El neologismo «googlear», aunque no es aceptado por la Real Academia de la Lengua, es uno de esos verbos que uno conjuga a diario. Pero es posible que ya no lo vayas a escuchar tanto. Hubo un tiempo en el que Google era el principio y el fin de la existencia online.
Si no podía encontrar lo que buscabas tecleando un par de palabras en su reconocida cajita de búsqueda y apretando «intro», lo más probable era que no existiera.
Google era internet.
«Durante mucho tiempo la búsqueda implicaba una bolsa de palabras», explica Stephen Emmott, un experto en motores de búsqueda de la firma consultora Gartner.
Google prosperó porque tenía una bolsa de palabras más grande que cualquier otro y era capaz de agarrar lo que quisieras de ésta más rápido que los demás.
Permitía acceso inmediato y preciso al sitio web, blog o página de Wikipedia que la gente buscaba.
En ese tiempo la búsqueda, en términos de computación, era más bien directa, dice Emmott.
Por la inmensidad de la red había, y todavía hay, mucha información que indexar. Pero ésta tendía a permanecer en el mismo lugar. Y un buen funcionamiento implicaba analizar las palabras en las páginas web y registrar cuántos otros sitios veían esa página como definitiva.
Ahora, señaló Emmot, la búsqueda se ha vuelto mucho más compleja debido a nuestras cada vez más complicadas vidas empresariales y online.
Respuesta rápida
En lugar de sólo mirar páginas web, hoy usamos internet para encontrar pareja, regatear un buen precio para un artículo de segunda mano en una subasta, llamar un servicio instantáneo de taxi o descargar más películas en señal directa que las que pudiera ver en toda una vida de ocio.
«De una manera u otra, si usas aplicaciones durante el día, vas a estar en contacto con una gran variedad de motores de búsqueda y servicios», indicó el experto.
Hoy en día la mayoría de esas búsquedas no involucran a la tecnología Google. El gigante informático no quiso comentar al respecto.
En su lugar, hay nuevos pretendientes a la corona de buscadores como Elastic y Solr.
En el pasado, la búsqueda implicaba teclear un texto. En la actualidad eso no es así. Las búsquedas pueden involucrar deslizar hacia la derecha, mover un mapa con tus dedos o hablar directamente a una app, comenta Sahy Banon, fundador de Elastic, que produce la tecnología de código abierto utilizada por Tinder, eBay, Uber, Lyft y Netflix.