POR: JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO.
Frederick William Engdahl es un economista, escritor y periodista estadounidense. Publica “Un siglo de guerras: la política petrolera angloamericana y el nuevo orden mundial” en mil novecientos noventa y tres. El libro define los mecanismos tras los cuales, se ocultan los principales acontecimientos nefastos que impactaron el siglo veinte.
En general, estrategias secretas de Gran Bretaña derivaron en horrores y guerras. A principios del siglo veinte Gran Bretaña apuntaba a lograr el control del oro, de los mares, de las materias primas y del petróleo. El progreso de esta política estuvo en manos de Cecil Rhodes, Alfred Lord Milner y otros, quienes formaron el grupo secreto “La Mesa Redonda”. A fines del siglo diecinueve, Gran Bretaña consideraba una amenaza militar el esfuerzo alemán de construir el ferrocarril Berlín-Bagdad. Para impedirlo, Gran Bretaña estableció el “Protectorado Británico de Kuwait”. En el norte de Europa, el enlace ferroviario se encontraba en Serbia. Antes de que se pudiera completar dicho enlace, asesinan al heredero al trono austriaco, el archiduque Francisco Fernando. Austria respondió iniciando la Primera Guerra Mundial. La guerra causo entre dieciséis y veinte millones de muertos, pero, se impidió el acceso de Alemania al petróleo ruso y del Medio Oriente.
Después de la Primera Guerra Mundial, Inglaterra y Francia se repartieron el Medio Oriente. Inglaterra obtuvo el “Protectorado de Palestina” y las principales áreas petroleras de Irak. Los sionistas ingleses, a través del canciller Arthur Balfour, comunicaron a Walter Lord Rothschild su propósito de forjar el dominio del Medio Oriente. Esta fue la “Declaración de Balfour”. Posteriormente a la Primera Guerra Mundial, los miembros de “La Mesa Redonda”, formaron el Instituto Real de Asuntos Internacionales (Chatham House), a fin de armonizar la cooperación angloamericana. De esa forma, vio luz el Council on Foreing Relations (CFR), financiado por el banco estadounidense J.P. Morgan.
Para evitar la disputa por el control de los recursos petroleros a nivel mundial, se creó el cartel integrado por las “Siete Hermanas”: Esso, Mobil, Gulf Oil, Chevron Mobil, Texaco y las compañías británica Royal Dutch Shell y Anglo-Persian Oil Company, más tarde denominada British Petroleum.
El banquero con mayor influencia del mundo fue Montagu Norman, quien precipito la crisis de la bolsa de valores estadounidense de mil novecientos veintinueve, al solicitar a George Harrison, director del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, que pusiera fin a la inflación estadounidense de post guerra. Se elevo la tasa de interés y se restringieron los créditos. Luego, sobrevino la quiebra y la “Gran Depresión”. Además, Inglaterra fue la responsable, en gran medida, de imponer deudas de guerra imposibles de pagar a Alemania. En la década de los veinte, el canciller alemán, Walther Rathenau, firmo el Tratado de Rapallo con la Unión Soviética, donde estos le perdonaban las reparaciones de guerra, a cambio que Alemania les vendiera tecnología industrial. Los ingleses protestaron por el tratado, pues temían el desarrollo de los campos petroleros de Bakú. Dos meses después, Rathenau fue asesinado y Alemania perdió la esperanza de estabilizar su economía. Por lo que declaro su cesación de pagos el nueve de enero de mil novecientos veintitrés. Dos días después, los franceses ocuparon el Ruhr. A través del plan Dawes, los banqueros angloamericanos, reprogramaron los pagos de reparación de guerra de Alemania. Adolf Hitler llega al poder en mil novecientos treinta y tres, nombra a Hjalmar Schacht presidente del Reichsbank. En seguida, los créditos empezaron a fluir desde el Banco de Inglaterra dirigido por Montagu Norman. El apoyo de Schacht a Hitler se remonta desde mil novecientos veintiséis. El coronel de los Servicios Aéreos Especiales (SAS), David Stirling, confeso “el error más grande de Inglaterra fue, creer que podíamos enfrentar al Imperio Alemán contra el Imperio Ruso y hacerlos desangrar mutuamente hasta morir”. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los ingleses, con su sistema industrial desgastado, determinaron que su salvación estaba en el apoyo de Estados Unidos a largo plazo.
