¿QUÉ NOS ESPERA CON LA DESBANDADA DE INDOCUMENTADOS QUE PROMUEVE TRUMP?
Por: Luis Arnoldo Colato Hernández, Educador.
Hemos observado admirados como el ICE duplica esfuerzos para capturar indocumentados en EEUU, ¡incluso a escolares!, para después someter a sus padres.
Y derivarlos a sus países, encadenados.
Tal proceder ha provocado además de indignación, que buena parte de los latinos eviten las calles, sus trabajos, los hospitales, las escuelas, reducidos por temor a ser retornados a sus países.
Debemos subrayar que la justificación tras esto son los señalamientos de Trump, acusando a los hispanos de ser responsables de criminalidad, de desplazar de sus empleos a los gringos, y de “aprovecharse” de EEUU.
Falso.
Pura retórica.
Los aproximadamente 300 asesinatos cometidos en EEUU diariamente de acuerdo al FBI son ejecutados de acuerdo a los siguientes porcentajes: 54% por estadounidenses caucásicos, 17% por afro estadounidenses, 11% por latinos, y el restante 19% por los demás grupos étnicos residentes en EEUU.
Debemos subrayar que de acuerdo a diferentes investigaciones realizadas tanto por el gobierno estadounidense, como por las universidades más prestigiosas del país en diferentes momentos los pasados 50 años, deben atribuirse en buena medida a la veneración de la cultura de violencia practicada por la sociedad estadounidense, promovida desde el seno de esa sociedad, que es agravado por las ideologías pentecostalista dura, y de la idiosincrasia política, que refuerzan entre la población la tesis del destino manifiesto, que ha dado lugar a un continuado aumento de los crímenes de odio en proporción al descenso del grado educativo que afecta cada vez más a la población, y que esta situación exhibe crudamente.
Por otro lado, los empleos que la comunidad migrante ocupa son los que el estadounidense promedio rechaza, es decir, la atención a la tercera edad, el aseo, la agricultura, las fabriles donde la especialización no es necesaria.
Por supuesto con algunas excepciones.
En cuanto al supuesto aprovechamiento de las bondades económicas del modelo estadounidense, no debemos olvidar que la relación ingreso/coste de vida que encuentra el trabajador en aquel país, pasa por el congelamiento salarial generalizado desde los 70´s, que impide a la mayoría, también a los estadounidense, hacerse de una unidad habitacional, como además acceder a servicios básicos de calidad, como por ejemplo médico hospitalario, estudios universitarios, y atención jurídica privada, pues todos son servicios brindados desde lo privado, lo que ha derivado en un acusado descenso generalizado en el nivel de vida de la población.
Por otro lado, los migrantes y por su particular situación, son en extremo diligentes al pagar el TAX, que el ejercicio pasado supuso un ingreso de 100, 000 millones de dólares al fisco, por lo que es falso que sean aprovechados.
Si son responsables de algo, es de olvidar sus raises, de favorecer su alienación en beneficio del modelo que los expolia mientras también los rechaza.
Pero, no suponen carga para nadie, y, de hecho, son quienes mantienen sus economías de origen.
Entonces, todo se reduce a culpar a alguien de la inminente caída de EEUU.
Culpando a los mojados.
Entonces, la migración ilegal es eso, ilegal.
Un delito en toda regla por lo que su persecución tiene sentido.
Esto a pesar de no constituir una amenaza para la seguridad de nadie, pues debemos entender que la vasta mayoría se vuelca a los caminos porque busca un futuro que en su país de residencia le es negado.
De acuerdo a las UN, el fenómeno migratorio ilegal que anega al mundo se corresponde a variables tales como la intervención que sus países de origen sufren de parte de terceros países, por razones varias, quebrando la seguridad en estos y hasta promoviendo violencia social.
Tal realidad se patenta en Irak, Libia, Palestina, Líbano, Yemen, Sudán, el Congo, Cuba, Venezuela, Haití, etcétera, donde la mano de los EEUU mueve esas intervenciones, provocando hambre, miseria, violencia, des institucionalidad, y un largo etcétera.
En rueda de prensa recientemente, Trump aseguro que la relación entre los EEUU y nuestra región se supedita a “nos necesitan más a nosotros…”, refiriéndose a la dependencia que nuestra región tiene para estos y Europa, lo que se corresponde con el modelo económico entre nuestras latitudes, y que es esencialmente de dependencia, en todos los sentidos.
Economía, tecnología, energía, son solo algunas de las variables que los diferentes acuerdos establecidos entre la política criolla vasalla y la metrópoli, sustentado en la anulación de la industria doméstica, y cualquier emprendimiento dirigido al desarrollismo.
