El siguiente paso en el esquema de expolio del régimen: la depredación de las riquezas de nuestro litoral

Es bien sabido que nuestro litoral costero posee una amplia gama de metales y minerales, concentrados en una franja que va nace en la costa, hasta 5 kilómetros mar adentro, en concentraciones nodulares, con metales preciosos, y minerales raros y pesados.


Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


S in embargo, el expolio de esta riqueza supone un esfuerzo que implica tanto una inversión económica, como el uso de recursos tecnológicos que simplemente no poseemos, además de la implicación técnica de entes versados en oceanografía, biología marina, mineralogía, geología, y otras especialidades, que así aseguren que al hacerlo, se haga provocando el menor daño a la biodiversidad de nuestro mar, que dicho sea de paso, es una de las más ricas en esta área, a pesar de los daños que le hemos como sociedad hecho por la deposición de lixiviados y demás desechos que le derivamos directamente.

Nuestra respuesta económica es simplemente nula, por la ausencia de recursos financieros que se puedan orientar al proyecto, mientras en el tema académica se reduce a lo que puede ofrecer nuestra única bióloga marina, estacionada actualmente como catedrática de la tercera más prestigiosa universidad de nuestro país, que a pesar de sus destrezas, su especialidad ha sido desde siempre marginada al igual que todas las de carácter técnico y de ciencias exactas, porque precisamente el modelo económico que rige al país solo se privilegia, y promueve precisamente profesiones especulativas de carácter económico y administrativas, útiles para el modelo, pero no para promover el desarrollo del país.

En ese sentido y de cara a esta realidad, es esta otra de las facetas que demuestran cómo el modelo educativo está desviadamente subordinado a los intereses del esquema económico, y no orientado al propósito del desarrollo de nuestro país.

Ahora bien, la presencia de tales riquezas, si bien interpretamos el tenor constitucional, es de pertenencia colectiva, al igual que lo es la riqueza minera que ahora se propone el régimen explotar para beneficio de las trasnacionales mineras y suyo particular, razón por la que precisamente se impone su revisión, del potencial de la misma, los volúmenes, como por supuesto, de los alcances implicados, como además del uso y beneficios sociales que derivarán de su expolio.

Es decir, hacer lo que es debido. No repetir lo indebido que hasta ahora el régimen hizo. Porque, ¿Qué ha hecho mal? Pues todo.

Y ese todo demuestra sin ninguna duda que lo que en materia de explotación de nuestras riquezas naturales se ha hecho hasta ahora, se ha ejecutado intencionadamente con malicia, con el ánimo exprofeso de que el pequeño beneficio que quedará de la explotación de oro, solo será para beneficiar a las mineras, como para el particular beneficio del caudillo, y de su círculo inmediato.

Entonces, la avaricia desmedida e ilegalidad con la que actúa el régimen no nos deja más que una opción a la ciudadanía, imponernos para evitar el colapso medioambiental que provocará con su ambición desmedida.

*Educador salvadoreño

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