La autora cierra con ‘Estirpe de sangre’ su homenaje al Siglo de Oro, en un Madrid lleno de luces y sombras, intrigas políticas y personajes resilientes que desafiaron a su tiempo
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S andra Aza, madrileña y apasionada por la historia, abandonó una prometedora carrera como abogada para dedicarse a su verdadero sueño, la escritura. Este año ha publicado ‘Estirpe de sangre’, un libro que pone final a la bilogía iniciada con ‘Libelo de sangre’ un relato histórico ambientado en el Madrid del Siglo de Oro, un escenario tan fascinante como lleno de contrastes.
La autora nos transporta al siglo XVII, a un Madrid en plena expansión, gobernado por los Austrias. Su narrativa nos permite caminar por las calles adoquinadas, sentir el bullicio de los mercados y vivir las intrigas políticas y sociales que definieron la época. En sus páginas, grandes personajes históricos se mezclan con figuras anónimas que luchan por sobrevivir en un entorno lleno de desigualdades. La justicia es implacable y pequeños delitos son castigados con la pena de muerte o las galeras. El lector será testigo de la inseguridad de las calles, especialmente durante la noche, y entrará tanto en las lujosas mansiones de la aristocracia como en prostíbulos o garitos de juegos, todo un mundo de contrastes en una España imperial que empieza a declinar.
Argumento de ‘Estirpe de sangre’
‘Estirpe de sangre’ eleva la tensión emocional y moral iniciada en ‘Libelo de sangre’. La venganza se convierte en un tema central, marcando el destino de Alonso Castro, un joven huérfano que desafía las normas de su tiempo y enfrenta poderosos enemigos en busca de justicia, pero a través de medios legales. Quiere que los culpables sean condenados y restituir el honor de sus padres. Para ello se propone convertirse en abogado. La obra no solo cierra los cabos sueltos de la primera entrega, sino que ofrece un desenlace lleno de giros inesperados, mostrando que la lucha por el honor y la identidad puede ser tan peligrosa como liberadora.
La resiliencia femenina en el Siglo de Oro
Uno de los aspectos más destacados de la obra de Sandra Aza es cómo retrata a las mujeres del Siglo de Oro, quienes a pesar de las estrictas limitaciones sociales y el sistema patriarcal, demuestran una fuerza y resiliencia notables. En Estirpe de sangre, las mujeres no son solo víctimas de su tiempo, sino agentes de cambio que, desde las sombras, influyen en los acontecimientos que las rodean.
Aza muestra cómo las mujeres, invisibilizadas en los relatos históricos tradicionales, desempeñaron roles fundamentales en la supervivencia y resistencia de sus comunidades. Desde la estrategia hasta el sacrificio, estas figuras femeninas se convierten en pilares que sostienen el entramado social de la época, a menudo bajo el riesgo de perderlo todo.
Las mujeres del Siglo de Oro eran luchadoras invisibilizadas que encontraron formas de resistir
“La venganza también tiene un rostro femenino”, explica Aza, refiriéndose a los personajes que, al igual que Alonso, buscan justicia en un mundo que las ha marginado. Ya sea a través de su ingenio, su capacidad para negociar o su habilidad para sostener a sus familias en momentos de crisis, estas mujeres representan la lucha constante por la dignidad y la autonomía.
En este contexto, los personajes femeninos de Estirpe de sangre destacan no solo por su valentía, sino por su habilidad para desafiar las normas y encontrar formas creativas de ejercer su poder, ya sea como madres, esposas, comerciantes o confidentes. Estas historias inspiran a los lectores a valorar la resistencia y la búsqueda de justicia como una forma de heroísmo cotidiano, trascendiendo las barreras del tiempo y del género.
Entrevista con Sandra Aza
PREGUNTA.- Abandonar la abogacía para dedicarte a la escritura no es una decisión fácil, ¿cómo fue dar ese salto?
RESPUESTA.- Fue un acto de fe en mí misma. La abogacía me enseñó a ser rigurosa, pero sentía que mi verdadera pasión estaba en contar historias. Desde niña tuve una conexión especial con Madrid, y siempre soñé con escribir algo que rindiera homenaje a mi ciudad. No fue fácil dejar una carrera estable, pero sabía que si no lo intentaba, siempre me arrepentiría.
P.- ¿Qué van a encontrar los lectores en esta novela?
R.- El lector va a encontrar una novela de aventuras. Hay episodios amables y otros oscuros, paseará por los bajos fondos y subirá a las casas de la aristocracia. Conocerán las luces y sombras de un Madrid apasionante y poderoso. Es una historia de vida y de cómo el destino te ayuda a recorrer el camino.
Espero que se lleven una visión más humana de nuestra historia, que entiendan que detrás de los grandes eventos históricos siempre hay personas con miedos, sueños y contradicciones. También me gustaría que se queden con el mensaje de que, incluso en las épocas más oscuras, siempre hay espacio para la esperanza y la lucha por la justicia.
