El debate sobre el papel que las redes sociales han jugado en la amplificación de noticias falsas y el efecto nocivo que estas pueden haber tenido sobre procesos electorales alcanzó nuevos niveles de intensidad con voces dentro y fuera de Silicon Valley cuestionando si, en el proceso de conectar a millones de usuarios, empresas como Facebook, Twitter y Google han terminado por convertirse en una amenaza para la democracia.
En un inusual ‘mea culpa’, Samidh Chakrabarti, la responsable de producto de colaboración cívica de Facebook, admitió en un comunicado que la red social más usada del planeta (casi 2.000 millones de usuarios activos) ha sido utilizada de formas imprevistas con “repercusiones sociales que nunca se anticiparon”. Entre ellas: los discursos de odio, episodios de acoso y la hoy innegable injerencia rusa mediante la difusión de noticias falsas durante procesos electorales clave, como en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
“En el mejor de los casos, Facebook nos permite expresarnos y actuar. En el peor, posibilita a las personas difundir información errónea y corroer la democracia”, dijo. “Incluso un puñado de historias deliberadamente engañosas puede tener consecuencias peligrosas”, concluyó.
Como si esto fuera poco, Katie Harbath, quien dirige el equipo de Facebook que entabla relaciones con gobiernos de todo el mundo, escribió en un blog: “Desde la Primavera Árabe hasta elecciones contundentes en todo el mundo, las redes sociales parecían algo positivo”, pero “la última campaña presidencial en Estados Unidos cambió eso, con una interferencia extranjera que Facebook debería haber identificado con más rapidez, hasta el surgimiento de las ‘noticias falsas’ y las cámaras de eco”.
Ninguna de las dos fue una reacción casual. La presión sobre Facebook y otras redes aumenta día a día, especialmente desde Europa, donde el tema del impacto de las noticias falsas se toma muy en serio.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció una ley para controlar, limitar y castigar su propagación en internet durante el periodo electoral. “Vamos a hacer evolucionar nuestro aparato jurídico para proteger la vida democrática de las noticias falsas”, puntualizó.
Por su parte, el gobierno británico se dispone a crear una unidad especializada en combatir la desinformación. Un portavoz de la primera ministra Theresa May explicó que “el gobierno responderá con un mayor y mejor uso de las comunicaciones de seguridad nacional para abordar estos desafíos complejos”.
Alemania amenaza con multar a empresas como Facebook, Twitter y YouTube con hasta 50 millones de euros si se niegan a eliminar publicaciones ilegales
Alemania acaba de comenzar a aplicar la ley más estricta de Europa destinada a frenar el discurso de odio y las noticias falsas en las redes sociales, y amenaza con multar a empresas como Facebook, Twitter y YouTube (propiedad de Google) con hasta 50 millones de euros si se niegan a eliminar publicaciones ilegales.
Y hasta el papa Francisco intervino. En un texto titulado ‘Fake news y periodismo de paz’, el sumo pontífice se remontó al Jardín del Edén para ilustrar lo que llamó la ‘lógica de la serpiente’. Eva fue engañada, recordó, por una serpiente que comenzó “con una afirmación verdadera, pero solo en parte”. El efecto de esta falsedad, dijo el Papa, la llevó a “desoír la recomendación paternal de Dios”.
Parece poco probable que el poderío económico de Facebook o Google se vea amenazado. Pero no cabe duda de que sus directivos han acusado el golpe de verse señalados por el manejo inadecuado de la información que difunden sus plataformas, lo cual afecta su credibilidad, su respetabilidad, y por tanto, su negocio.
De allí que los anuncios sobre cambios y controles se sucedan con cada vez mayor rapidez.
El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo hace poco que su “meta personal” en este 2018 es “arreglar” la red social.
La compañía ya admitió que fue lenta al reconocer el mal uso dado a su plataforma, y desde el año pasado ha venido anunciando medidas entre las que se encuentran la asociación con grandes organizaciones internacionales para hacer seguimiento a las publicaciones denunciadas o el uso de una amplia gama de recursos, desde miles de revisores humanos hasta técnicas de inteligencia artificial para identificar comportamientos irregulares.
Facebook también se dijo presta a colaborar con Google y Twitter en las investigaciones para revelar las consecuencias de la injerencia rusa en las elecciones presidenciales estadounidenses.
Los anuncios de las últimas semanas ilustran el plan de la empresa. Con un cambio en el algoritmo, Facebook quiere mostrar “más contenido de amigos y menos noticias”. Facebook fue fundada, recordó Zuckerberg, para compartir experiencias memorables de la vida diaria.
Pero eso no convenció a la prensa mundial. Rupert Murdoch, el empresario que dirige el conglomerado de medios News Corp, ripostó que si la red social de Mark Zuckerberg quiere noticias confiables, debería empezar por pagarles una tarifa a los medios de comunicación que las producen.
La otra estrategia de Facebook es confiar en la opinión de los usuarios para determinar la fiabilidad de las fuentes de información. Es un plan que ya se probó en el pasado, con ‘sellos de calidad’ junto a las noticias. El experimento descubrió que la gente calificaba los contenidos a partir de sus posiciones ideológicas y fue eventualmente suspendido.
Los analistas creen que con las medidas más recientes Zuckerberg no solo busca limitar el contenido de noticias (falsas o no), sino que trata de hacer más amigable la experiencia de su red al omitir temas polémicos, indignantes o de plano deprimentes.
Miguel Jaramillo, estratega digital, dice que si bien la nueva medida plantea un regreso a la esencia de la red, “nuestros círculos personales podrían ser emisores de información falsa”.
En todo caso, si Facebook y otras redes no actúan, está claro que varios gobiernos sí lo harán.
Papa condena ‘maldad’ de noticias falsas y su uso para fines políticos
Dijo que son «tácticas de serpiente» manipuladoras que fomentan la división.
El Papa Francisco condenó la «maldad» de las noticias falsas y dijo que los periodistas y usuarios de redes sociales deberían rechazar y desenmascarar «tácticas de serpiente» manipuladoras que fomentan la división y sirven a intereses políticos y económicos.
«Las noticias falsas son una señal de actitudes intolerantes e hipersensibles y sólo llevan a la propagación de arrogancia y odio. Ese es el resultado final de la mentira», declaró Francisco en el primer documento publicado por un Papa sobre el tema.
Las noticias falsas son una señal de actitudes intolerantes e hipersensibles y sólo llevan a la propagación de arrogancia y odio
El texto fue emitido tras meses de debate sobre cuánto podrían haber influido las noticias falsas en la elección presidencial estadounidense de 2016 en que resultó electo el presidente Donald Trump.
El documento, titulado «La verdad los hará libres – Noticias falsas y periodismo para la paz», fue emitido antes del Día Mundial de Comunicaciones Sociales de la Iglesia Católica, que tendrá lugar el 13 de mayo.
«Propagar noticias falsas puede servir para reforzar metas específicas, influir en decisiones políticas y servir intereses económicos», escribió el Papa, que condenó «el uso manipulador de redes sociales» y otras formas de comunicación.