Por la vida, la fe y la esperanza.

Por Felipe Aldana.

Por la vida, la fe y la esperanza.

No hay perdón ni olvido

en esta larga noche

en donde las espesas sombras

pisotean las lágrimas ardientes

de mariposas multicolores

arrastradas por un río hediondo

de rencores y odio envenenado.

 

Las religiones hicieron del perdón

una droga adictiva para que no

viésemos la sangre,

el sudor y los ojos apagados

de los que no crecieron

y se marchitaron en suspiros

ahogados,

mientras su temprana muerte

nutria el trono de los infames.

 

Estamos en el tiempo de las

tinieblas

y los tiranos de ayer y hoy

pueden abofetear las flores

pueden derretirte en tristezas

y condenarte a no ver la luz,

encerrado en los oscuros muros

de la vergüenza y la humillación,

en donde el llanto es apagado

y ríos de aguas pestilentes

te llenan de olvido.

 

No hay perdón ni olvido

porque se adivina en el fondo

el imbatible amor

que se derrama

desde estos corazones

ciegamente crucificados

por ustedes, los diablos opresores

que se enmascaran, pero sólo son

los mismos miserables de ayer y de siempre.

 

Lo que suenan no son campanas,

son las voces de los que no dejaste crecer

son las palabras de los hombres

y mujeres que vienen a

despertar el nuevo día

repartiendo con sus claras manos

el pan de la alegría.

 

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