Sin azúcar

Se cree que el adulto promedio puede llegar a consumir más azúcar de la que necesita y según juicios médicos reducir el consumo de esta sustancia es medida saludable. Sin embargo, algunas personas se toman en serio las advertencias –sobre lo dañino de su uso-abuso– y dan un paso en tal sentido, incluso puede que corten de raíz su relación con lo dulce.

La dieta sin azúcar va ganando popularidad a medida que las personas buscan formas efectivas de mantenerse sanas o de perder peso. No obstante, no todos están convencidos de este buen hacer.

Si eliminamos por completo su consumo o al menos lo rebajamos –explican especialistas en nutrición–, es importante hacerlo de forma gradual, porque pasar de una dieta llena de azúcar a una que no la contenga debe ser un proceso lento. Se puede comenzar eliminando fuentes obvias de dulce, excluir dulces en sí mismo y bebidas azucaradas. También reducir la cantidad que se le pone al café o té.

Otro asunto importante y que se reitera una y otra vez es el de leer las etiquetas de los alimentos a consumir porque puede ayudar a identificar los tipos de azúcares que se deben evitar.

El azúcar tiene muchos nombres –al menos 61–, y se encuentra en muchos jarabes y concentrados diferentes. Los más comunes incluyen: azúcar de caña, jarabe de maíz o de maíz con alto contenido de fructosa, azúcar de remolacha, de coco, sirope de ágave, concentrado de zumo de manzana o uva, miel o panela. Además, cualquier cosa que termine con el sufijo osa también conforma un tipo de ella, como: sacarosa, glucosa, dextrosa, fructosa, lactosa. Los azúcares se esconden en muchos alimentos diferentes en el supermercado, por lo que leer los ingredientes del producto a comprar es necesidad absoluta. También, los aderezos para ensaladas, condimentos, salsa para pasta, cereales, leche, a menudo la contienen en su lista de componentes.

Muchas dietas recomiendan que las personas eviten los carbohidratos simples, porque incluyen harina blanca, pasta blanca y arroz blanco. Estos alimentos se descomponen rápidamente en azúcares en el cuerpo y aumentan los niveles en sangre. Lo más sencillo: sustituirlos por versiones integrales.

Por otra parte si te decides por tomar azúcares artificiales puedes engañar al cuerpo haciéndole creer que en realidad está comiendo azúcar, contienen poca o ninguna cantidad de calorías. Pero, atención, ellos pueden exacerbar antojos, haciendo que sea más difícil seguir una dieta sin ella. Se deben evitar los edulcorantes Splenda, Stevia, nombre químico que aparece en algunas etiquetas de alimentos y que tienen aspartamo, sucralosa o sacarina.

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