Inglaterra “ayudo” a los Estados Unidos a crear su red de inteligencia. La Agencia Central de Inteligencia (CIA), fue una extensión de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), cuyo cuartel tuvo su asiento en Londres. El líder iraní, Mohammed Mossadegh, echo a las tropas de ocupación de los tiempos de guerra, rusos e ingleses. Intento negociar con Inglaterra los términos de la concesión petrolera. Fuerzas de inteligencia norteamericanas e inglesas, organizaron el golpe de estado de mil novecientos cincuenta y tres e instalaron al Sha Reza Pahlevi.
Enrico Mattei líder de la petrolera italiana AGIP, negocio con los soviéticos petróleo de los campos de Bakú. Pagados con grandes tubos de acero, que servirían para la construcción de un gasoducto hasta Europa Central. Mattei murió en mil novecientos sesenta y dos en un accidente de aviación.
A inicios de la década de los cincuenta, la productividad europea y japonesa comenzaron a tomar la delantera. El deterioro de Estados Unidos se agravo por los flujos de los fondos de inversión al extranjero, la guerra del Vietnam y la “Gran Sociedad” de Lyndon Baines Johnson, que era un conjunto de programas nacionales de reforma social. John Fitzgerald Kennedy, apoyo una medida para implementar un impuesto de equiparación de intereses, sobre los fondos norteamericanos invertidos en el extranjero. Kennedy fue asesinado y la medida, fue modificada por la comunidad financiera de la costa este. Al mismo tiempo, estaba moviéndose en dirección de poner fin a la intervención de Estados Unidos en Vietnam. Johnson expandió el tema de Vietnam, desde asesoramiento técnico de la CIA a una guerra total. La Reserva Federal llevo a reducir la tasa de interés, en un intento de “estimular” la economía, pero, produjo la salida de capital y una mayor recepción de dólares extranjeros para su conversión a oro.
Los verdaderos arquitectos de la política norteamericana fueron Edmond de Rothschild, Sir Siegmund Warburg y otros dueños de los bancos de negocios londinenses. Su estrategia fue forzar la subida de precio del petróleo mundial cartelizado. Para ello se debía de recuperar las ganancias árabes y depositarlas en Bancos Centrales ingleses y norteamericanos. Y más tarde, prestarlos al Tercer Mundo para adquirir control sobre esos países. En octubre de mil novecientos setenta y tres, estalla la Guerra de “Yom Kipur”. Los norteamericanos apoyan a Israel, mientras, los ingleses se mantienen neutrales. Henry Kissinger puso en práctica su “diplomacia de idas y vueltas”, para que la guerra se ciñera al plan preparado con anterioridad en Suecia. La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), impusieron embargos, excepto a Inglaterra. Subió el precio del petróleo y la gran masa de petrodólares se repartió, entre la compra de la deuda por el gobierno de Estados Unidos y las cuentas de depósitos en el Chase Manhattan, Citibank y otros. Desde allí, los petrodólares fueron prestados al Tercer Mundo.
El movimiento “verde” que limitaba el crecimiento industrial en respuesta a amenazas ambientales, fue orquestado por los mismo intereses petroleros y financieros angloamericanos que produjeron la crisis del petróleo. Funcionarios ambientalistas norteamericanos, se declaraban abiertamente “neomalthusianos”. Consideraban que los gobiernos deberían limitar las poblaciones. Para lo cual habría que mejorar las operaciones de la naturaleza, a fin de producir la mortandad requerida. Tal como se aprecia en el memorándum de estudio dos cientos, del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) presentado por Kissinger. El cual era un programa orientado a la reducción de la población en países del Tercer Mundo poseedores de materia primas.
La Comunidad Europea (CE), por desacuerdos con los norteamericanos, sentó las bases para un sistema monetario europeo. Londres se opuso a esos intentos. Jimmy Carter, asesorado por George Ball y Zibgniew Brzezinski, suspende el apoyo de Estados Unidos al Sha de Irán y lo transfiere al ayatola Ruhola Musavi khomeini. Quien cancela los planes de desarrollo nuclear e interrumpe las exportaciones de petróleo al mundo. Gran proporción del Tercer Mundo quedo en bancarrota. Los bancos angloamericanos acordaron reprogramar la deuda, a condición de que los países accedieran a aceptar los términos estipulados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), quien se convirtió en agente recaudador de los grandes bancos.