La complejidad del campo evangélico

En México y toda América Latina el desarrollo de las iglesias evangélicas es notable y se expanden en forma sistemática. Uno de los problemas para ponderar adecuadamente el peso social y cultural de los evangélicos es que, en muchos casos, los especialistas no entienden los sistemas clasificatorios de los mismos evangélicos, ni sus formas organizacionales.


Por: Elio Masferrer Kan*


E l otro problema es la búsqueda de coincidencias entre los criterios teológicos dominantes en los Estados Unidos y los habituales en América Latina, complica el panorama la búsqueda de ciertos actores o ciertas iglesias de asumirse como emergentes o líderes de la diversidad y complejidad del campo religioso no católico.

México después de los cambios constitucionales de 1992 se abocó al registro de las “asociaciones religiosas”, una figura jurídica que evita aplicar el término “iglesia” que podría ser conflictivo para varias instituciones religiosas, a esta figura jurídica le agrega el concepto de “derivadas”, una estrategia nominal que permite incluir a instituciones subordinadas a autoridades eclesiásticas de mayor nivel, cómo serían parroquias y seminarios a sus diócesis respectivas. Finalmente, para el asombro de los funcionarios se encontraron con miles de asociaciones religiosas y de pastores que rebasaban en número a los registros de la Iglesia Católica Apostólica y Romana.

EL Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) cambió en el año 2000 su metodología para evaluar las creencias religiosas con un sistema muy peculiar que hace énfasis en que los entrevistados den el nombre de su asociación religiosa y no su autoidentificación por tendencia religiosa. Extrañamente aplica el criterio de autoidentificación en la mayoría de las preguntas sociales como la adscripción étnica, entre otros. Aunque no les exige a los católicos que se identifiquen como “católicos, apostólicos y romanos”, simplemente deben decir “católicos”, aunque la Secretaría de Gobernación tiene registradas más de 30 iglesias católicas no romanas, que no responden al Papa en Roma. El censista debe escribir el nombre legal de los creyentes evangélicos, lo cual agrega un grado de dificultad que genera “sesgo” o error censal. Esta metodología es una forma de discriminación, pues a los católicos romanos les aceptan su autoidentificación.

Un dato interesante es que mientras la Iglesia católica tiene poco mas de 12,000 sacerdotes y 28,000 religiosas, los evangélicos tienen más de 79,000 pastores y pastoras registrados. Un dato adicional es el carácter clerical de la Iglesia católica, la inmensa mayoría de los laicos están convencidos que con asistir a misa y comulgar “ya cumplieron”. Los evangélicos por lo contario aplican el criterio de “sacerdocio universal de los creyentes” y ven como una actividad insoslayable el proselitismo religioso: “id y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos” Mt 16.

La información sobre la estructura del campo religioso evangélico es de difícil comprensión si apelamos a la información censal disponible; también la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación contribuye a la confusión. Por una parte, explica que hay un registro para el Ejercito de Salvación, una disidencia de la Iglesia Metodista fundada en 1865 y dedica otro renglón a cuatro templos de la Iglesia de Cristo Científico, no tiene ningún criterio para agrupar en una sola categoría a 3,206 denominaciones pentecostales y 336 neopentecostales. También dedica otra categoría a una iglesia bautista anabautista y otro renglón a cuatro bautistas menonitas, aunque entiendo que los menonitas están dentro de la tradición anabaptista.

La información de ministros de culto es igualmente confusa, puede dedicar un renglón a ocho ministros de Ciencia Cristiana, diez del Ejército de Salvación, pero no tienen ningún inconveniente en agrupar a 8,893 pastores neopentecostales y 47,594 pentecostales. Desconcierta la precisión para los protestantes: 257 presbiterianos independientes y 1670 presbiteriano nacional, luteranos (78). Los bautistas están aún más detallados: anabautista (72), independiente (1830), menonita (43), nacional (654), supongo que estos últimos están  afiliados a la Convención Nacional Bautista.

Nuestro equipo de investigación tiene acceso a los datos del Censo Económico de 2019 donde se indagó “establecimientos religiosos”; los datos de católicos romanos son bastante fidedignos y se elevan a más de 52 mil templos y capillas, lo cual nos muestra una crisis vocacional notable de la Iglesia Católica, que apenas tiene poco más de 12 mil sacerdotes, muchos de ellos en edad de jubilarse.

Los templos evangélicos están subrepresentados, más de 26 mil, cuando tienen más de 78,724 pastores y pastoras en Asuntos Religiosos, que se elevan al 87% de los ministros de culto registrados. Debemos recordar que muchas congregaciones evangélicas trabajan en forma precaria, reuniéndose en salones alquilados o prestados, domicilios particulares e incluso terrenos baldíos. No les preocupan los edificios, en el Nuevo Testamento Jesús de Nazareth afirma “donde están dos o tres reunidos en Mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos.” Mt18. Recordemos el refrán que “Dios da pan, a quien no tiene dientes”.

*Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH

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