Redadas en iglesias y permisos cancelados: el nuevo éxodo de los cristianos inmigrantes en la era Trump
Muchos celebran las medidas contundentes que el presidente Donald Trump está tomando para reformar el sistema migratorio de Estados Unidos. Sin embargo, las órdenes ejecutivas que ha firmado en sus primeras semanas de gobierno han sido demasiado radicales. Ahora millones de latinos que estaban en el país legalmente –incluyendo innumerables cristianos– temen ser deportados. Para muchos, esto implica la incertidumbre de dejar atrás la estabilidad que han construido; para otros, especialmente aquellos que huyeron de sus países debido a la violencia, persecución o crisis económicas severas, el retorno significa experimentar el terror de volver a condiciones que ponen en riesgo sus vidas.
Tal es el caso de Ángel y su esposa —reportado recientemente por Christianity Today—, dos cristianos que salieron de Nicaragua, su país de origen, temiendo por su vida. ¿Por qué se fueron? Ladrones armados habían irrumpido dos veces en su casa. Ella llegó a Estados Unidos y obtuvo un permiso temporal de trabajo a través del Programa de Permiso Humanitario CHNV (cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos) de la administración de Biden. Dicho programa permitía a personas de estos países —en donde vivir constituye un riesgo en sí mismo— ingresar y residir temporalmente en Estados Unidos por razones humanitarias. Ángel llegó legalmente con una visa de turista para reunirse con su esposa y aplicó en el 2024 para el mismo programa… pero ya no importa, porque el presidente lo eliminó.
Como Ángel, muchos inmigrantes cristianos temen ser afectados por las políticas de Trump, ya sea por las redadas en iglesias, por la suspensión de fondos a organizaciones religiosas o por la eliminación de permisos humanitarios. Entonces, ¿de qué manera el llamado actual de la iglesia a cuidar del extranjero está siendo desafiado por estas políticas?
Lágrimas y temor en la iglesia
“Podía ver el miedo y las lágrimas en sus caras [de la congregación]”, dijo para Christianity Today el pastor Luis Ortiz, de la iglesia Fuente de Vida en Norcross, Georgia, después de que el pasado 26 de enero uno de sus miembros fuera capturado por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés).
Se trataba del cristiano hondureño Wilson Velásquez. Aunque él, su esposa y sus hijos cruzaron la frontera de Estados Unidos ilegalmente en 2022, luego se entregaron a las autoridades y solicitaron asilo. Esto les permitió permanecer legalmente en el país mientras su caso era evaluado y obtener permisos de trabajo. Como parte de su proceso de asilo, Wilson recibió una tobillera con GPS —lo que muchos llaman “grillete”—, usada para evitar que la persona evite su proceso legal. Sin embargo, a pesar de acomodarse a todo el reglamento, fue capturado durante un culto dominical.
Recibió una llamada de un número desconocido, la cual ignoró, y su tobillera empezó a zumbar. Luego recibió otra llamada y salió por la parte trasera del edificio a contestar. Poco después, envió un mensaje a su esposa Kenia: “Ven afuera”. Cuando ella llegó, lo encontró esposado en la parte trasera de un vehículo del ICE. Ella alegó que Wilson tenía permiso de trabajo y un caso abierto ante un juez, pero no sirvió de nada; los agentes respondieron que estaban buscando a personas con tobilleras. Wilson fue trasladado al Centro de Detención de Stewart, en Georgia, donde enfrenta un proceso de deportación.
Justamente, el gobierno Trump ha otorgado poderes ampliados al ICE para intensificar la aplicación de las leyes de inmigración. Una de las medidas más significativas ha sido la eliminación de las restricciones que impedían a los agentes realizar detenciones en lugares considerados “sensibles”, como escuelas, hospitales e iglesias. Además, la administración ha ampliado el uso de la “deportación acelerada”, un proceso que permite la expulsión rápida de individuos sin una audiencia judicial.
Muchas iglesias evangélicas, que tradicionalmente han apoyado gobiernos conservadores como el de Donald Trump, actualmente manifiestan su rechazo a las políticas que se han implementado. Recientemente, los abogados de un grupo de iglesias cuáqueras demandaron al Departamento de Seguridad Nacional con el objetivo de que se proteja los lugares de culto de las redadas del ICE.
