¿Acaso el empleo no es una prioridad?

No, no lo es. A la fecha se ha despedido a alrededor de 27,000 servidores públicos, sin causa justificada, donde destacan maestros, médicos y jueces, es decir, personal con dominios técnicos y no burocrático administrativo, no conformando cuadros de corte político partidarios, cuyos despidos obedecen a la malicia personal del funcionario, lo que, en la práctica totalidad de casos llevados a los tribunales, ha trascendido y puesto en evidencia.


Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*


Han sido sustituidos por elementos partidarios, dóciles al caudillo, con una marcada carencia de habilidades y destrezas, agravados por el sesgo partidario con el que se conducen.

Por ejemplo, los jueces han sido sustituidos por verdaderos imberbes, sin criterio y despersonalizados, cuyo ejercicio deja mucho que desear por la ausencia descarnada y patente de experiencia, además del grado de subjetividad político partidaria con el que la ejercen, lo que el caso de Santa Marta evidencia crudamente.

Qué decir del caso de los médicos especialistas, cuyos pacientes son referidos a médicos generales sin habilidades en la especialidad, que, aunque se esfuerzan para ofrecer la debida atención, simplemente carecen de los dominios, o de la experiencia para acertar y resolver las dolencias con las que llegan.

En el caso de los educadores, las graves carencias materiales impuestas desde el MINED al no asignarles recursos, deriva en que debían ingeniarse alternativas, que fueran aprovechadas por el régimen para desprestigiar a las direcciones, que hace dos años y medio fueran removidas en un alto porcentaje bajo acusaciones de malversación de fondos públicos, lo que no se sostuvo en los tribunales, porque simplemente utilizaron los fondos a su disposición para responder a las obligaciones contraídas por las escuelas, excusa bajo la cual los han removido, para sustituirlos por elementos partidarios, cuya labor en las escuelas es promover positiva y partidariamente al régimen, y favorecer la venidera privatización del sistema educativo.

Por otro lado, hasta 400,000 personas perdieron sus empleos en la pandemia, los que no han sido recuperados en la práctica totalidad.

Pero, y ¿Qué hay de las empresas que ahora vemos se emplean a fondo en las mega obras que adelanta el régimen?

Estas han sido contratadas arbitrariamente, sin participar en los concursos que la ley prevé, por compadrazgo y amiguismo, por lo que el empleo en estas se suscribe también a una visión enteramente sesgada partidariamente, siendo además transitorios, por lo que no pueden considerarse en términos de lo que abordamos.

Porque el régimen busca financiar su fracaso económico con las remesas, para lo que, expulsar a más salvadoreños es su opción.

Pero, ¿y qué hay de la invitación que hace el caudillo a la diáspora para que retorne?

No es a toda la diáspora, sino a la ya jubilada y con ingresos seguros, lo que puede apreciarse en la invitación.

No. El régimen carece de una verdadera política laboral, y expulsa a la salvadoreñidad para beneficiarse de esta con sus aportaciones económicas, por lo que, no nos equivoquemos, sencilla y simplemente el empleo no es su prioridad.

*Educador salvadoreño

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