Por: Róger Hernán Gutiérrez. *
Es claro un deterioro constante y casi perpetuo en las vidas de los sectores mayoritarios y populares, que sin un poder adquisitivo real y autosuficiente, no les permite satisfacer sus condiciones materiales de existencia –que son todo aquello tecnológico y de la economía de la producción—que son determinantes en las relaciones de poder existentes en una sociedad; de tal manera que anulan y degradan lo individual y familiar, en tanto la economía no es cierto que se encarrila a un milagro económico con la minería metálica, por el contrario lo que ocurrirá es mayores sometimientos a un enriquecimiento y concentración de riqueza de pequeños grupos favorecidos en el régimen de Bukele, en detrimento de quienes no se ven favorecidos.
Vamos hacia una crisis económica fuerte, en cuanto que el proceso de producción implementado no es sostenible, ni sustentable, cayendo en una crisis de recesión económica, es decir vamos dando retrocesos que nos llevarán a mayores dificultades en la economía de las personas, que van siendo mayormente empobrecidas por la falta de una gestión económica, capaz de disponer de manera sostenible los empleos suficientes, y de crear nuevos empleos en diferentes campos de la actividad económica, para cubrir el déficit alto en dicha materia, lo que permitiría alcanzar niveles salariales óptimos, y mejorar plenamente el poder adquisitivo suficiente para la clase trabajadora, haciendo sustentable la vida socio-económica del país.
Lo que vemos son altos grados de pobreza, crecimiento económico insuficiente y sin el desarrollo productivo sostenible, una falta grave de empleo, deterioro de los niveles salariales; por el contrario lo que se presenta son desalojos, despidos masivos, cierres de fuentes de trabajo, que impiden el sostenimiento de muchas familias que caen en la exclusión y marginalidad—sectores de la economía informal; además un alto desempleo, resultado de debilitamientos de la economía, con síntomas de una recesión, en tanto se producen despidos en las diferentes actividades económicas, que degradan los derechos humanos y debilitan la producción de bienes y servicios.
Por hoy una acción gubernamental y del sector privado acelera destituciones y eliminación de puestos de trabajo, sin el debido proceso, se justifican por insostenibilidad fiscal y productiva de mantenerlos y una ausencia de desarrollo productivo que no logra impulsar una economía de bienestar; los mandatos impositivos del FMI para que el gobierno profundice en acciones para reducir los altos índices de endeudamiento fiscal, agravado por la deuda previsional que se ha convertido en impagable, y que trae como consecuencia una crisis de financiamiento para la sostenibilidad del sistema privado de pensiones en uno o dos años.
Estancamiento de los salarios mínimos, por el grado de empobrecimiento alcanzado por las pequeñas y medianas empresas que sostienen la mayoría de los empleos que existen; no obstante, el apoyo del gobierno para su sostenibilidad es nulo, con un sistema fiscal regresivo que no permite la recaudación suficiente, pero que también facilita la elusión fiscal de más de 650 o más millones de dólares anuales, en apoyo a sectores empresariales auto sostenibles. Lo que va sustentando un proceso de recesión económica que está incubándose. Un establecimiento de la pobreza en mayor proporción en sectores rurales, y suburbanas; en razón de improductividad de la actividad agraria, y la opción por modelos económicos que no sustentan la producción industrial, y concentran el poco empleo productivo en los sectores urbanos.
Hay una élite privada y del gobierno que concentra la riqueza, que no permite el desarrollo productivo en una opción de participación de los grupos laborales, donde se tenga una discusión informada y se sustente en un diálogo, pero en cambio tenemos despidos a diestra y siniestra como algo común que agudiza el problema de la economía, esta situación es insostenible y los grupos dominantes y élites se esfuerzan por esconderlo y decir que el país va bien, con la actual tecnología de las redes sociales, las acciones de despido se comentan como algo “normal” y de provecho para abrir la ocupación a los desempleados, y algunos de estos se ilusionan y pierden de vista la realidad económica—despidos nunca habrán de significar algo positivo—sino el síntoma de que la economía no va bien.
El mundo va cambiando y predominando lo geopolítico y ya no tanto el mercado. Y se va requiriendo de un sector productivo moderno y próspero, que es sumamente clave para financiar un estado de bienestar robusto que permita mejorar la calidad de vida de las personas, pero tales despidos no muestran nada de sanidad económica, por el contrario, van apretando más el zapato, lo que conlleva que ya no podamos caminar hacia un desarrollo productivo.
Al Grok, le preguntaba el Presidente Bukele cosas propias y muy personales, por qué no se le pregunta a la inteligencia artificial, cómo está la economía de El Salvador, y cómo o qué, debemos hacer para mejorarla, probablemente veríamos más claro el problema de dominio, de relaciones de poder improductivas y del total fracaso de la gestión bukele al frente de la economía; y desengañar al grueso de personas seguidoras de una figura egoísta, envidiosa y que no le interesa el bienestar común y las necesidades de las personas empobrecidas; que no son cubiertas por la egomanía del Presidente (trastorno psicológico que se caracteriza por una preocupación excesiva por uno mismo).
- Sindicalista salvadoreño