Son los trabajadores los responsables de sustraer la materia prima de sus fuentes en la naturaleza, así como de transformarla, procesándola, para derivar el así denominado producto final.
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*
A partir de esto sigue la comercialización del mismo y la consiguiente obtención de ganancias. Tal esfuerzo genera además el denominado superávit, desprendido del mismo.
Son responsables y ejecutores de todo el proceso material, no así de su planificación, diseño o mercantilización del resultante, y menos aún de gestionar o administrar los beneficios obtenidos.
Los demás elementos de la ecuación pueden ausentarse, pero no los trabajadores. La industrialización tampoco pudo anular su participación, y aunque en el presente la IA supone un desafío grave para estos, podrán adaptarse mediante la actualización, la educación, el dominio de la técnica que supone el futuro. Entonces, ¿Por qué su condición de sometimiento, de incomprensión de su propio valor?
Esto se corresponde esencialmente con su carencia de conciencia, de su ausencia de una mínima comprensión de su capital papel en los procesos económicos modernos, porque son víctimas en razón de sus ocupaciones, de una crasa ausencia de educación.
Así es, educación. Educación porque si bien esta es uno los derechos conquistados durante las jornadas de lucha adelantadas por los obreros y trabajadores de Chicago, a finales del siglo 19, esto no ha supuesto para los actuales trabajadores, un derecho que en la práctica puedan ejercer, en razón de los tiempos que supone para estos su ejercicio laboral, el cual llanamente les impide, les niega la instrucción, lo que a su vez degenera en su alienación en favor del esquema de expolio al que se ven expuestos a diario.
Entendamos, no se les niega por ley educarse, son incapaces de generársela porque sencillamente sus obligaciones en razón de la poca instrucción que detentan les privan del tiempo para así hacerlo.
Es como vemos, un círculo vicioso que deriva en la pauperización del trabajador, que a su vez le impide la posibilidad de la movilidad social, lo que le niega mejores y más dignas condiciones de vida.
¿Es eso una casualidad o responde al interés de conservar precisamente esas condiciones?
Un modelista interesado responderá a esta cuestión afirmando que solo el que no quiere, no mejora su nivel de vida, respaldándose en los datos que el capital ha generado para así afirmarlo, pero el hecho es que esos datos son maliciosos, y lo comprobamos cuando las personas parten a terceros países, lo que cambia finalmente su sino, mejorando su nivel de vida, aunque para ello se prive de la infancia de sus hijos, seres amados, y suponga décadas de su vida bajo otro cielo.
Entonces, son los obreros y trabajadores la fuerza que mueve al progreso, el capital humano responsable de concretar los planes de desarrollo, y en razón de su expolio, también víctimas de la alienación que los somete al orden mismo que los expolia, porque no comprenden su papel ante la historia, y su valía ante ésta.
*Educador salvadoreño