(Por: Róger Hernán Gutiérrez*)
Nuestra sociedad sigue envuelta en pensamientos, expresiones y acciones que difícilmente harán llegar a un ámbito de bienestar social y laboral—para todos y todas—lo que está proliferando condiciones negativas según los resultados de una acción ministerial que apela a lo legal, y de acuerdo a declaraciones del Ministro de Trabajo son más de 5,000 empresas que han sido seleccionadas—entendemos que se trata de inspecciones programadas de oficio—por cuanto no aparece una queja o demanda anónima o claramente interpuesta para realizar estas inspecciones laborales.
Lo que salta a la vista es que hay personas trabajadoras de estas empresas que se ven en la disyuntiva de inseguridad en la continuidad del trabajo, en tanto el negocio se cierra temporal o permanentemente, mientras se hacen las inspecciones oficiales, que tienen varios motivos la mayoría asociados a los aspectos de salud y seguridad en el trabajo. Lo bueno de todo esto, si es que lo hay, es que rompe un esquema histórico que ha traído aparejado la violación sistemática de un montón de empresas que incumplen la legislación laboral al respecto, y la acción dolosa ministerial pasada de no hacer nada justificando diferentes razones desde las presupuestarias, la sobre carga laboral, la falta de personas calificadas para hacerlo, además de las condiciones objetivas y subjetivas para realizar una buena inspección laboral, con equipo adecuado y demás.
Está por llegar el Día Nacional de la Salud y la Seguridad Ocupacional que se celebra cada 16 de octubre por Decreto Legislativo No. 593, donde se pretendería informar sobre el desarrollo nacional de buenas prácticas de salud y seguridad laboral en los establecimientos de salud. Y además en todo centro de trabajo donde laboren personas trabajadoras.
Sería bueno que el Ministro de Trabajo nos informara a la sociedad a cabalidad sobre los resultados de las inspecciones laborales realizadas en este período, de esa manera se despejarían las dudas razonables de que algunas de estas acciones manifiestan otros tipos de interés por hacerlas, y que han implicado el desempleo, que no sabemos si es temporal o permanente, pero que impacta en el bolsillo al no tener ingresos para subsistir.
Las manifestaciones se continúan dando y las reacciones son de todo color y sabor, sin embargo el más débil en la cadena productiva es el que siente el golpe de manera más directa y es quien pierde más en una situación de esta naturaleza, el empresario tiene varias entradas y posee condiciones de solvencia económica, ganada en un proceso de acumulación por la explotación laboral. Y será a más largo plazo si la acción ministerial hará mella en esos empresarios capitalistas en el área del comercio y de otras actividades económicas.
Hay una población laboral que es afectada negativamente eso no puede eludirse, independientemente que haya la posibilidad de que la medida siente una acción protectora, por todos estos incidentes justos o injustos según el cristal con que se mire, hay desestabilización en la micro economía de la gente que labora, y que deja de percibir ingresos que le son vitales.
Cómo compensarles mientras las cuestiones se aclaran y todo vuelve a la normalidad del negocio; ya son decenas los afectados dentro de cada uno y la realidad para unos puede ser más dura que para otros, para el caso mujeres y personas trabajadoras sin opciones para conseguir otro empleo.
Sabemos de la precariedad de estos puestos de trabajo y abusos de parte de empresarios que se manifiestan en la relación laboral, muchas de estas personas trabajadoras subsisten la violación de sus derechos por la necesidad de obtener un ingreso fijo, que aunque no satisface sus necesidades, da pie a un sostenimiento mínimo de la familia. Esa población laboral se ve fácil presa de la usura, de la desprotección social, y no existen programas sociales que ante tales eventualidades puedan accionar—por ejemplo un seguro por cesantía, o el beneficio económico temporal para sostener la falta de ingresos por la razón que haya sido, mientras se supera el proceso que implica una medida de tal naturaleza.
La necesidad de protección social debe ser una bolsa económica y de servicios permanente de asistencia social, trabajo previsional y de salud, un programa social que cubra de las eventualidades que surgen en el proceso productivo; y esa tarea es de quienes tutelan y tienen a su cargo la gestión pública; y en esto la institucionalidad pública involucrada parece aún no tener ni idea de sus acciones y sobre todo de las consecuencias que las mismas producen.
*Sindicalista salvadoreño