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EL AGUA VERSUS LA INSENSATEZ, LA ESTUPIDEZ, LA DESHUMANIZACIÓN Y EL NEGOCIO.

Por: Róger Hernán Gutiérrez. *

Se ha celebrado el Día del Agua (22/marzo), y pareciera a nadie le ha interesado, más que a los que sufren la insensatez, la estupidez, la deshumanización y el negocio, es decir la población que sufre a diario no tener agua para cubrir sus necesidades vitales—incluyendo claro el tomar agua para el organismo humano. La ONU, en fecha 22dic de1992, pensó que era un basta ya de abusos sobre disponer el agua como una mercancía, y hacerla de uso diario, sin falta para toda persona humana que tenga existencia real en una población, comunidad, país, región, continente determinado.

Pero, la insensatez parece algo como anillo al dedo, la necedad, la irresponsabilidad, irracionalidad y una total falta de conciencia sobre la situación del agua. Hace que rayemos en la estupidez, cómo pensar que algo que es vital para la humanidad tenga una concepción y concienciación tan pobre, para darle el sentido que corresponde a partir de que se trata de algo vital, que sin él es imposible la vida de los seres vivos.

Pareciera no ser tan claro para los grupos dominantes que tienen el poder por sobre muchas cosas materiales: dinero, activos, posesiones, legislaciones, normas de convivencia, regímenes de gobierno, cargos públicos asociados directamente con la responsabilidad del uso del agua; entre otras afectaciones. Son estos grupos quiénes ante su voracidad por el negocio, por los recursos económicos y la acción de dominación de territorios, de grupos vulnerables, empobrecidos, marginados y excluidos de la vida a la que tienen derecho: los que han deshumanizado el uso y control del agua para los grupos poblacionales diversos.

La supuesta modernización, que en mucho representa el supuesto éxito de sociedades como la nuestra, en base al abuso de grupos con decisiones políticas; de regímenes autocráticos y autoritarios; de grupos acumuladores del enriquecimiento en su mayoría ilícito, de capitales corporativos en el rubro de la construcción, que se apropian de los territorios y zonas pobladas por poblaciones con grandes necesidades incumplidas, para la acción de construcción de edificaciones para el negocio de que se trate, de vivienda para clases medias y altas, con costos de propiedades que hacen disfrazar el lavado de dinero; de infraestructura para que el capital se pasee a diestra y siniestra sin responder a nada, ni a nadie que pague los costos sociales que haya como consecuencia.

Es deshumanizante que el agua tenga un alto costo de venta, que no es pagado de manera equitativa de acuerdo al servicio y necesidad que se cubre; siendo una forma y acción vital para los seres humanos y la naturaleza (animales y plantas), sin embargo esa clara injusticia, en tanto el agua no llega por igual a toda la población, ni tiene un grado de acceso para todos, los grupos contaminantes como los fabricantes de textiles e indumentarias, agrarios como los algodoneros y azucareros; más todos aquellos que usan abonos no orgánicos; así como los que hacen uso sin pagarla, los embotelladores de bebidas diversas.

Es raro oír que el agua falte en zonas pobladas por grupos de negocios (mall) que ocupan lugares para la comercialización de productos contaminantes—que requieren de altas volúmenes de m3 de agua—en tanto en la escuela falta el agua, en las viviendas rurales y marginales igual, en el campo son contaminados los ríos y fuentes de agua (nacimientos) por la acción de verter los desechos productivos y de materiales contaminantes—sin compensar a la comunidad, ni pagar los costos que implica para la sociedad, resultado de los grandes problemas que provocan tales grupos dominantes.

El avance del uso del chorro comunal y en las colonias, residenciales etc., de las cañerías de buena calidad y asépticas para el traslado del agua a distancias considerables que lo necesitan, pareciera que en algunas zonas y lugares del país no ha llegado; y en comparación con zonas exclusivas de la burguesía y de las clases altas—el agua no falla, la adecuación y provisión en la zona de las cañerías, el mantenimiento y régimen tarifario son totalmente distintos, ni son similares al que no tiene agua en su casa o no le llega por no disponer de la infraestructura necesaria y adecuada.

Por qué es esto, es consecuencia de regímenes que se sirven del favorecimiento político del grupo con recursos; es una clara postura hacia el que tiene, en detrimento del que no tiene, del abuso de los grupos dominantes para favorecerse en pro de su negocio, de su proceso productivo contaminante; de disponer del control del recurso hídrico para el favorecimiento del negocio antes que el uso común de las personas. Los que han ocupado el cargo en la institución pública, en muy escasas ocasiones ha sido la persona moral, idónea para administrar la concesión del recurso agua a quien lo requiere y necesita.

La cooptación de dicha institución ha permitido el debilitamiento de la autonomía y el otorgar a sectores privados los recursos hídricos—confirmado en la aprobación de la ley general de recursos hídricos (2022); que actualmente mantiene el acceso al agua potable de manera inequitativa y en total desfavorecimiento de la población versus el negocio; en pro de la estupidez, la insensatez y lo más grave la deshumanización en el uso y acceso del agua.

*Sindicalista salvadoreño.

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