Aunque rara vez causa la muerte por sí sola, los expertos advierten que exacerba otras enfermedades crónicas.
P ara millones de personas con deficiencia de hierro, la vida diaria es agotadora, marcada por síntomas como cansancio, dificultad para respirar, mareos y dolores.
Sin tratamiento, esta condición provoca una falta de hemoglobina, ralentiza la producción de glóbulos rojos y empeora las anemias.
Aunque rara vez causa la muerte por sí sola, los expertos advierten que exacerba otras enfermedades crónicas como la renal o hepática, además de dificultar la recuperación de infecciones y lesiones.
Hasta la pubertad, todas las personas requieren de cuatro a ocho milígramos (mg) de ese mineral al día.
Entre los 19 y los 50 años, la ingesta diaria recomendada para las mujeres aumenta hasta los 18 mg, con un pico de 27 mg durante el embarazo.
Los hombres, por su parte, requieren entre nueve y 11 mg de hierro a lo largo de su vida, en dependencia de su edad.
Combinadas con otras comorbilidades como la diabetes, el colesterol alto o la hipertensión, las deficiencias sirven para aumentar aún más el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
«El corazón es una bomba que envía la sangre al cuerpo, pero también a su propio músculo», explicó la profesora de medicina y cardiología en el Colegio de Medicina Baylor, Biykem Bozkurt.
Para quienes experimentan síntomas leves de anemia ferropénica, el tratamiento es sencillo. Los expertos señalan que tomar suplementos mejora la salud.
Sin embargo, la mejor manera de determinar el tratamiento adecuado es consultar con el médico de atención primaria, y evaluar la situación de nuestro organismo.
Fuente: espanol.almayadeen.net