Navidad tras Navidad mi país no cambia.

Por: MIGUEL BLANDINO.

24 DE DICIEMBRE. Esta mañana de fiesta para el mundo católico desayuné rodeado de pueblo, en el mero corazón de San Salvador: en el Mercado Central.
Frijoles molidos, huevo estrellado, pan francés, plátano frito y queso fresco con una taza de café, el menú más común y corriente, el del tradicional viandante capitalino.
Una mesa con dos bancas rústicas de madera. Una carpeta de plástico con caritas de un Santa Claus careto con lamparones de manteca y churretes de crema embarrados en la frente, Las instalaciones del restaurante -de paredes de láminas de cinc de tres por dos metros-, dos refrigeradores y una estufa, una cafetera y una licuadora, los platos escasos percudidos de tanto uso y sin lavarse -no hace falta, dice la doña- se cubren con un pedazo de papel mantequilla sobre el que ponen la comida, el infaltable bote de repollo curtido en vinagre, dos botes con agua y una palangana llena de agua jabonosa y restos de comida (el lava trastos portátil), cajas de cartón con bolsas de plástico llenas de pan y tortillas frías de ayer(“por si quiere pan o tortillas tostadas, tan rico”), en fin, el mismo changarrito de la emprendedora de hace medio siglo, cuando por primera vez desayuné en el mercado, antes de las manifestaciones de estudiantes y de maestros o campesinos.
Navidad tras Navidad mi país no cambia. Precaria vida la de mi gente que se alegra porque llegó otro fin de año y la multitud se vuelca a los mercados municipales para buscar los estrenos de ropa y zapatos, pelotas y muñecas de plástico.
¡Felices fiestas bajo la tiranía de hoy como bajo aquella de los coroneles!
Aunque ya la gente no tiene dinero para gastar en cohetes.
(Dicen los sobalevas que la ausencia de pólvora es signo de que el país ha progresado y ya se parece a los gringos, no es por la precariedad de la vida, claro)
¡Feliz recuerdo de una fecha de un ya casi olvidado motivo!

Si te gustó, compártelo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.