En 2017, un estudio identificó rasgos clínicos del trastorno narcisista en el presidente de los Estados Unidos: Trump muestra sentimientos de grandeza, necesidad de admiración y falta de empatía.
Sentimientos de grandeza, fantasías de belleza y amor de la personalidad se ven claramente reflejados en el presidente.
Por tanto, ¿qué rasgos posee Donald Trump que le identifican con un Trastorno de la Personalidad Narcisista?
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, DSM-5, define el TPN como un patrón dominante de grandeza y prepotencia, de alguien que exagera sus logros y talentos y espera ser reconocido como superior. «No construirá un muro con México, construirá el muro más grande y más bonito que se haya visto, y nadie construye muros como Trump». indica Caballo.
Según los criterios diagnósticos del TPN, Trump también estaría expuesto a fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado. Algo que Caballo ha asociado a los términos grandilocuentes que incluye en sus intervenciones. Palabras como «tremendo», «impresionante», «fantástico», «maravilloso», «genio», «asombroso «o «especial» son ejemplo de ello. Además, Trump se cree especial y único y que solo pueden comprenderlo, o que solo debería relacionarse con otras personas especiales o de elevado status. Además, exige una admiración excesiva: «está obsesionado con su propia popularidad, medida por las encuestas, las valoraciones y las portadas de la revista Time«.
Quizás uno de los rasgos más preocupantes del Trastorno de la Personalidad Narcisista es la falta de empatía, especialmente, en un presidente del gobierno: “los musulmanes no vendrán a este país si soy presidente”. Trump es incapaz de reconocer o identificarse con los sentimientos y las necesidades de otras personas, muestra agresividad y utiliza mentiras frecuentes: «la abrumadora cantidad de crímenes violentos en nuestras principales ciudades es obra de negros e hispanos».
Tal como apunta Carballo, «es curioso que la prohibición a viajar a los Estados Unidos de los ciudadanos de varios países musulmanes, que Trump intentó implantar recientemente, no afectara a ninguno de los países donde tiene intereses comerciales. Es un ejemplo más de que confunde sus propios intereses con los de su país».
La psicología considera un trastorno de la personalidad como enfermedad mental cuando dicho trastorno es incapacitante para la persona que lo padece. No obstante, la Unidad de Psicología del Hospital Infanta Cristina de Badajoz opina que, para Trump, no solo no es incapacitante, sino que «le ha colocado donde está. Los narcisistas suelen ser muy seductores«.
Referencias:
Vicente E. Caballo. (2017). Un análisis psicológico de Donald Trump. Behavioral Psychology / Psicología Conductual. Vol. 25, Nº 1, pp. 227-249.
*Tomado de La enfermedad mental que padece Donald Trump.