El Salvador, frente a un mundo diferente
Con preocupación y sobresalto los salvadoreños observan la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca y sus promesas de deportar miles de inmigrantes.
E l mandatario, al parecer, marcará un antes y un después para miles de salvadoreños sobre los que penden órdenes de regresar a su país, por las buenas o por las malas, según dijo en la campaña y en su primer día en el gobierno.
El asunto fue abordado la víspera desde Estados Unidos por el experto en temas migratorio y relaciones internacionales, Napoleón Campos, en una extensa entrevista con el programa “Frente a Frente” de la Telecorporación Salvadoreña, uno de los espacios matutinos más seguidos en el llamado Pulgarcito de Américas.
Las cifras del impacto de la política migratoria del gigante del norte son alarmantes. En sus previsiones el experto aseguró que en los próximos dos años serán deportados 500 mil de sus compatriotas.
Campos opinó que el impacto en las remesas sería una baja progresiva de mil 500 millones a dos mil millones de dólares, un golpe a la economía local, pues esas ayudas representan un cuarto del producto interno bruto (PIB).
Algunos economistas sostienen que si se diera una mayor afectación, El Salvador pudiera llegar a integrar el club de las naciones más pobres de la región junto a Haití.
Yo creo que, si él logra montar una logística razonable, él estaría en capacidad de devolverle a El Salvador de manera directa aproximadamente a un medio millón de personas, sostuvo.
Analizó que el golpe se sentirá totalmente hacia el año 2027, dependiendo del flujo de deportaciones anuales que el gobierno de Trump logré ejecutar y las negociaciones que pudieran adelantar las autoridades locales.
En 2021, había dos millones 473 mil 947 salvadoreños estadounidenses en ese pais, la tercera comunidad hispana más grande por nación de ascendencia.
Algo favorable para los migrantes cuscatlecos es que cerca de 250 mil están amparados por el Estatus de Protección Temporal (TPS), aunque dados los arrebatos del gobernante estadounidense no se descarta que trate de cancelarlo.
Según la viceministra de Diáspora y Movilidad Humana, Cindy Portal, los salvadoreños amparados por el TPS «no serían elegibles» para las deportaciones masivas anunciadas desde la campaña electoral del magnate norteamericano.
El tema es complicado y expertos estiman que con sus buenas relaciones con Trump, el presidente Nayib Bukele, pudiera lograr uno de sus “milagros” para proteger a sus compatriotas y evitarla la gran crisis que se avecinaría sobre su país.
En esta situación también entran cálculos políticos, pues en el aparente lejano 2026, los estadounidenses enfrentarán de nuevo elecciones, la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.
Aún hay tela por donde cortar, y presuntamente, en los cálculos de Trump y sus asesores está el papel que puede jugar la comunidad hispana y otras en esos comicios.
Por otro lado en las políticas migratorias pesarán aspectos económicos , y por ejemplo, datos del Institute on Taxation and Economic Policy (ITEP) de 2022 aseguran que en ese año unos 10,9 millones de indocumentados pagaron 96 mil 700 millones de dólares en impuestos federales, estatales y locales.
En territorio norteño la mayor parte de los indocumentados terminan trabajando sin autorización y el 86 por ciento de sus ingresos provienen de sus salarios.
Además la población migrante tiene una alta participación en la fuerza laboral, pero además trabajan o buscan empleo en una proporción mayor a la de la población nativa.
En resumen, datos de la Oficina del Censo sostienen que en 2021 había dos millones 473 mil 947 salvadoreños estadounidenses en Estados Unidos, la tercera comunidad hispana más grande por nación de ascendencia.
Son variadas las consideraciones a tomar en cuenta pero, habrá que ver cuanto pesa la lógica en las políticas que asuma Washington con sus aliados, sin embargo, desde el 20 de enero los salvadoreños tienen frente a un mundo diferente. (PL)
