DestacadasOpinión

LA LIEBRE Y LA TORTUGA.

Por: MIGUEL BLANDINO.

Franklin Martínez tiene por las noches un programa de tertulia que se llama El Barcito. Este miércoles 19 de febrero, sin embargo,_ El Barcito_ se trasladó a un horario matutino para poder coincidir con su invitado, Walter Raudales, el fundador y líder del Movimiento Izquierda Salvadoreño (MIS), Director del Periódico El Independiente, escritor y profesor universitario, para más señas.
En su conversación ambos comunicadores populares se centraron en dos temas: el de la minería metálica en El Salvador y en el de la presunta “lucha contra la corrupción” que lleva adelante el actual tirano gobernante salvadoreño.
El primero de los temas es parte clave, de naturaleza esencial, del programa de saqueo de los parásitos gobernantes. El segundo tema -cargado de chivos expiatorios- es la tapadera del anterior, y una perfecta cortina de humo para distraer al público con un show mediático en el que se realizan encarcelamientos de personajes de primera línea de la oposición, como Eugenio (Marquitos) Chicas, puesta en escena que va a continuar tanto tiempo como sea necesario para que distraigan al público y que no vea lo que harán tras bambalinas las voraces empresas mineras.
Ambos temas vistos en una doble dimensión: la primera dimensión, como punto clave de la agenda nacional en el proyecto de país que ejecutan las empresas extractivistas por medio de los parásitos que se encuentran en el gobierno. Y la segunda dimensión, como tema del debate político del movimiento popular y en el movimiento social.
Al respecto, Walter Raudales reflexionaba y decía que el de la minería es un asunto que por su gravedad puede servir de argamasa, de elemento cohesionador de las fuerzas progresistas, democráticas, nacionalistas y republicanas que, aunque coinciden en la identificación de la minería como sinónimo de muerte del país, se mantienen dispersos y actuando con las mismas formas de lucha del pasado, que -supongo- a juicio de Walter, son ineficaces.
Por su parte, dice el director de El Independiente que los partidos políticos que gobernaron durante el pasado reciente -ARENA y FMLN- ahora están ausentes en las luchas realmente importantes; esos partidos viven desubicados respecto del pueblo, y lucen sus desgracias exhibiéndose públicamente al ventilar lo que en realidad son solo sus asuntos domésticos, intestinos.
Eso es verdad. Andan dando la apariencia de Adán en el día de las madres y pegando palos de ciego como en piñata o poniéndole la cola al burro.
No obstante, hasta esa misma conducta de los partidos puede ser otra cortina de humo y una muestra de la corrupción de ambas instituciones políticas en connivencia con el gobierno del que son fieles aliados.
Ambos partidos andan con el petate del muerto pretendiendo ser opositores cuando en realidad son sus socios en la tarea de mantener dividida a la oposición y buscando objetivos alejados del verdadero interés nacional, que es la eliminación de la tiranía y el fin del saqueo.
Raudales señalaba, asimismo, que las organizaciones sociales, al igual que las organizaciones populares, están siempre un paso atrás de los movimientos de la tiranía. Reactivas a la agenda gubernamental, que es la que les marca la pauta, carecen de la ventaja que da el tener la iniciativa.
Sin embargo, y a pesar del desfase y el desajuste que existe entre ellas, continúa Walter, el tema de la minería puede ser el que cohesione a las referidas organizaciones y les permita identificar claramente al que es su enemigo común.
El conductor del programa, Franklin, calificó al movimiento social y popular como lentos. Son como una tortuga dormida, dijo. Y mientras la tortuga duerme, el gobierno es una liebre despierta que siempre mantiene su margen de ventaja.
Y mencionó algunas fechas en las cuales pudo observarse esa realidad. En 2022 -dijo- “arrancan las pláticas oficiales y formales sobre el tema minería por parte de este gobierno…” y, a renglón seguido, dijo Franklin que “en 2024, de manera sorpresiva para el país, bukele dice en una conferencia de prensa en el oriente del país ‘la minería va’…” y poco tiempo después la ley ha sido introducida al congreso, aprobada sin trámite, publicada en el Diario Oficial y puesta en vigencia en un solo día.
Es cierto. Todo el asunto de la resurrección de la minería ocurrió más rápido que la resurrección de Jesús, el Cristo, pues aquella sucedió hasta el tercer día.
Pero no fue en la primera administración de bukele, la legal y legitima, ni en esta segunda, inconstitucional e inmoral, cuando comenzó el reavivamiento de la explotación minera en El Salvador.
Dejemos por un momento la pretensión de las compañías extranjeras. Quiero solo llamar la atención sobre dos cuestiones que sirvieron estratégicamente y que fueron realizadas por bukele de forma deliberada para lograr el objetivo de reactivar la minería metálica en el país.
“El 29 de marzo de 2017, la Asamblea Legislativa aprobó una ley que prohíbe la minería metálica en El Salvador. La ley contó con el apoyo de todos los partidos y se aprobó con 69 de los 84 votos, muy por encima de la mayoría necesaria (Reuters, 2017; Montoya, 2021)”, decía la Base de Datos Las Culturas Legales del Subsuelo, publicada por el Centre for Latin America and Caribbean Studies (CLACS) de School of Advanced Study University of London.
