LIBRO: CASUS BELLI: ¿CÓMO LOS ESTADOS UNIDOS VENDEN LA GUERRA?

POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO

El Instituto Transnacional TNI, por sus siglas en inglés, es un tanque de pensamiento, con valoración internacional, de políticas progresistas. Fundado en Ámsterdam en mil novecientos setenta y cuatro, funciona como una red para académicos y activistas sociales. En el dos mil diez público “Casus Belli: cómo los Estados Unidos venden la guerra”, constituido por nueve artículos. Casus Belli es una expresión latina que significa “motivo de guerra”; hace referencia a los pretextos que se escogen para iniciar una acción bélica. Su compilación estuvo a cargo de Achin Vaniak, profesor de relaciones internacionales y políticas globales del departamento de ciencias políticas de la Universidad de Delhi, India. El prólogo fue redactado por el escritor, director de cine e historiador pakistaní, Tariq Ali. Quien asevera que hay un declive del poder de los Estados Unidos, aunque, no hay que ilusionarnos que sus fracasos lo hayan sacudido e inducido a abandonar su papel imperial en el mundo. Por el contrario, cita a León Trotsky quien dice: “en periodo de crisis Estados Unidos ejercerá su hegemonía de manera más completa, descarada y brutal que en un periodo de auge”.

La obra comienza con el artículo de Walden Bello, quien estima que la economía mundial integrada al flujo masivo de capital, mercancía y trabajo, presididos por una clase capitalista transnacional, se ha retirado. El periodo de políticas keynesianas, de mil novecientos cuarenta y cinco a mil novecientos setenta y cinco, institucionalizaron la dinamización del capital. Pero desde principios de los años ochenta, la competencia es el principal aspecto de las relaciones entre las economías claves del norte. La globalización neoliberal acarreó un crecimiento del poder estructural del capital, independiente del poder coercitivo de las potencias hegemónicas. Y la eliminación de controles de capital, permitió al capital especulativo moverse con rapidez para su beneficio. La explosión de la burbuja de Wall Street en el dos mil y dos mil uno reafirmo, una desconexión entre el capital bursátil y el crecimiento de producción concreta. Es decir, crecimiento sin la creación de empleo y brecha entre capacidad global y las ventas. Bello apunta que el exceso de capacidad se podría haber superado, si el Gobierno Chino hubiera aumentado el poder adquisitivo de sus ciudadanos. Pero prefirieron dominar los mercados mundiales, mediante la explotación de la mano de obra barata. La política exterior del gobierno de George Walker Bush, en materia económica, fue una retirada de la globalización. Colocó los intereses de las grandes empresas estadounidenses, por delante de los intereses comunes de la clase capitalista mundial. Igualmente manipulo el valor del dólar, para traspasar los costos de la crisis económica a rivales de las economías centrales.

La doctrina neoliberal se sostiene en los planteamientos teóricos de Friedrich von Hayek, indica Susan George. Hayek no está de acuerdo que un gobierno cobre impuesto a los ricos, para proporcionar escuelas y hospitales a los pobres. Para él la libertad consiste en la falta de coacción y supone no depender de la voluntad de otro. Los neoliberales justifican su actuación en la libertad política, en la libertad intelectual y religiosa, en la libertad de expresión, en la libertad personal y en la libertad económica. Estos exigen que depositemos nuestra confianza en esta última. Y en su afán buscan reducir los impuestos, reducir la intervención estatal y acabar con las normativas que garantizan a los ciudadanos asistencia social. Las políticas neoliberales han aumentado las desigualdades.

En mil novecientos noventa y siete se escribe el “Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense” y se instituye en la política de defensa y seguridad. La mayoría de los estadounidenses no tienen ni la más mínima idea de lo que su gobierno está haciendo en el territorio nacional y mucho menos, lo que está haciendo en el resto del mundo. Mike Marqusse enuncia que Estados Unidos se considera con derecho a emprender acciones militares en todo el mundo, porque se siente un pueblo escogido por Dios para una misión global. Estados Unidos no es un simple Estado- nación, es un ideal. Por lo que se constituyen en una excepción a las leyes generales que corresponderían a las sociedades. La excepcionalidad estadounidense dificulta a sus ciudadanos, aprender y entender la historia estadounidense y el patrón de intervencionismo en el extranjero.

