HABLAR DE ECONOMÍA EN ÁMBITOS DE DESINFORMACIÓN, OPACIDAD EN LA BASE Y ESTATUS DE LA ECONOMÍA NACIONAL, ES COMPLICADO.
Por: Róger Hernán Gutiérrez*
Las personas que trabajan la economía y aquéllas que producen bienes y servicios día a día, parecieran no entender los componentes de cómo aquélla va generándose y cómo se estructura por los grupos reducidos que detentan el poder económico, y se van favoreciendo de las políticas públicas y del gobernante de turno, que el partido político en el poder ha llevado para conducir el país. Estamos claros que el partido político y proceso de elección de determinada persona son dos cosas diferentes.
La persona en el poder que gana las elecciones no la conocemos, y se valoran sus virtudes y sus condiciones humanas a partir de la propaganda y publicidad que el dinero y demás recursos son aportados por personas y grupos de interés en la campaña electoral. En tanto hay promesas y compromisos dichos para ganarse la voluntad del votante, sin embargo, una cosa es la elección y otra muy diferente la persona real que se hará cargo de la dirección del gobierno. Complicándose más, en tanto el gabinete la población no tiene vela en el entierro, siendo personas ligadas al gobernante y que en mucho tienen los pies hinchados, desconocen de ética y compromisos con el bienestar de la población en general.
Esta persona electa es la que dice y decide cómo va estar la economía, en tanto los anteriores se equivocaron y son corruptos; sin embargo, aun cuando tenga claro el asunto, es cuando llega a tomar posesión del cargo cuando las cosas comienzan a verse como son: Cristiani, con guerra hasta 1992, no pudo hacer mayor cosa en la economía sin embargo, le interesaba mucho que el conflicto se terminara para que los intereses económicos de su grupo y personales afloraran y se impusiera un régimen económico de fuerza en el comercio y los servicios, a partir de la mundialización de la economía iniciada por Reagan y la Thatcher, para
tratar de imponerla a los demás países e iniciar una correlación de los negocios que Trump ahora quiere darle un giro y beneficiar a su grupo económico.
En el sistema educativo no se conoce ni se estudia, en los diferentes niveles el concepto de economía, y se centra en que es algo que debe funcionar, y que luego que termine mis estudios, tenga la oportunidad de emplearme. Es decir, no es un “aprendizaje basado en conceptos», que es lo que realmente necesitamos. El sistema que tenemos hoy es el “aprendizaje basado en el conocimiento”, que está cada vez más débil y los educandos no tienen una currícula que debata, que discuta; y hoy se ha cambiado sin contar con la participación de la comunidad educativa de manera amplia.
Tan así que nos insertamos en la economía como productores, desconociendo conceptos como qué es el gobierno, la democracia, fuerzas productivas, relaciones de producción, productividad y otros conceptos de la vida productiva, que afectan negativa o positivamente la economía en la práctica.
Se dan políticas de empleo, pero no se incluyen medidas para aumentar la productividad laboral y hacerla permanente. La brecha entre salarios reales y productividad en el país es grande, aún no se acepta el no aumento al salario mínimo, habiendo un alza en los precios de los alimentos—que ni los agro-mercados logran aplacar–
A veces se cuela sobre un crecimiento orientado a la productividad, pero sigue sin estar claro cómo será posible, sin abandonar las actuales políticas económicas especulativas orientadas al capital y basadas en las importaciones. Así también que se pueda aumentar la parte de las tecnologías avanzadas en las exportaciones, y las medidas adoptadas para las exportaciones no son muy útiles para lograrlo.
En concreto, resultado de bases nada informativas, sin propagar el conocimiento necesario para entender la economía. Desconocemos– sobre los principales objetivos y estrategia de desarrollo a mediano y largo plazo; dentro de la opacidad que caracteriza al régimen se dice que en este quinquenio se verá y atenderá lo
de la economía; y no se habla con claridad si una tasa de crecimiento del 3% anual (2024) sea suficiente. Además del alto endeudamiento, que ahoga la economía sin responder a estados de bienestar a la población.
Considerando todas estas determinaciones y observaciones, utilizar las críticas y sugerencias de los grupos económicos y profesionales, para aprovechar al máximo la variable de la productividad en los planes, estrategias, programas y políticas macroeconómicas que contribuirían de forma significativa a la transición de nuestro país hacia una “economía de la productividad» y sustancial mejora de la microeconomía.
*Sindicalista salvadoreño.