Pero ¿Cuál es el propósito tras sus intervenciones?
Hacerse de nuestros recursos naturales como región.
Esto lo ilustra el golpe de estado dirigido contra Evo Morales recientemente, detrás del cual Elon Musk afirmó “…el coltán boliviano es nuestro…”, o el reclamo que ahora hace Trump del canal de Panamá, Groenlandia y los territorios canadienses, o del petróleo, gas natural y minerales de Venezuela, que también Trump afirma le pertenece a los EEUU.
Es decir; las intervenciones cometidas por los EEUU en Latinoamérica, que comienzan en 1846 en México, y siguen hasta el presente, han sido todas dirigidas a apropiarse de recursos y territorios latinos, para lo que se ha valido del desmontaje de nuestros gobiernos, el aislacionismo político y económico, y la intervención militar directa.
Para ilustrarlo consideremos la respuesta que diera al congreso durante una entrevista, el señor William Raborn, en 1965 a propósito del asesinato del expresidente Kenenedy, cuando afirmara que ya para 1963 la CIA era responsable del asesinato de 20,000 personas fuera de los EEUU, todas las cueles eran un “obstáculo a los intereses estadounidenses”, según su entender.
Esto debe permitirnos entender el que, si bien la migración ilegal se corresponde con razones internas de nuestros países, lo cierto es que el peso de la inferencia estadounidense es mayor, pues está dirigida a provocar la inestabilidad en nuestra región, mediando la violencia, lo que es el gran motor del fenómeno.
Resolverlo requiere generar las condiciones que brinden los espacios a nuestros pueblos, pero, sobre todo, demanda el cese del intervencionismo estadounidense.
Ahora bien, ¿Qué supone para nuestra sociedad que de repente se deje venir todo el contingente salvadoreño que reside fuera ilegalmente?
Primero debemos entender que la logística y los recursos financieros para semejante operativo es impensable incluso para la aún primera economía global, lo que supone no solo una pesadilla diseñar, también verter tales recursos en ese sinsentido.
Es más fácil entender que lo que tenemos es una acción dirigida a poner sobre la mesa la posibilidad de que pueda realizarse, sin estar más allá de no ser más que una llamarada de tuza.
Por otro lado, en Latinoamérica solo 3 países pueden materialmente recibirlos, no así el resto.
Nuestro país por ejemplo debería si sucediera, recibir a alrededor de 2,2 millones de personas, quienes regresarán con solo sus manos, pues el ICE no les permite hacerse con nada, ni sus ahorros, ni sus cotizaciones, ni sus seguros, ni los haberes acumulados por su esfuerzo laboral, propiedades que en algunos casos incluyen viviendas, quedando en un limbo legal, y que en muchos casos suponen 5, 8, 10, 20, 40 años de su vida dedicados a construirse un futuro en aquel país, habiendo abandonado por completo su origen, y solo conservando el nexo que supone esa relación fría de las remesas que mes a mes envían.
El efecto económico que esto tendrá, pues son estas personas las que sustentan nuestra economía a través de precisamente esas remesas, solo en 2024 supuso 8,200 millones de dólares, un aumento del 4,6% en relación a 2023, que benefician al 26% de la población [BCR], con una media de $400.00 mensuales, 15 veces por año, y que para el 40,6% de esos hogares conforman su único ingreso, representando el 24% del PIB de país [BCR/BCIE].
De acuerdo al BM es este el soporte que en 2024 supuso crecer 2,7%.
¿Qué implica para todos que esto se quiebre?
Un caos, desatando una violencia sin precedentes, pues no tenemos los medios para recibir a semejante contingente, tampoco los emprendimientos que permitan a nuestra economía absorberlos en el sector productivo, porque sencillamente no existe.
No existe porque las diferentes administraciones se han dedicado a expoliar esa vertiente, político electoralmente incluso, provocando sobre ellas tensiones innecesarias.
Esto a pesar de lo destacado arriba, el que son los inmigrantes ilegales quienes sustentan realmente nuestro país, lo que mínimamente debió promover utilizar esos recursos para desarrollar una economía que previera entre otros esta posibilidad, lo que muchos apuntaron en diferentes momentos, en sus observaciones, en medios como este. También nosotros.
La improvisación que caracteriza al régimen, además de su servilismo para con Trump, no servirán ante esto, sino generar alianzas con nuestros vecinos, construir estrategias creíbles y sustentables, reorientar recursos a la generación real de posibilidades de empleo, hacer la tarea.
Construir el país inclusivo que no tenemos, y que ahora más que nunca excluye a los más para solo favorecer a la minoría representada por el régimen.