograr el éxito.

Este parte de una sobredimensionada partida dedicada a comunicaciones de la presidencia, la mayor en términos porcentuales del presupuesto, que se dedica por entero a eso, comunicar.

Comunica los logros presidenciales, y, nada más.

Esa labor consume ingentes recursos económicos del estado salvadoreño, concretamente para 2025, $139,667,868.00, $27,6 millones más que en el presente ciclo financiero [DEM], mientras en cambio, juventudes, medio ambiente, salud y educación tendrán graves recortes.

En el caso que nos ocupa, en concreto, el presupuesto para educación será el más bajo desde 2020, con un recorte de $34,709,893.00 millones [LPG], lo que ya trae consecuencias plausibles.

El pasado 3 de octubre, se hizo público el próximo cierre de una escuela, la República de Argentina, en el centro capitalino, para después ser demolida.

Este no es un caso aislado, pues además el cierre no supone su reapertura en nueva locación, sino sólo la indicación a los educandos para que sus familias se preparen a reubicarlos en otras infraestructuras educativas de las inmediaciones, así como a los docentes.

Esto se corresponde con el creciente descuido que de la infraestructura escolar nacional el régimen que ocupa ilegalmente el ejecutivo, ha decidido abandonar.

Decidió abandonar porque una población educada no es de su interés, y porque su intención es quedarse en el poder durante todo el tiempo posible, intentando fundar una nueva dinastía en el poder.

Y toda dinastía tras el poder, lo hace por dinero.

El interés último de las dinastías siempre fue la acumulación ilegal de riquezas, al coste que sea, por lo que su primero objetivo es la infraestructura que permite la legalidad, la que desmonta sistémicamente.

El segundo objetivo es el de reescribir la historia, adecuándola a sus intereses, pero indistintamente cortándole la inversión estatal.

El propósito es dual, pues por un lado pauperiza a las clases menos pudientes, mientras promueve a las élites que conforman sus aliados.

En esto es fundamental el papel que cumple el soporte espiritual, las iglesias de corte fundamentalista y conservadora, las pentecostalistas, intolerantes por definición, aliadas naturales del conservadurismo por antonomasia.

Acá hacen su papel los recortes  en lo social y en especial al rubro de educación, pues con menos recursos, hay menores posibilidades de poner con los desafíos de la modernidad, a tono a la población de educación pública, dejándola a la saga de cualquier progreso, como desconectada de su realidad. Asegurando desde el Estado, su exclusión sin que la mayoría excluida entienda al menos por qué se empobreció. De esta forma caímos en el abismo.

*Educador salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.