(Por: Róger Hernán Gutiérrez*)
No tengo ni idea de qué significado tiene, o por qué se inventó algo como eso. Sin embargo trataré de explicarme dentro de un ámbito de descrédito, deslegitimación, diálogo de sordos, de desconfianza, con un marco y cultura de la mentira y el fraude, donde es casi natural la acción dolosa, anti ética y totalmente nociva a los buenos ideales y nobleza, que intoxica día a día a nuestra sociedad salvadoreña.
Después de un proceso pleno de anulación de valores loables, excelsos, se dio una enorme sorpresa que significó el hartazgo de una mitad de la población votante—la otra mitad mantiene una postura de no ligarse a los eventos electorales (con razón o sin razón—parece ser que nadie de los partidos políticos trabaja las razones del por qué no votan), son cuestiones que de saberse más sobre ellas tendría más sentido continuarlas o descartarlas.
100 días hoy trascienden demasiado y la presión es mucho más fuerte en tanto en la Presidencia se tiene a una persona joven con toda la energía para impulsar los ideales a que se comprometieron realizar. Mantiene una masa de juventud que frustrada, desencantada o prisionera de su propia realidad quiere ser, pero no logra enrumbarse con ideales de hacer una transformación de la sociedad en la lógica de un proyecto político que un movimiento socio-político lidere hacia esos nuevos estadios que se van construyendo.
La tecnología que se posee también es fuerza motriz en los 100 días, en equipo real, procesos, programas e ideas con una fuerza específica que también hacen presión para ver si avanzamos hacia esa nueva era que se menciona vamos construyendo—el atraso que nos caracteriza hace caer en ilusiones, y se quiere simplemente “soplar y hacer botellas”, el entusiasmo es válido, pero eso se va ir diluyendo, lo que se requiere es convertirlo en motivación con un objeto claro que impulse acciones y actividades hacia fines parciales y último que deje en claro la transformación de la gestión pública.
Los problemas sociales presionan los 100 días; en la salud, más dengue, una alza sustantiva de casos y otros investigándose si lo son, escasez de medicamentos, atención médico-hospitalaria deficitaria más de 1500 en personal de enfermería y de otros profesionales de la medicina capacitados para el abordaje de la idea de la prevención; se habla de equipos embodegados sin insertarlos donde el servicio de salud los requiere; educación con escuelas derruidas, personal docente sin fuerza para empujar los procesos educativos que se esperan desarrollar-con contradicciones en lo que respecta al veto presidencial, para retrasar la salida de personal docente incentivado con una prestación económica, procesos que avanzan como ideas, sueños pero sin la visión de lo que queremos ser, para cohesionarse, entenderse e internalizarse y apropiarse en cada ciudadano(a).
100 días para fijar en el imaginario de la gente, que hoy no sólo se trata de una administración distinta, sino claramente diferente, muy pocos días para fijar un horizonte de trabajo de completo bienestar de la población-salud, educación, vivienda, recreación-ocio, seguridad, alimentación, protección social plena, trabajo. Se habla de bajar los intereses a vivienda usada y nueva, con cuotas aceptables, bajos intereses y para 30 años a partir del 2/9, pero en cuanto a la semilla—parece ya no se comprará a los agricultores pequeños y cooperativistas—sino a la transnacional Monsanto—el agua potable, anuncios de hacerla llegar a las comunidades que la necesitan, pero sin empujar la ley general de aguas en la asamblea—claro acá se tiene que no existe correlación que avale los intereses del Presidente, sin embargo la movida de volver a cobrar por parte del capital corporativo en horas no laborales y fines de semana, generó una controversia que fue detenida con un twitt “VETO”, sólo había pasado por 44 diputados. En materia de derechos laborales se habla de perseguir a las empresas morosas que se apropian de las cuotas previsionales, se espera la instalación del Consejo Superior del Trabajo—para iniciar reformas laborales que pretenden mejorar condiciones laborales o favorecer la flexibilidad laboral que restringe, anula y modifica los derechos laborales y fortalece el interés empresarial. Se habla de conseguir visas de trabajo para USA por intermedio de un convenio que no se concreta en los 100 días.
Se avecina el vencimiento de los 100 días y hay un esfuerzo mediático para trabajar la mente de los salvadoreños que en 100 días se pudo hacer mucho, que las diferentes conferencias de medianoche, los anuncios de una CICIES en ese lapso, el plan control territorial en sus fases; y aquellos errores de la oposición política partidaria y socio-política e intelectual, que son fuertemente criticados por el Presidente, cotizándolo más, son efectivos para un mayor apoyo.
*Sindicalista salvadoreño