Norm Winski, escritor estadounidense, en su obra “Sexo y la mente criminal: análisis de los crímenes sexuales más chocantes de nuestro tiempo”, publicada en mil novecientos sesenta y ocho, resume que el hombre y la mujer nacen con impulsos sociales y antisociales. Pero, la predisposición primaria de ellos es la integración social.
Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*
Si ésta es rechazada, es cuando se manifiesta la tendencia antisocial. El rechazo surge de tres factores: parentales, culturales y sociales. Los factores parentales se refieren, a deficiencias de amor de los padres. Estos suelen ser severos y parcos de cariño. Los factores culturales se circunscriben, a sistemas de crianza espartanos. Y los factores sociales comprenden la exposición temprana a tormentos como la muerte, la amoralidad, la corrupción, la pobreza, la orfandad, los abusos sexuales, etc.
El rechazo a la integración social por parle de los factores señalados, provoca un infantilismo retardado que provoca una incapacidad de adaptación. Por lo que aflora la tendencia antisocial. El psicópata busca la satisfacción inmediata de sus impulsos, es insensible al sufrimiento, muestra un exagerado egoísmo y percibe a las personas como símbolos. Los tipos de criminales que existen son el criminal neurótico, cuya conducta destructiva hacía la sociedad se debe al conflicto psicológico. El criminal normal, su personalidad no es muy distinta a la del hombre normal, el ambiente social en que nace y desenvuelve propicia las conductas criminales. El criminal orgánico, individuos con defectos de nacimientos, quienes constituyen una pequeña minoría. El criminal desbocado, le falta el superego que determina lo que debemos hacer y no hacer. Finalmente, el criminal condicional, quienes bajo ciertas condiciones específicas, tornase en criminales furibundos.
La versión oficial de las causas de la criminalidad y la delincuencia se refieren a las condiciones existenciales en el ámbito parental y cultural. Así, se culpabiliza a la familia como responsable de la aparición de psicópatas y asesinos. Igualmente, se responsabiliza a la pérdida de valores el incremento de la delincuencia. Pero, se niega que las condiciones existenciales estructurales y sociales tengan responsabilidad en el aumento de las conductas antisociales.
Desconocen que el modo de producción vigente y el modelo de desarrollo económico que se implementa desde hace más de tres décadas, sea la causa del desbordamiento de la criminalidad. Desestiman que prácticas políticas como el autoritarismo, alienten la violencia y la delincuencia. Por eso es que solo se ve a la represión, corno la única forma de atajar las tendencias antisociales. De esta manera, se garantiza el orden establecido.
Winski presenta seis casos de agresores sexuales. El primero de ellos, el de Gayo César Augusto Germánico, conocido como Calígula, que significa bota militar. Este César romano, fue un joven típico de la clase corrompida de su era. Calígula fue víctima de una psicosis que venía padeciendo desde hace tiempo. Trataba de compensar su complejo de culpabilidad y frustraciones de índole paterno filial, con sus actos sadomasoquistas. Aunque, fue más que un pervertido polimórfico, fue responsable de la muerte festiva de millares de personas.
El segundo caso es el de Rose Marie Nitribitt, meretriz, quien había hecho su fortuna con hombres poderosos y ricos de la ciudad de Frankfurt, Alemania Occidental. Por noche cobraba tres cientos dólares y ganaba mensualmente tres mil dólares. En el mes de noviembre de mil novecientos cincuenta y siete, fue asesinada. El robo como móvil quedo descartado, de la misma manera, la agresión sexual. Se sospecho que su asesino era un conocido, quien quería llevarse película y cinta magnetofónica, ya que Nitribitt lo chantajeaba. Aterrorizaba a las autoridades, hallar a altas figuras de la política en poses comprometedoras con Rose Marie. En mil novecientos cincuenta y ocho, Rolf Thiele, presento en Venecia la película “Esa Chica Rose Marie”, gano un premio de los críticos. Rose Marie sufría del complejo de inferioridad, era tacaña hasta la ridiculez, nunca pudo olvidar los días amargos y trataba con rudeza a la gente de inferior nivel social.
El tercer caso es el de William Heirens, desde sus diecisiete años salía por las noches a asaltar, robar y matar. Había en él un ansia de violencia, ya que le provocaba excitación sensual y erección. El acto criminal era substituto del coito normal. En Chicago, desde mil novecientos cuarenta y cinco, se suscitaron una serie de asaltos y crímenes sin resolver. Como parte de su desequilibrio psicológico que sufría, había creado un alter ego al que consideraba malo. George era el malo, en cambio Bill Heirens era el bueno.
El cuarto caso es el de Walburga Ooesterreich y Otto Sanhuber. Walburga estaba casada con Frederick. Tan pronto su marido salía para su trabajo, Walburga subía a su alcoba, abría una puerta secreta que daba a un desván y emergía Otto, quien era su amante por casi veinte años. Cuando Frederick regresaba a casa, Otto volvía a su escondite. En una ocasión, Walburga emitía lamentaciones y Otto salió de su escondite con pistola en mano. Frederick forcejeo con él, pero Sanhuber le partió el corazón a Fred con un disparo. Otto y Walburga fueron apresados y acusados de asesinato en primer grado.
El quinto caso es el de Mabel Normand, una de las amantes del Capitán Taylor, ídolo de la pantalla, cuyo nombre era William Desmond, quien tenía reputación de Don Juan. Una noche, Normand visito a Taylor, el criado de este último encontró su cuerpo tirado boca arriba sobre la alfombra. Quien sospecho que el crimen era obra de una mujer. Con el tiempo se supo que la madre de Mary Milles Minter, Mary Pickford, fue quien asesino a Taylor. Pinkford había sido una sirena infantil de la pantalla silenciosa. La fea notoriedad del crimen, arruino la carrera artística de Mabel Normand.
Y el último caso es el de Joe Ball, quien era dueño de la taberna “La Posada Social”. Mujeres empleadas iban y venían con mucha frecuencia, quienes ligaban íntimamente con el patrón. Dos de esas mujeres llegaron a tocar el corazón de Ball, Minnie Mae Gotthard y Hazel Brown. Pero Ball contrajo matrimonio con Buddy. Gotthard, aparentemente, se marcho de “La Posada Social”. Luego desapareció Brown. Con el tiempo, Ball comenzó a tener problemas con Buddy, quien poco después se esfumo. Wheeler confeso su participación en los crímenes de Ball. Comento que descuartizaban los cadáveres, los que iban a parar a los vientres de cocodrilos.
*Psicólogo salvadoreño