Róger Hernán Gutiérrez. *
Con la medicina privada ni hablemos, está como se dice elevada en su acceso, está en la estratósfera para la persona y población común y corriente. Consultas de 50usd por unos escasos minutos de atención, visitas del visitador médico esporádicas en tanto el mercado, el negocio de la medicina sigue privando entre lo genérico y lo especializado, y la total falta de competencia entre los laboratorios nacionales y los de fuera, con sus concentraciones de los avances importantes en la medicina. Por ahora, sin mucha proyección hacia una mejoría de la sanidad de los seres humanos, es claro que viven de la enfermedad y no para combatirla o erradicarla. Fue claro durante la pandemia, los laboratorios que trabajaron la vacuna no bajaron sus precios, por el contrario, se convirtió en un oligopolio y concentración excesiva de ciertos laboratorios con respecto a otros menos aventajados en recursos e investigación.
La crítica acá es la existencia y contratación de seguros privados para la cobertura de vida y atención médico-hospitalaria, recientemente oímos de una contratación de la Corte Suprema de Justicia para un seguro de vida y médico-hospitalario, de más de 6 millones de dólares por un año, para más de 9,000 personas que laboran para dicho órgano judicial. Es claro que la Corte (CSJ) tiene hoy suficientes recursos, al serle aprobado en el pasado, para mejorar la justicia y el imperio de la ley, en cuanto al sometimiento de toda la sociedad y el tratamiento de igualdad, luego de los Acuerdos de Paz. Hoy parece que tales prestaciones económico sociales, justas y de acuerdo a su naturaleza, son algo que ofenden al resto de población laboral que no lo tienen, y que a nuestro juicio estaría siendo una afirmación que los servicios del ISSS, son completamente deficientes y de poca cobertura funcional, que necesito mejorarlo al contratar servicios de salud privados similares en el mercado de los seguros.
La cuestión es clara, la atención médico-hospitalaria y la propia existencia del ISSS para cubrir a la población laboral que cotiza, ha ido de más a menos, y en la actualidad las direcciones no dan pie en bola, en tanto el seguro social se ha convertido en un coto de caza para el régimen bukelista que necesita de fondos económicos para su manejo turbio, en la manera como regir el gobierno. El asunto acá es grave, no sólo por poner en la dirección institucional, personas poco o nada idóneas, así como plegadas a los designios del Presidente Bukele, dejando poco margen a la autonomía institucional, en tanto el gobierno a pesar que la ley así lo menciona no colabora en el sostenimiento y son los aportes de empleadores (7.5%) y de las personas trabajadoras (3%), quienes realmente sostienen el ISSS, es decir que son fondos privados; y por ahora una nueva lógica en la conducción de la Junta Directiva, sostienen decisiones no en cuanto a una mejoría sustancial de los servicios médico hospitalarios; y en favor de los cotizantes, sino al bolsillo particular y favorecimiento de los intereses enquistados en la provisión de servicios de salud.
El ISSS, sostiene con base a publicidad que son cambios para mejorar los servicios, es cierto que focos de corrupción en el sector laboral han aflorado, pero la alta corrupción es indetectable. Luego está el deterioro de las relaciones laborales, y un claro jaloneo con el gremio médico que ha sido formado por el ISSS, pero que ahora decide irse, debilitando muchas áreas de especialización; así como la oportunidad de brindar servicios oportunos, de calidad y con la calidez necesaria. Y despidos de trabajadores de la salud y administrativos, no hay estabilidad laboral y los sindicatos mantienen rivalidades de cómo unirse y re enrumbar la vida institucional.
Se ha pretendido desarticular al SIMETRISSS y éste asegura una denuncia permanente en ese sentido, pero que todo esto repercute en dificultades serias para proveer el servicio como Dios manda, y claramente citas con amplios plazos, debilitamiento de la medicina general y especializada, provisión de medicamentos tardada, escasa o no hay existencia porque ha dejado de ingresar o comprarse. Y los servicios de laboratorio deficientes en grado sumo.
Este panorama de salud en general nos conduce a establecer para una sociedad una salud pública preventiva y curativa nula; que debería ser igualitaria, democrática y llena de justicia social para todos los que la conforman, no es así y hay personas que no son iguales, habiendo varias categorías y valoraciones. Así tenemos la salud pública en general dada por las diferentes unidades de salud y la red pública hospitalaria, insuficiente para dar una cobertura en la materia y trabajar duramente en la prevención sanitaria. Sin embargo, se está en una fase siempre curativa que encarece la atención hospitalaria; y no tiene la infraestructura adecuada por más publicidad gubernamental que la oculta; la enfermedad común crece y ya no digamos enfermedades crónicas, invalidantes, los controles de epidemias poco sustantivos y nula protección, que dan un panorama de desesperanza en un régimen que claramente privilegia otros intereses y no aquéllos que la población y sectores populares necesitan, como la salud.
*Sindicalista salvadoreño.