Achin Vaniak afirma que, los atentados terroristas del once de septiembre de dos mil uno, resultaron útiles para justificar la lucha contra el terrorismo en su política exterior. Se define terrorismo político a actos inaceptables e injustificables moralmente, que utilizan una violencia indiscriminada y son cometidos por cualquier agente, encaminados a algún objetivo político. Hay que distinguir entre regímenes terroristas y actos o campañas terroristas. Los regímenes terroristas son profundamente antidemocráticos y han institucionalizado el terror. Los actos o campañas terroristas son parte de la política exterior de gobiernos democráticos. También es útil diferenciar entre el terrorismo de los fuertes y el terrorismo de los débiles. El terrorismo de los fuertes es el terrorismo ejecutado o patrocinado por el Estado y busca enviar un mensaje al enemigo, el terrorismo de los débiles es el ejecutado por individuos o grupos no estatales cuyo objetivo es conseguir publicidad. El terrorismo es un medio de violencia política y no una ideología, pero, necesita una ideología para justificar sus actos. La guerra global contra el terrorismo, por parte de los Estados Unidos, representa un discurso legitimador a sus intervenciones. Se acentúa selectivamente en el terrorismo o fundamentalismo islámico, vinculando falsamente a un sistema de creencias religiosas. El control del eje de Eurasia es un elemento fundamental del proyecto imperial estadounidense. En nombre de la lucha contra el terrorismo, Estados Unidos ha minado las libertades civiles fuera y dentro de sus fronteras.

Zian Mian expone que, Estados Unidos, como estado nuclear, ha creado un enorme y destructivo arsenal nuclear durante seis décadas. Simultáneamente ha intentado limitar el acceso a las armas nucleares a otros países: Irán y Corea del Norte, por ejemplo. Esto con la intención de mantener el monopolio de las armas nucleares. El desarrollo de la capacidad nuclear en otros países puede suscitar una guerra preventiva de parte de Estados Unidos e implícitamente terminar recibiendo un ataque nuclear. Estados Unidos está dispuesto a usar armas nucleares, incluso, contra países que no tienen arsenales nucleares. La Guerra de Irak llevo a la praxis el Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense. El Gobierno de Bush utilizo el temor a las armas de destrucción en masa, para organizar la Guerra contra Irak con asiento en mentiras.

El humanitarismo, indica Moreno Aguirre, es una bandera ideológica que permite a las potencias justificar sus intervenciones y hacer olvidar sus crímenes. Las intervenciones envuelven operaciones militares y posibles cambios de régimen. Hay que diferenciar intervenciones humanitarias de acciones humanitarias. Las intervenciones humanitarias son ejecutadas por Estados y organizadas bajo mandato de la Organización de Naciones Unidas (ONU). En cambio, las acciones humanitarias, son instauradas por actores no estatales u organizaciones humanitarias imparciales, quienes buscan prevenir y mitigar el sufrimiento, la subsistencia y la protección de las víctimas. Moreno asevera que las intervenciones humanitarias que no están autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU son ilegales.

Otro concepto utilizado por las potencias mundiales para justificar sus intervenciones es el fomento de la Democracia. Phyllis Bennis asegura, que después de las mentiras sobre las armas nucleares, la concentración de uranio, los tubos de aluminio y los vínculos con Al-Qaeda, Estados Unidos justifico la invasión de Irak para llevar la luz de la democracia. Aunque el verdadero objetivo era lograr un cambio de régimen. La guerra contra Afganistán se trató de una venganza, pero, la excusa fue que estaban llevando la democracia a ese país.

La contrarrevolución neoliberal planteo que, la gestión pública ya no era la solución sino el problema. Por lo que reducir el tamaño del Estado y rediseñar el sistema de gobernanza se convirtió en su objetivo. El debilitamiento del Estado empujó a las elites a tomar decisiones que los llevaron al fracaso. La debilidad estatal, denominada Estado Fallido, se convirtió en otro pretexto imperial para intervenir. Un Estado Fallido ocurre, cuando se ha perdido el monopolio sobre los medios de coacción y control de territorio. Los Estados Fallidos arrastran a los países hacía conflictos violentos. David Sogge apunta que los Estados Fallidos perjudiciales a los intereses de Estados Unidos, son reconocidos como enemigos. Ya sea mediante una intervención abierta o encubierta y de baja intensidad, busca derrocarlos y crear gobiernos favorables.

David Bewley-Taylor y Martin Jelsma informan que desde principios del siglo veinte, los Estados Unidos ha situado el origen del problema de drogas, sobre los países productores. Por su supremacía en la comunidad internacional, impuso la doctrina de la prohibición en la fiscalización de las drogas. Países que no se adhieren a las normas de certificación, en la guerra contra las drogas, pueden ser tachados de parias y ser el centro de una intervención. La guerra contra las drogas ha resultado útil para justificar operaciones, bases e intervenciones en el exterior.

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