Hoy, innumerables congregaciones están aterrorizadas. “Nos preocupa la posibilidad de que los agentes del ICE entren en los edificios de las iglesias o esperen fuera después de los servicios religiosos”, dijo Gabriel Salguero, pastor de una congregación de Asambleas de Dios en Orlando, Florida. Además, muchos líderes se preguntan si comenzarán a ser obligados por el gobierno a delatar a aquellos miembros que aún no tienen su documentación completa. Brent Leatherwood, presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur, dijo al respecto:
Ninguna iglesia de la que tenga conocimiento alberga a delincuentes, ya sea que estén aquí legal o ilegalmente, y ningún líder de iglesia quiere eso. El presidente Trump tiene razón en arreglar nuestro sistema de inmigración roto, algo que hemos pedido durante mucho tiempo, pero debe hacerse sin convertir a las iglesias en dependencias del Estado ni esperar que los pastores pidan documentos a las personas que cruzan sus puertas.
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En este punto, muchos están buscando estrategias para evitar que sus miembros sean capturados. Katie Taylor, abogada de Neighbors Immigration Clinic, un grupo jurídico afiliado a una iglesia de Lexington, Kentucky, dio la siguiente recomendación.
Si tu iglesia está abierta al público, no puedes impedir que entren los agentes del ICE (…). No es lo ideal para los lugares de culto, pero ¿qué te parece si cierras la puerta con llave y haces pasar a todas las personas por algún tipo de sistema de alarma? Porque entonces, si aparecen [los agentes] del ICE, no tienes que abrir para que entren (…). Estamos recomendando que no se publiciten las reuniones de grupo.
No sorprende, entonces, que cristianos como Ángel tengan tanto miedo a la deportación en este momento. Ya que el permiso humanitario de su esposa expirará pronto —o será revocado, pues el ICE ahora tiene autoridad para despojar a las personas de su permiso—, hoy se debaten entre salir de Estados Unidos a otro país como Canadá o de alguna manera conseguir una visa de trabajo. Algo tienen claro: no quieren volver a Nicaragua, pues temen represalias del gobierno, del cual se ha rumorado que confisca las propiedades de quienes no regresan. “Tenemos el corazón roto”, dijo Ángel.
Los refugiados no son de “interés para Estados Unidos”
El mismo día que se posesionó, el presidente Trump firmó una orden ejecutiva que suspendió el Programa de Admisiones de Refugiados de Estados Unidos (USRAP, por sus siglas en inglés) a partir del 27 de enero de 2025. Esta suspensión, inicialmente prevista por al menos tres meses, podría extenderse indefinidamente, ya que la reanudación del programa depende de informes periódicos de los secretarios de Seguridad Nacional y de Estado. “Esta orden suspende el USRAP hasta que la futura entrada de refugiados a los Estados Unidos se alinee con los intereses de los Estados Unidos”, dijo Trump en su orden ejecutiva.
Entonces, el golpe no solo se sintió entre los inmigrantes en proceso de obtener su documentación, sino también entre las ONG que trabajan para ayudar a refugiados. Pocos días después de la posesión presidencial, el gobierno suspendió la financiación a las organizaciones —muchas de ellas cristianas— que brindan apoyo a los refugiados que ya viven y trabajan legalmente en el país. Christianity Today accedió a un memorando que llegó a los ministerios que atienden a inmigrantes, en el cual:
[Se les] ordena a los grupos de ayuda que detengan los programas de servicios a los refugiados tales como la colocación laboral, las clases de inglés y la ayuda para la vivienda que sean financiados con subvenciones federales. Eso incluye los servicios prestados a los afganos que ahora se encuentran en el país y que sirvieron en el ejército estadounidense durante la guerra.
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El memorando dice literalmente: “Con efecto inmediato a la recepción de esta Notificación de Suspensión, el destinatario debe detener todo el trabajo realizado en el marco de la(s) subvención(es) y no incurrir en ningún nuevo costo”. En otras palabras, el gobierno Trump no está dispuesto a beneficiar con dinero a los refugiados mientras que tales recursos podrían usarse en algo más.
Personas en todo el mundo que buscan huir de la violencia y la persecución política y religiosa procuran encontrar asilo en los Estados Unidos. Pero muchas familias que esperaban la llegada de sus seres queridos —y ya habían preparado fiestas de bienvenida— quedaron desilusionadas, pues el Departamento de Estado canceló los vuelos de aquellos a quienes se les había aprobado su reasentamiento.