P.- ¿Por qué elegiste el Madrid del Siglo de Oro como escenario para tus novelas?
R.- Madrid es una ciudad llena de historias, y el Siglo de Oro es una época de contrastes extremos. Por un lado, tienes un esplendor cultural con figuras como Lope de Vega o Velázquez, y por otro, una sociedad llena de desigualdades, intrigas y supersticiones. Es un periodo que permite explorar temas universales como la justicia, el honor y la lucha por la supervivencia. Además, me fascina cómo las historias anónimas pueden iluminar aspectos de la gran historia que a veces pasan desapercibidos.
P.- El rigor histórico es uno de los aspectos más destacados de tus novelas, ¿cómo fue el proceso de documentación?
R.- Fue exhaustivo y apasionante a partes iguales. Leí desde tratados de la época hasta tesis doctorales y visité archivos históricos para entender el contexto social, político y cultural. Por ejemplo, quería que las descripciones de los corrales de comedias, las galeras o las cárceles fueran tan precisas que el lector pudiera sentir que está allí. También cuidé mucho el lenguaje, intentando que fuera fiel a la época sin perder fluidez.
P.- En tus novelas, las mujeres tienen un papel muy importante, ¿cómo era su vida en el Siglo de Oro?
R.- En el Siglo de Oro, las mujeres vivían en una sociedad profundamente patriarcal, me interesaba mostrar cómo, incluso en las peores circunstancias, muchas mujeres encontraron formas de resistir, crear y liderar. Quiero que mis personajes femeninos sean un reflejo de esa lucha constante por la dignidad y la autonomía.
P.- En tu exahustivo relato que haces de esa sociedad, hablas de un antiguo oficio, la ‘remiendavirgos’. ¿Qué hacían estas mujeres?
R.- Las mujeres, haciendo gala de esa inteligencia que tenemos desde que nacemos para sortear las imposiciones a las que nos enfrentamos, supieron eludir la necesidad de llegar vírgenes al matrimonio gracias a las ‘remiendavirgos’ que, como su nombre indica, se dedicaban a reponer la virginidad, algo absolutamente esencial en aquella época para las jóvenes aristócratas. Era una operación peligrosa y hecha en un ambiente nada aséptico. Las jóvenes aristócratas tenían que pagar caro la vida de privilegios que llevaban.
Todavía necesitamos seguir reivindicando y luchando contra la discriminación de las mujeres
P.- ¿Estaba socialmente aceptado el maltrato a las mujeres?
R.- Sí, totalmente. Había un dicho popular que lo resume: ‘Al vino ¡hurra! y a la mujer zurra’. El maltrato a las mujeres era habitual, en aquella época no eran nada, solo servían para tener hijos. Era una vida muy dura.
Aunque hemos avanzado muchísimo, la realidad sigue siendo de desigualdad, todavía necesitamos seguir reivindicando y luchando contra la discriminación de las mujeres. Los hombres se han sentido amenazados desde tiempos remotos. Ahí están las leyendas de que la verdadera sucesora de Jesucristo era María Magdalena, empezando por ahí. En las antiguas culturas, sin embargo, las mujers eran diosas y convivían en igualdad con los dioses. El sistema patriarcal en el que vivimos se encargó de eliminarlas.
P.- ¿Qué elementos nuevos aporta ‘Estirpe de sangre’ en comparación con ‘Libelo de sangre’?
R.- ‘Estirpe de sangre’ cierra todos los cabos sueltos de la primera novela, pero también amplía el enfoque. Explora con más profundidad las intrigas políticas y la lucha interna de los personajes. Además, introduce nuevos escenarios y personajes que enriquecen el relato. Si Libelo de sangre era el inicio de una aventura, Estirpe de sangre es su clímax emocional y narrativo.
P.- ¿Qué estás leyendo ahora?
R.- ‘Un testigo llamado Cervantes’, de Begoña Valero, que me ha gustado muchísimo porque habla de Cervantes a quien admiro muchísimo. También estoy con ‘Alonso de Ercilla. Soldado y poeta de las Indias’, de Daniel Arveras Alonso, que me está encantando. Siempre estoy leyendo varios a la vez, pero últimamente tengo poco tiempo y escojo según los momentos. Por ejemplo, si voy en el metro o en el autobús, necesito uno que pese poco para poderlo llevar en el bolso.
Me gusta tocar y oler los libros, los cuido como si fueran mis hijos
P.- ¿No utilizas el libro electrónico?
R.- Siempre leo en papel. Me gusta tocar y oler los libros, los cuido como si fueran mis hijos.
P.- ¿Qué proyectos tienes en mente ahora?
R.- Estoy en la fase de investigación para mi próxima novela, que también estará ambientada en el pasado, aunque en un periodo distinto. No puedo revelar mucho, pero seguirá explorando temas que me apasionan, como la justicia, el poder y el papel de las mujeres en la historia.
Fuente: www.elplural.com