PRIMERO DE MAYO.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández, Educador.

El venidero jueves primero de mayo, no solo es un nuevo día para recordar la gesta de los miles de trabajadores y trabajadoras, que, con su esfuerzo y alguna vez con su martirio, conquistaron para la clase trabajadora mejores y más dignas condiciones de vida.

Tales conquistas están ahora y como nunca bajo ataque.

Principalmente por la desidia de los trabajadores que, alienados por el modelo neoliberal, simplemente se niegan a defenderlas como a aplicarse sumándose a su reconquista.

Consideremos por ejemplo como el modelo ha impuesto a todos los trabajadores nuevas condicionantes, desde el trabajo flexible y producto de negociaciones individuales, cada vez menores prestaciones y hasta un retiro verdaderamente precarizado para los trabajadores.

Y es que, si en algo ha tenido sin ninguna duda éxito el modelo, es en el de alienar a los trabajadores, a quienes primero les oferta una menor calidad en su educación, reduciéndola al de tipo bancaria y memorista, negándoles siquiera relacionar su realidad con el modelo.

Haciéndolo creer ingenuamente esa desinformación y propaganda del modelo, que hace suponer a los simples que la meritocracia es real.

Solo hay que considerar la capacidad de comprensión lingual de los jóvenes, cuyo dominio es de apenas 250 palabras en promedio, mientras que la generación que supera en relación educativa, los 55 años, puede manejar hasta las 25,000 completamente, lo que nos permite un atisbo del grado de descomposición educativa en que ha degenerado en apenas los pasados 40 años el modelo, y cómo esto contribuye a que las generaciones más jóvenes acepten el discurso del individualismo, promovido desde el modelo neoliberal, que pretende hacer creer a todos que el individuo está por encima del colectivo social, que seguro salvará al segundo.

Podemos corroborarlo en la narrativa del régimen del supuesto de que el caudillo es el único que puede salvarnos, que solo él es capaz de hacerlo, lo que en consecuencia hace del resto apenas corderos que debemos dejamos guiar por aquel.

Tal sinsentido es una falacia por supuesto, que no oculta y no cuenta como las condicionantes tanto endógenas como exógenas se coluden para su arribo primero, así como, gracias al arriendo de las armas del ejército que siempre a través de la historia ha traicionado al soberano, se mantiene en el poder.

Pues responde al nuevo proyecto que desde el norte se lanza a nuestra América Latina, para imponernos por la vía del fascismo suave, el esquema libertario.

Entonces, es cuestión de comprender los trabajadores que aquella vieja premisa de que solo el pueblo salva al pueblo, es ahora más veráz que nunca, lo que debemos comprender además supone que sólo mediando la organización y la unión de fuerzas puede implicar no solo recuperar la institucionalidad, limpiándola de la corruptela rampante que la ha secuestrado, también el de retomar la senda que nos permitirá construir una verdadera democracia, inclusiva y justa, que asegure el espacio sustentable para cada uno, ahora y en el porvenir.

Porque solo en la unidad habrá futuro.

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