World Relief, una de las diez agencias de reasentamiento del país, afirmó que desde antes de la toma de posesión de Trump comenzaron a notificarles a las familias de los refugiados que sus vuelos a Estados Unidos habían sido cancelados. Para el cuarto día de la administración Trump, las cifras habían sobrepasado las 500 cancelaciones. Global Refuge, una agencia luterana de reasentamiento dijo que para el sábado 25 de enero había recibido casi 1500 cancelaciones.
Myal Greene, presidente y director ejecutivo de World Relief, afirmó respecto a esta situación:
Estamos desconsolados por estas decisiones abruptas cuando consideramos el impacto en algunas de las personas más vulnerables en Estados Unidos y en todo el mundo. Entre los afectados se encuentran refugiados que ya han sido reasentados legalmente en las últimas semanas en comunidades de todo nuestro país, para quienes nuestro gobierno se ha comprometido a financiar la vivienda inicial, la alimentación y otros apoyos esenciales para su integración, ayudándolos a lograr la autosuficiencia económica. Más allá de Estados Unidos, esta “orden de suspensión” perjudicará a muchas personas que dependen de la asistencia humanitaria financiada por Estados Unidos, especialmente aquellas que enfrentan conflictos, hambre, crisis de salud y falta de acceso a agua y saneamiento.
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Los extranjeros: de interés para Dios
Desde antes de su posesión, Trump prometió que llevaría a cabo “la mayor deportación de la historia”, y ha dado pasos firmes hacia dicho propósito. ¿Qué perspectiva podemos tener como cristianos frente a esta serie de decisiones radicales en torno a la migración?
Estoy convencido de que, más allá de las afiliaciones políticas y del respaldo que tiene el actual presidente estadounidense de parte de muchos evangélicos, necesitamos considerar el efecto de estas decisiones desde el punto de vista de los intereses del reino de Dios. “Debemos evaluar las políticas a través del lente de nuestras convicciones teológicas y sus efectos prácticos, en lugar de basarnos únicamente en principios partidistas”, afirmó Joe Carter, escritor senior para TGC. “Y en todos los casos, debemos seguir abogando por soluciones que defiendan la dignidad humana”.
Así, mientras que Trump afirma que la entrada de refugiados no está de acuerdo con “los intereses de Estados Unidos”, Cristo dice:
Vengan, benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui extranjero, y me recibieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a Mí (Mt 25:34-36).
Realmente, las consecuencias de estas órdenes son graves. Según Open Doors, el año pasado, aproximadamente 30.000 refugiados cristianos de los 50 países que enfrentan la persecución más severa del mundo fueron reasentados en los Estados Unidos. Las medidas del actual gobierno implican que este tipo de puertas se cierren para nuestros hermanos. Sin duda, lejos de apoyar la inmigración ilegal a cualquier país, el punto que quiero resaltar es este: como creyentes, respaldamos que los gobiernos den ayudas humanitarias, pues muchas personas en riesgo, especialmente cristianas, las necesitan.
Finalmente, es clave recordar que el llamado de Dios a cuidar del extranjero es principalmente para Su pueblo y no para los gobiernos del mundo. “Nuestro aliado más importante, sin embargo, siempre será la Iglesia”, dijo Greene después de enterarse de que el gobierno ya no iba a financiar a World Relief. “Estamos invitando activamente a nuestros socios eclesiales, donantes, voluntarios y otros seguidores a intervenir en esta brecha, permitiéndonos servir a aquellos con quienes ya hemos asumido compromisos de la mejor y más integral manera posible”, agregó.
Referencias y bibliografía
What is the CHNV Parole Program? | Global Refuge
Trump Intensifies Immigrant Deportations | The New York Times
Redadas del ICE en iglesias alarman a inmigrantes hondureños | Christianity Today en Español
Iglesias temen impacto de políticas migratorias de Trump | Christianity Today en Español
Quaker groups file suit to end policy restricting ICE arrests at houses of worship | NBC News
Realigning the United States Refugee Admissions Program | The White House
Trump immigration pause sparks concerns | The New York Times
David Riaño
David Riaño es editor general de BITE. Es parte del equipo plantador de la Iglesia Familia Fiel en Cajicá, donde también sirve en ministerios de enseñanza. Es Licenciado en Filología Inglesa y Magíster en Estudios Literarios de la Universidad Nacional de Colombia. Disfruta tomar café y ver series con su esposa Laura.