Lo lógico era que para apuntalar aquella decisión soberana de los representantes del pueblo salvadoreño, el gobierno de Salvador Sánchez Cerén diera el siguiente paso, adhiriéndose a los instrumentos internacionales realmente vinculantes en materia de protección ambiental, como el Acuerdo de Escazú. Pero no lo hizo, aunque tuvo tiempo para adherirse.
El Acuerdo de Escazú fue firmado por veinticuatro de los treinta y tres países de América Latina y el Caribe, un año después de la aprobación unánime de la Ley de Prohibición de la Minería Metálica -el cuatro de marzo de 2018- por la totalidad de los partidos políticos representados en el congreso salvadoreño. O sea, el gobierno del partido FMLN, presuntamente de izquierda, revolucionario, progresista y ambientalista, tuvo tiempo para firmar el documento vinculante que reforzaría la ley anti-minería. Pero no lo hizo, a pesar de que todavía faltaba un año para las elecciones presidenciales de 2019 y la mayor parte de la población respiraba tranquila lejos de la amenaza minera. Suscribir el Acuerdo de Escazú no solo era visto como un paso lógico, sino que contaba con la legitimidad que le otorgaba el respaldo absoluto de la ciudadanía, la academia e, incluso, las iglesias históricas del país. Pero no lo firmó. Por algún extraño secreto el partido FMLN también guardó silencio y ni siquiera le explicó a su militancia por qué actuaba de manera tan incoherente su propio gobierno. Rara conducta. Extraña.
Después llegó bukele y puso en libertad al sicario conocido como El Descuartizador de Merliot, el antiguo ejecutivo de Pacific Rim, minera canadiense que fue derrotada por la República de El Salvador en una controversia internacional por el derecho soberano a no permitir la explotación minera en el Departamento de Cabañas. Pero bukele no solo puso en libertad al sicario hijo del abogado de la familia, el excanciller Fidel Chávez Mena, sino que meses después dio órdenes para modificar la legislación y crear la institucionalidad necesaria para reintroducir la minería metálica al minúsculo y sobrepoblado país, deforestado y en estado permanente de estrés hídrico.
Y así avanzaron hasta llegar al seis de enero de 2024 cuando de regalo de Reyes Magos los diputados bukelistas aprobaron una ley para explorar y explotar el petróleo en el país.
Al respecto el Diario Co Latino publicaba lo siguiente:
“La Asamblea Legislativa aprobó este jueves, con 65 votos, el Decreto No. 65 que contiene reformas a la Ley de Hidrocarburos, las cuales tienen como propósito modernizar el sector e incentivar la inversión privada en actividades de exploración petrolera en El Salvador.”
Ya el 19 de octubre de 2022, en el sitio oficial de la Asamblea Legislativa se leía un titular que decía “Reformas a Ley de Creación de la Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas facilitarán administración energética”, y explicaba que “Las modificaciones avaladas por los diputados permitirán completar el proceso de disolución y liquidación del Consejo Nacional de Energía y de la Dirección de Hidrocarburos y Minas del Ministerio de Economía. Los recursos humanos, financieros y muebles, inmuebles pasarán a la nueva dependencia para brindar un óptimo servicio a la población.”
Y el pretexto esgrimido fue el de abaratar el precio de la energía para el consumidor final en beneficio de los hogares salvadoreños.
“La Asamblea Legislativa avaló reformas a la Ley de Creación de la Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas con el propósito de modernizar la estructura estatal, que será el ente rector en política energética en El Salvador y se encargará de diversificar la matriz energética y abaratar los precios de la energía eléctrica.”
O sea, toda una cadena de hechos que condujeron finalmente al escenario actual.
La minería no duerme, siempre está al acecho.
Nosotros somos quienes debemos estar siempre alertas para señalarle al pueblo y a sus organizaciones la ruta que lleva el enemigo.
Decir que el lobo no tiene un plan, que es un incapaz e ignorante analfabeta es tanto como negar su espíritu diabólico.
Ojo, sí hay que mantener el dedo en el renglón y denunciar la minería. Claro que sí. Pero hay que verla en el contexto de una estrategia general que no solo contempla el descuartizamiento del país y la extracción de todas sus riquezas, la conversión de la antigua República en una megalavadora del dinero sucio del crimen organizado internacional y la reducción de la población al mínimo necesario para servir a la casta divina y sus secuaces.
Solo así se entiende la eliminación brutal de escuelas, el ahogamiento financiero de la Universidad de El Salvador, la reducción del presupuesto para salud pública, el cierre de clínicas, despido de personal médico y eliminación de programas de salud desde el primer hasta el tercer nivel.
Las hojas aisladas no deben impedirnos mirar el bosque completo.
Walter y Franklin, adelante, pero más a fondo.

Si te gustó, compártelo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.