Como los mismos de siempre el gobierno aprovecha la desconexión que se produce en las fiestas de fin de año para lanzar una serie de medidas impopulares. En primer lugar podemos hablar de los despidos en la empresa pública, han sido casi cuatro mil empleados despedidos a lo largo de todo el año muchos lanzados a la calle sin indemnización alguna.
Por: Igor Iván Villalta Sorto*
O tro gran regalo ha sido el galopante endeudamiento que adquiere el estado saqueando los fondos de los trabajadores, haciendo préstamos para financiar al estado. Ya son miles de millones de dólares utilizados por el estado para cubrir las necesidades financieras, que como se ha denunciado, muchos de esos fondos sirven para pagar a un ejército de troles que trabajan para el estado justificando las acciones gubernamentales o deslegitimando las críticas a las mismas, además de pagar onerosos salarios a funcionarios públicos allegados al régimen de hasta $40,000.00 mensuales.
Tampoco se puede olvidar los medios de propaganda del gobierno pagados con nuestros impuestos que se convierten en medios de desinformación al tergiversar las noticias cuando no favorecen a la predica del discurso gubernamental. En cuanto a las soluciones se ha iniciado la construcción del famoso Viaducto en la carretera a Los Chorros, anunciado con bombo y platillo por el gobierno, pero para ello se va a desalojar a familias de sus viviendas, sin ofrecerles alternativas de vida.
En el transcurso de la construcción de dicha carretera se han suscitado tragedias que involucran vidas humanas en donde se han desplomado estructuras provocando muertos y heridos.
Pero los regalos no se limitan a nuestro país. Ofreció toda su ayuda para que con su famoso plan se logre la pacificación en Haití, ofrecimiento que no tuvo ningún impacto, al menos que el ridículo y la burla. No contento con esto ahora le ofrece a Trump terminar con la delincuencia en Estados Unidos.
Otro de los regalos, además de la deuda externa en franco crecimiento, nos está regalando un país con una economía en los cuales los índices de desarrollo humano van en franco decrecimiento, lo mismo sucede con la taza de empleo, la seguridad alimenticia, y la seguridad jurídica.
Como lo prometió en su discurso de toma de posición de su cargo inconstitucional, que ahora le tocaba a la economía, de seguro porque los únicos beneficiados del estado actual de la economía es la familia Bukele, sus allegados, los oligarcas y ese uno por ciento de la sociedad salvadoreña que detenta la mayoría de la riqueza del país; y es la que en realidad manda y ha dirigido el país desde hace 200 años.
Con el fin de sacarnos de la pobreza y del hoyo financiero en que nos encontramos ofrece el mayor regalo para todos los salvadoreños: derogar la ley que prohíbe la minería metálica en el país, este es el plato fuerte. Ahora resulta que después de ser uno de los piases más pobres del continente, con Bukele y su barita mágica todos vamos a ser ricos ya que dice que todas las ganancias las va a repartir entre la población. Si fuese esto cierto nos tocaría medio millón de dólares a cada salvadoreño.
Habría que recordarle a la población que la miseria y la pobreza en las naciones es producto del estado de cosas dirigida por las élites mundiales, existe tanto dinero en el planeta para que sin problemas se repartiera un millón de dólares a cada habitante del planeta, pero ¿quién trabajaría? La economía mundial se vendría a pique. Solo Estados Unidos produce tanto alimento para que nadie en el planeta padezca de hambre, pero ¿porque tanta gente se muere de hambre? Otro mundo es posible.
La población mundial es controlada por el hambre y miseria. Otro de los controles sociales es el empleo, son privilegiados los que tienen empleo, los que tienen una pensión de vejez, invalidez o muerte. No se puede dejar de pensar también de que con todo el dinero que se gasta en armamento, se podría eliminar muchas de las enfermedades endémicas en todo el planeta, se podría dar seguridad de salud a todos los habitantes del planeta.
La minería la define Bukele como un regalo de Dios, que con ello vamos a lograr el famoso despegue económico y de esa manera lograremos llegar a ser primer mundo. Pero primero debemos dejarlo que con su conducción permita el milagro económico. En ese caso, ya renunció a lograr que mejore la economía, debido a que si estoy esperando “un milagro” es que no tengo posibilidades de lograrlo por mis propios medios. Con ese discurso pone al país como un enfermo que se le ha detectado una enfermedad terminal en donde solo un milagro lo puede salvar. Bukele deje los milagros para los religiosos.
Uno de los regalos que si es de apreciarlo y valorarlo es que con todas estas medidas erradicas se está despertando la conciencia popular, y se está viendo la necesidad de organizarse para defender nuestros derechos como ciudadanos, ninguna medida como la minería ha preocupado tanto a la población, sus niveles de desaprobación llegan al 61%.
Considero que ante todos los peligros que se avizoran en el horizonte la sociedad civil junto con la población deben actuar con mucha sabiduría y entrega, presentar otro rostro a la población que vea en ellos capacidad de unidad y conducción.
*Biólogo investigador